Ella le dio un puntapie entre el hombro y el cuello.
Al viejo se le cayeron las gafas y cayo de lado contra la otra pierna de Sharon emitiendo un aullido de dolor. Al acercarse las manos al cuello, Sharon le golpeo el rostro con el pie en un esfuerzo por apartarle.
Pero el pie paso de largo y el cuello del viejo quedo apresado entre sus dos tobillos. Haciendo un supremo esfuerzo, junto las piernas para ahogarle e inducirle a retirarse.
El no era fuerte y, en cambio, sus piernas, acostumbradas a anos de ejercicios de danza, hubieran podido resistir la acometida, pero estaba exhausta. Se estaba debilitando, y al final, sus piernas se dieron por vencidas.
El se las habia separado, habia escapado y se habia puesto de rodillas, Estaba dirigiendo una vez mas los ojos saltones hacia el rosado pliegue de los labios.
Subitamente a Sharon le fue dado contemplar un espectaculo ridiculo. Hubiera resultado risible y autenticamente gracioso en otro lugar y otras circunstancias. Pero ahora resultaba aterrador y alarmante. El raton se habia escapado de los calzoncillos azules.
– No puedo evitarlo, senorita Fields -gemia-, no puedo controlarme.
El asombro y la incredulidad le impedian moverse. Habia caido entre sus muslos y habia empezado a hurgar en ella buscando y encontrando finalmente el orificio.
Presa de una especie de frenesi siguio empujando hacia adelante hasta conseguir penetrarla. Ahora estaba hurgando en su interior y llorando como un nino.
Recuperandose un poco, intento sacudirselo en la creencia de que su tamano le permitiria librarse facilmente de el. Pero el la rodeo con sus brazos como si luchara por salvar la vida y se quedo clavado en su cuerpo.
Le solto una lluvia de insultos en la espera de abochornarle y conseguir que se retirara.
– Viejo bastardo, de miembro en miniatura -le grito-, no es mejor que los demas, al contrario, es peor porque me esta contaminando con esta imitacion de miembro…
Pero fue inutil. Su parloteo insensato ahogaba sus palabras y el se mantenia en sus trece, se movia como un conejo, se disculpaba gimiendo y hurgaba y hurgaba.
Al final, asqueada ante la humillacion de haberse visto obligada a someterse a aquel miserable degenerado, dejo de insultarle y desistio de librarse de el.
Ya que mas daba. Comprendio que se veria libre de el a los pocos segundos.
Sus ojos vidriosos parecia que se hubieran congelado. De su boca se escapaban unos sonidos analogos a los de un globo deshincharse.
Se le tensaron los flojos tendones de ambos lados del cuello. Lanzo un grito, se aflojo, se movio arriba y hacia atras y salio despedido como un piloto en un asiento de expulsion. Busco las gafas, las encontro y empezo a alejarse serpeando.
Enfurecida, Sharon le dio un puntapie que fue a estrellarse contra sus costillas. El perdio el equilibrio junto al borde de la cama y cayo al suelo amortiguando el golpe con una mano para salvar las gafas.
Se levanto lentamente y se puso las gafas con aire de dignidad.
Ella le miro con enojo y repulsion. El blando fideo le colgaba todavia fuera de los pantalones. Se lo oculto inmediatamente muy turbado.
Estaba sudoroso pero su morbosa sonrisa de satisfaccion no daba a entender en modo alguno que estuviera avergonzado. Volvio a acercarse timidamente a ella.
– Si no le importa -dijo amablemente, y le cerro la blusa sobre los pechos. Despues le abrocho cuidadosamente la falda-.
?Puedo traerle algo?
– Lo que puede hacer es largarse de aqui -contesto ella enfurecida.
– Se lo digo en serio, senorita Fields, no queria hacerlo. Pero no he podido controlar mi pasion. Jamas me habia sucedido. En cierto modo ya se que no va a creerme pero es un cumplido que le hago. Desearia que pudiera usted aceptar mi agradecimiento.
– Me alegrare de que el juez le sentencie a cadena perpetua o a arder en la silla, sucio raton. El retrocedio parpadeando, se volvio de espaldas, cruzo la estancia y se marcho.
Adam Malone se habia serenado lo suficiente como para recordar donde estaba Brunner y lo mucho que estaba tardando. Habian transcurrido mas de diez minutos, lo cual era muy extrano.
Malone habia abierto una botella de Coke y estaba bebiendo para refrescarse la garganta, cuando advirtio que Brunner habia entrado silenciosamente en el salon.
Se miraron el uno al otro en silencio. A Brunner se le veia inquieto y avergonzado. Parecia que quisiera decirle algo pero no se atreviera a hablar. Observo a Malone bebiendose el Coke, como si aquel acto le interesara muchisimo, y despues le siguio mirando mientras posaba la botella.
– ?Te importa que tome un sorbo? -pregunto Brunner.
– Claro que no.
Brunner tomo un sorbo y volvio a dejar la botella sobre la mesita de cafe.
Malone miro al perito mercantil. No le dirigiria la logica pregunta. Dejaria hablar a Brunner.
Brunner suspiro. Parecio tranquilizarse como perdido en sus propios pensamientos. A Malone el viejo se le antojaba distinto. Se trataba de un cambio muy sutil que, sin embargo, hubiera comprobado cualquiera que le hubiera conocido de antes.
Era indudable que Brunner habia experimentado una especie de transformacion mistica. Se le veia como arrobado.
Brunner carraspeo.
– Supongo que querras saber que he estado haciendo alli dentro, Adam.
– No tengo ningun derecho a preguntartelo. De ti depende.
Brunner asintio.
– Si, bueno. -Vacilo brevemente y despues lo solto-. Lo he hecho, Adam. Quiero pedir disculpas, quiero pedir sinceramente disculpas.
– Y se lo confeso todo apresuradamente-.
No queria hacerlo, Adam. Sinceramente te digo que no queria hacerlo. Sabia que lo que habian hecho los demas no estaba bien. Pero entre y al verla en persona. -Se perdio momentaneamente en una especie de ensueno y despues prosiguio-: Yo jamas habia visto a nadie como ella sin sin ropa encima.
– ?Sin ropa encima?
– Bueno, la llevaba pero podia verse todo, y jamas habia visto el cuerpo de una mujer tan famosa. Era tan… - No consiguio definirlo-. Me ha atraido como un iman. Solo queria verla, nada mas que eso, lo cual apenas era nada comparado con lo que habian hecho los demas.
Pero algo me impulso, no pude controlarme era como si no fuera yo, Leo Brunner, como si fuera otra persona quien lo hiciera.
Adam Malone permanecio sentado en silencio. Su rostro era inexpresivo y ya habia desistido de juzgar a nadie.
– Lo que tu quieres decir es que la has violado, Leo.
Brunner miro a Malone con asombro.
– Violarla, no, no ha sido una violacion. Quiero decir que no ha tenido apariencia de delito violento.
– ?Que ha sido entonces? Me has decepcionado, Leo.
Brunner hablaba, con vacilacion como si intentara explicarselo a si mismo.
– Ha sido, no se, puesto que toda la vida me he visto privado de las cosas maravillosas de que gozan otros hombres y por primera vez se me presentaba la oportunidad de conocer aquello de que gozan y dan por descontado los hombres mas privilegiados. ?Como te lo diria, Adam, para que me comprendieras?
– No tienes por que hacerlo, Leo.
– Me parece que he pensado que se me presentaba la ocasion de hacer una inversion que me permitiera gozar de una renta vitalicia en el transcurso de los tristes anos de la vejez y esta renta, tal, como ha dicho Kyle, seria el recuerdo de algo especial que de otro modo me hubiera estado vedado. -Sacudio la cabeza-. Tal vez lo este racionalizando demasiado. Tal vez ha sido una de las pocas ocasiones de mi vida en las que me he dejado llevar por el instinto sucumbiendo a una emocion que no he podido controlar.
Me he despojado de mi disfraz civilizado. Me he convertido en un animal como los demas. Lo unico que puedo decir es que no he podido contenerme. Lo que he hecho no he podido evitarlo. -Se detuvo como para hallar otra
