Habia conocido a cientos y a miles de muchachas igualmente hermosas, muchachas de hechiceras facciones y preciosas figuras. Y, sin embargo, no habian conseguido alcanzar el mismo exito que ella. La causa de haber conseguido el exito no se debia solo a la intensidad de su anhelo sino a la busqueda de algo mas que su simple apariencia exterior, algo que le permitiera promocionarse.
Habia estudiado y habia aprendido a utilizar su aspecto para atraer y seducir a los hombres, para convertirles en esclavos suyos fingiendo ser ella su esclava.
En eso habia estribado la diferencia. Ya no recordaba con cuantos hombres se habia acostado, se habia hecho el amor y habia dormido en el transcurso del traicionero ascenso. No podia recordarlo porque no habia nada que recordar.
Eran hombres sin cuerpo y sin rostro porque se limitaban a ser unos peldanos y, tanto en la cama como fuera de ella, Sharon siempre habia mirado mas alla, hacia la lejana cumbre.
La sexualidad jamas habia significado nada para ella. El acto jamas habia sido un compromiso humano. Habia sido simplemente un apreton de manos, una carta de presentacion, una llamada telefonica, un contacto, un contrato, otra cosa.
La sexualidad jamas habia sido para ella algo especial sino simplemente una de tantas funciones corporales automaticas, algo que se hacia, algo de que se sacaba un provecho, algo que a veces resultaba agradable pero no gran cosa, lo tomas o lo dejas, solo que ultimamente habia sometido a revision sus antiguos conceptos y habia empezado a considerar la sexualidad como parte integrante del amor.
Y ahora se encontraba aqui sofaldada y atada a un lecho desconocido procurando reorganizar su futuro. Encuadrada en el contexto de su pasado, su actual situacion se le antojaba mucho menos amenazadora. Al fin y al cabo, no eran mas que unos hombres, y que mas daba que se lo hicieran un poco mas teniendo en cuenta que ya la habian violado y le habian brutalizado el cuerpo.
Desde esta perspectiva fatalista, se le antojaba absurdo no beneficiarse de algo a cambio de lo que tendria que soportar. ?Por que no rendirse al precio que le exigian? ?Por que no colaborar a cambio de comida, descanso y liberacion de las ataduras que le magullaban las munecas, le entumecian los brazos y le producian un dolor incesante en los hombros? ?Por que no cambalachear al objeto de llegar a un acuerdo en el sentido de ser liberada muy pronto de aquel cautiverio? Reflexiono acerca de la posibilidad de llamarles, convocarles, decirles que estaba dispuesta a abandonar la resistencia a cambio de ciertas consideraciones.
Antes de que pudiera llegar a una decision final, se percato sobresaltada de que no estaba sola. El mas alto, con aquel rostro tan horrible y aquel lenguaje tan vulgar, se encontraba en la habitacion de espaldas a ella corriendo el pestillo de la puerta.
Se le acerco rascandose la piel por debajo de la camiseta gris y se detuvo junto a la cama. Con los brazos en jarras, la inspecciono en silencio. Despues hablo en un tono que, tratandose de el, hasta podia considerarse conciliador.
– ?Estas dispuesta a comer y a tomarte las pildoras? La respuesta se le quedo atascada en la garganta pero ella la obligo a salir fuera.
– Si -contesto.
– Eso ya esta mejor. ?Conoces las condiciones?
Conocia las condiciones. Se lo quedo mirando fijamente.
Frente baja, pequenos ojos juntos, nariz fina, delgados labios perdidos en el bosque del bigote, todo ello en un rostro huesudo y enjuto. Horrible y cruel.
Experimento repugnancia al comprobar que se estaba rindiendo ante “aquello”, pero comprendio inmediatamente que su repugnancia no se debia a una reaccion de caracter fisico ante aquel individuo o cualquier otro de los demas, sino al descubrimiento de que, junto con la rendicion, estaba entregando algo que era lo que mas estimaba en la vida.
Podia soportar que le hubieran violado la vagina, penso. Pero no estaba segura de poder sobrevivir a la violacion de su espiritu. En todos sus pasados encuentros con los hombres que la habian explotado, el acto amoroso no habia sido algo tan indiferente como ella habia intentado creer.
Habia llegado a odiar con toda el alma aquel cambalacheo de su cuerpo a cambio de la promocion. Demasiados hombres habian podido comprobar que su ser era un complejo y delicado mecanismo muy sensible, lleno de necesidades y deseos humanos, y, sin embargo, no la habian considerado mas que una vasija inanimada rebosante de placer, una cosa, ultimamente, tras haber alcanzado el exito y haberse convertido en una diosa, habia podido comprender que ya no le hacia falta someterse a la explotacion de los hombres.
Ella misma se habia coronado y se habia ganado a pulso la libertad despues de tantos anos de esclavitud. Era libre, independiente e intocable. Podia hacer lo que le viniera en gana. Ademas, ultimamente su conciencia habia dado un paso adelante.
Su secretaria y confidente, Nellie Wright, formaba parte de la vanguardia del movimiento de liberacion femenino. Al principio, oprimida por el pasado y sus antiguas ideas, Sharon se habia burlado de las militantes creencias de Nellie acerca de la emancipacion femenina.
Poco a poco, habia empezado a tolerarlas y a escuchar de buen grado las explicaciones de Nellie y, al final, las habia aceptado. En el transcurso de los ultimos meses hasta se habia dedicado a desarrollar una labor de proselitismo instando a otras mujeres a unirse a la lucha en favor de la absoluta igualdad de derechos.
Es mas, esta nueva actitud habia sido una de las causas de la rotura de sus relaciones con Roger Clay, este tenia unas ideas britanicas muy anticuadas acerca del lugar y del papel de la mujer y no era capaz de comprender aquella necesidad de absoluta igualdad y libertad.
Pero Roger habia resultado ser tan sensible e inteligente como ella y su decision de reunirse con el en Inglaterra se habia debido a la esperanza de que estuviera cambiando o fuera lo suficientemente flexible como para dejarse instruir y moldear. En tal caso, tal vez pudieran establecer unas solidas relaciones.
Y estos animales ignorantes deseaban que abandonara y renunciara a este nuevo concepto de la liberacion. Eso era lo que mas la enfurecia. Y, a pesar de que ello pudiera parecer contradictorio, se sentia molesta por algo que la humillaba mas si cabe.
En el transcurso de los pasados anos de ascenso al poder y la independencia, su precio siempre habia sido muy elevado. Siempre se habia enorgullecido de su valor. A cambio del disfrute de su cuerpo, siempre habia recibido valiosos regalos: una importante presentacion o recomendacion, un contrato legal, un papel interesante, un fabuloso guardarropa o una costosa joya. Jamas se habia vendido barata.
Siempre la habian comprado como un objeto de lujo. Y ello la habia enorgullecido siempre. Sin embargo, una vez retirada del mercado, ya no se habia visto obligada a vender nada a cambio de un precio, porque ya no habia querido estar a la venta.
Solo estaba dispuesta a entregarse a cambio de algo que no tuviera precio -el amor-, pero nada mas. Y ahora, la mujer mas deseable del mundo segun las cotizaciones del mercado, resultaba que tenia que venderse a aquellos odiosos animales a cambio de una insultante pitanza. Su portavoz le habia ofrecido un poco de comida corriente y unas cuantas pildoras baratas a cambio de que accediera a servirles de Cosa.
Era una humillacion degradante, casi tan degradante como la violacion de su independencia. Si capitulaba, perderia todo aquello que finalmente habia logrado alcanzar.
– Muy bien, senorita -le estaba diciendo el Malo-, no me has contestado. Te daremos si nos das. ?Estas dispuesta a aceptar estas condiciones?
La colera la cego. Recogio toda la saliva que tenia en la boca y le escupio, mojandole una pernera del pantalon.
– ?Ahi va mi respuesta, hijo de puta! Yo no les doy nada a los animales.
– Muy bien, senorita -dijo el con expresion sombria-, te daremos tu merecido. -Se quito rapidamente la ropa y se quedo desnudo, acercandose a ella con el horrible aparato-. Muy bien, me parece que ya es hora de que te ensenemos a comportarte bien con la gente.
Echo abajo la manta y se le coloco encima inmediatamente procurando separarle las piernas. Con unas reservas de fuerza cuya existencia desconocia, intento luchar contra el ataque.
Movio el cuerpo de un lado a otro para esquivarle y le propino puntapies manteniendo las piernas juntas, pero estas estaban empezando a ceder y supo que aquel individuo se las separaria muy pronto y quedaria indefensa.
Ya no aspiraba a ganar sino simplemente a hacerselo pagar muy caro, a darle a entender lo mucho que odiaba aquella violacion de su ser.
