Shively.
Este se paso por ultima vez el peine por el cabello, se lo guardo en el bolsillo y acerco una silla.
Malone se sento y contemplo brevemente a sus consocios del Club de los Admiradores.
En este segundo dia de la aventura no predominaba precisamente lo que pudiera decirse un ambiente de fiesta.
Brunner estaba abatido. Yost parecia estar muy lejos.
Por su parte, observandose en el espejo que tenia colgado delante, Malone vio que su rostro denotaba sombria introspeccion.
Solo Shively aparecia alegre. Tras llenarse el plato, Shively hizo lo que Malone habia estado haciendo, es decir, observar a sus companeros. Se rio inquisitivamente.
– No es que esto se parezca exactamente, a unas vacaciones. ?Que os ocurre? ?Acaso anoche no hicisteis nada con el nido de sexualidad?
No le contesto nadie.
Shively empezo a llenarse la boca de comida.
– Pero si yo creia que ahora estariais haciendo cola a la entrada del dormitorio.
– No hay prisa -dijo Yost-. Todavia nos quedan trece dias.
– Tal vez sea suficiente para ti -dijo Shively-pero para mi desde luego que no. -Se detuvo y miro a sus companeros recelosamente-. Ninguno de vosotros me ha contestado. ?Anoche os acostasteis todos con ella, no?
– Yo si -repuso Yost masticando metodicamente las salchichas.
– ?Menuda es, verdad?
– Ya lo creo -repuso Yost.
– ?Y tu, Leo?
Brunner asintio a reganadientes.
– Si. No queria hacerlo pero no pude contenerme.
– Me quito el sombrero, Leo -dijo Shively sonriendo-. Hoy eres un hombre.
– Despues se dirigio a Malone-.
A nuestro jefe no le hemos oido.
Malone se removio inquieto en su asiento.
– Bueno -empezo a decir sin levantar los ojos del plato-, entre cuando todos dormiais. -Se detuvo-. No me enorgullezco de reconocerlo.
– ?Lo ves? -dijo Shively complacido-. Y, por lo que veo, no te has convertido en un despiadado criminal.
– Pero tampoco me satisfizo -dijo Malone-. No queria hacerlo de esta forma.
– Pero lo hiciste -dijo Shively implacablemente.
Malone no contesto. Lo hizo, lo habia hecho y no podia saber por que. Tecnicamente no lo habia hecho pero no cabia duda de que lo habia intentado y habia tenido intencion de violarla.
Durante toda la larga noche, antes de conciliar el sueno, habia procurado establecer que le habria impulsado a comportarse de una forma tan contraria a sus principios y convicciones.
Su conducta no podia atribuirse por entero al efecto de la marihuana, estaba seguro. Algo mas complicado le habia inducido a ello. Lo unico que sabia era que, al romper Shively aquel pacto civilizado y sentar el precedente de que el empleo de la fuerza no era ningun delito, al seguir Yost su ejemplo y al aceptar Brunner las nuevas normas, e incluso el, que hasta entonces habia sido el defensor de la ley y el orden, se habia producido una violenta revolucion en aquella microcosmica sociedad.
Y su concepto de la moralidad habia experimentado un cambio radical. Pero Malone se preguntaba si aquel cambio habria sido instantaneo. Lo mas probable era que se hubieran ido corrompiendo sutil y gradualmente.
La misma puesta en practica de la fantasia habia sido el principal paso que les habia alejado de las normas impuestas por la sociedad. Con sus mentiras, sus disfraces, sus narcoticos y su secuestro, habian empezado a alejarse del comportamiento civilizado.
Teniendo la tentacion al alcance de la mano y tras haberse cometido la primera violacion, la civilizacion en la tradicional acepcion de la palabra habia sido barrida a un lado.
Puesto que no tenian que responder ante nadie, habian alterado las normas de la decencia. Se habia sometido a debate un mal y, por mayoria, este habia sido aprobado como un bien.
Tres cuartas partes de aquella sociedad habian aceptado las nuevas normas. Y el por su parte habia considerado el acto como una simple forma de acatamiento.
Bueno, se dijo ahora, ?quien estaba en condiciones de establecer que era lo autenticamente civilizado y, por ende, lo que estaba bien? Habia leido los estudios antropologicos de Margaret Mead sobre las sociedades de los arapesh, los mundugumor y los tschambuli de Nueva Guinea.
Las familias arapesh eran cordiales y amables, sus mujeres eran dulces y placidas, los hijos se educaban en la bondad, los hombres eran responsables de los hijos.
Los mundugumor creian en la poligamia, despreciaban a los hijos, fomentaban las luchas entre padres e hijos por la obtencion de las mujeres, obligaban a las mujeres a realizar los trabajos mas duros, fomentaban la agresion y la hostilidad.
Los tschambuli proporcionaban la misma educacion a los dos sexos, permitian que los hombres se convirtieran en objetos sexuales, convertian a las mujeres en obreras, se consideraban una sociedad patriarcal a pesar de estar la tribu regida por las mujeres e instaban a las mujeres a convertirse en agresoras sexuales.
Para los arapesh, una persona agresiva estaba enferma y era una neurotica. Para los mundugumor, una persona pacifica estaba enferma y era una neurotica. Para los tschambuli, un varon dominante o una mujer dulce eran personas neuroticas y enfermas.
Por consiguiente, ?quien podia decir lo que estaba bien y era civilizado? La digresion filosofica no le sirvio a Malone de mucho consuelo y ahora este decidio prestar atencion a Shively que estaba formulando una pregunta.
– ?La ha visto alguien esta manana?
– Yo -repuso Malone-, me he levantado un poco antes que todos vosotros.
He entrado para ver si podia hacer algo por ella.
– Apuesto a que si habras podido -dijo Shively con un grunido-. Nos llevas un vapuleo de ventaja.
– Callate ya, maldita sea -dijo Malone enfurecido-. No le he puesto la mano encima. He entrado para ver como estaba.
– ?Y como estaba? -pregunto Yost secandose la boca con la servilleta de papel.
– Exactamente igual que ayer. Malhumorada y triste. No ha querido hablar conmigo. He pensado que armaria un alboroto cuando la desatara para permitirle ir al lavabo.
Pero se sentia demasiado debil. He querido darle algo de comer pero solo ha aceptado un zumo de naranja.Despues he vuelto a atarla.
– ?Como estaba? -pregunto Yost.
– ?Que como estaba?
– Si todavia estaba guapa.
– Mas que nunca -repuso Malone con serena sinceridad.
– ?Entonces por que no te has acostado con ella? -le pregunto Shively.
Malone le dirigio al tejano una mirada despectiva.
– ?Y eso que tiene que ver? Si quieres que te diga la verdad, de esta manera no tiene gracia, hacerselo a la fuerza contra su voluntad.
– Vaya por Dios -dijo Shively mirando a los demas-, ya tenemos aqui otra vez al jefe 'scout'.
Por mi parte, yo gozo del placer de la manera que sea.
Brunner se apresuro a salir en defensa de Malone.
– Vuelvo a estar de acuerdo con Adam. A mi tampoco me gusta forzar a una persona indefensa. No se trata de un acto sexual normal.Es mas bien como una masturbacion o como violar un cadaver. Me pongo nervioso de solo pensarlo.
– Eso es exagerar un poco, Leo -repuso Yost-. Yo no experimento sentimiento alguno de culpabilidad teniendo en cuenta su historial. Naturalmente, tengo que reconocer que no es la mejor forma de hacerlo estando ella atada, acoceandome e insultandome. -Se dirigio a Shively-. Eso te priva un poco del placer. Tienes que reconocerlo,
