Ya era demasiado tarde. La cama se hundio por el lado izquierdo al arrodillarse el en ella.
– ?Que prefiere usted, senora? -le estaba diciendo-. Estoy a su servicio y quiero complacerla.
– Vayase, maldita sea, o le matare. Si me toca, le mato. Voy a…
– No pierda el tiempo. Empecemos de una vez.
Se dejo caer pesadamente a su lado rozandole la piel con la suya propia.
Con la escasa fuerza que le quedaba intento apartarse pero el ya habia extendido una mano hacia su pecho y le habia acercado la cabeza a su rostro.
A continuacion empezo a besarle y succionarle los pechos, primero uno y despues el otro.
Quiso apartarse pero le cayo encima una mano que, la inmovilizo de espaldas.
Mientras el hombre seguia cometiendo aquellas indignidades contra sus blandos pezones, noto por segunda vez aquella noche una apresurada y creciente dureza junto al muslo.
– Quienquiera que usted sea, detengase -le imploro-. Ya no puedo mas. Quiero morir. Dejeme en paz si es un ser humano.
– Por eso estoy aqui, senora, porque soy un ser humano -dijo el apartando la boca de su pecho.
Se le echo encima con un grunido y ella hizo acopio de todos sus arrestos procurando mantener las piernas fuertemente apretadas. Ahora le estaba haciendo algo alli abajo.
Noto que apartaba a un lado una mitad de la falda y despues la otra. Noto aire frio sobre el vientre y la parte superior de los muslos.
El hombre se detuvo momentaneamente, intrigado por la contemplacion de su ancho, definido y prominente monticulo vaginal.
De su garganta se escapo, casi involuntariamente, un profundo sonido gutural de placer anticipado. Lo que sucedio a continuacion resulto curiosamente inesperado.
Actuo con tanta rapidez que la pillo desprevenida, sin darle tiempo a defenderse. Lo inesperado fue su rapidez y fuerza. A pesar de su apariencia fofa, era muy fuerte.
Sus manos se introdujeron entre sus muslos contraidos y le separaron las piernas haciendola gritar de dolor. Quedo abierta la rosada vulva y los anchos labios exteriores se abrieron tambien y, antes de que ella pudiera protegerse, el rigido y grueso miembro se introdujo entre ellos ensanchandolos al penetrarlo.
– ?No! -grito ella.
Pero la habian vuelto a violar, la habian penetrado por completo y se hallaba irremediablemente perdida.
Hizo acopio de todas sus reservas de resistencia, de todo lo que habia sobrevivido a su enfrentamiento con el Malo.
Intento librarse de el con sus doloridos musculos, sus nervios en carne viva y sus movimientos. Quiso propinarle un rodillazo pero el le descargo un violento punetazo sobre la rotula y el dolor se extendio por todo su cuerpo y le estallo detras de la frente y por todo el craneo.
La agonia era excesiva, su mole, su tamano y su peso elefantino eran demasiado y Sharon se ablando.
El hombre mantenia los ojos cerrados y la boca abierta y se le caia la baba arremetiendo sin cesar hacia adelante y hacia atras, hacia adelante y hacia atras, distendiendole las doloridas paredes de la vagina.
Estaba murmurando algo que ella no podia entender, pero que al final entendio.
– Estupendo, estupendo, estupendo -repetia como un disco rayado. Sus palabras la cegaron de rabia.
Le escupio todos los insultos que se le ocurrieron. Levanto la cabeza medio llorando y le golpeo la mandibula y el pecho. Pero sus maldiciones eran como guijarros lanzados contra un dinosaurio al ataque.
Sin hacerle el menor caso, empujo y se hundio en ella. Lo que mas le dolia no era la implacable arremetida que advertia entre las piernas sino el burdo cuerpo machacandola, aporreandola, estrujandola hasta dejarle el pecho y las costillas y la pelvis pulsantes y en carne viva, como si le hubieran propinado una paliza.
Hizo un ultimo esfuerzo por lastimarle con las rodillas pero fue inutil porque parecia que alli no hubiera otra cosa mas que su vagina.
Para el solo existia el acto y el placer que este le estaba proporcionando.
Noto que se estremecia, que echaba los hombros hacia atras y las caderas hacia adelante y despues escucho un prolongado gemido.
– Aaaaaah, aaaah, aaah.
Habia terminado. Se retiro, abrio los ojos, sacudio la cabeza como para volverse a colocar el cerebro en su sitio y se aparto de encima de ella. Despues incorporo su desnuda mole, radiante de satisfaccion y virilidad.
Por las mejillas de Sharon volvieron a rodar amargas lagrimas. Que horror tan cochino y asqueroso.
Intento propinarle un debil puntapie con la pierna izquierda, pero el lo esquivo y la dolorida pierna se dejo caer de nuevo sobre la cama.
Se habia levantado de la cama. Empezo a secarse lentamente con una toalla. Despues se quedo de pie con los brazos en jarras, orgulloso y complacido como un saco de grasa que se creyera el mismisimo Coloso y pensara que a ella pudiera agradarle la contemplacion de su fisico.
– ?No ha estado mal, eh? -le dijo.
– ?Maldito cerdo! -le grito ella-. ?Cochino cerdo indecente! ?Espere, espere…
El se echo a reir.
– Vamos, reconozcalo. Ninguno de sus amigos actores le habia dado jamas nada parecido.
– ?Se arrepentira toda la vida, sucio degenerado! el recogio los pantalones del pijama.
– En estos momentos no pensemos ni en mi vida ni en la suya. -Se puso los pantalones y se anudo el cordon-. Pensemos en manana y en pasado manana. De eso se trata, amiga mia. Por consiguiente, mas le vale quedarse tendida como una buena chica y pasarlo bien.
– ?Cerdo indecente!
– Puede repetirlo si quiere -le dijo el saludandola-. Es lo mejor que tengo.
Recogio la chaqueta del pijama y salio canturreando de la estancia.
Howard Yost les encontro tal como les habia dejado. Entro en el salon sin dejar de canturrear y vio al viejo Leo Brunner, todo un espectaculo con sus calzoncillos holgados, y al pobre y afligido Adam Malone, clavado en el sofa a causa del exceso de hachis, en un estado de ligera euforia.
Con las gafas temblandole sobre la nariz, Brunner se acerco rapidamente a Yost.
– Howard, ?lo has hecho?
– No te imaginaras que he estado jugando a la canasta.
– ?De veras le has hecho el amor?
– Pues, claro, Leo, muchacho. Y los dos nos lo hemos pasado muy bien. Te dire una cosa. La senorita Sharon esta a la altura de lo que de ella cuenta la prensa.
Malone habia emergido de la bruma y fue a sentarse en un sofa que habia mas cerca.
– Howie, eso esta mal, esta muy mal y tu lo sabes. -Su expresion denotaba profunda tristeza-. Muy mal. Primero Shiv. Ahora tu.
Los dos habeis quebrantado las normas y habeis echado todo a rodar. Y pensad en ella.
– Pero ?cuando vas a entenderlo? -le dijo Yost con impaciencia-. ?Para que hemos venido? ?Para buscar setas y gozar de la Madre Naturaleza? Que se vaya al infierno todo eso. La unica Madre Naturaleza que existe para nosotros en estos momentos es la que hay en el dormitorio.
Tal vez no hubiera hecho nada en otras circunstancias. Pero puesto que Shiv ya habia empezado, me dije: ?que mas da? Estoy seguro de que en estos momentos ella piensa lo mismo.
Si ya te lo ha hecho uno, ?que mas da que vengan otros despues? Yost penso que Brunner iba a protestar, pero este no lo hizo.
Parecia que Brunner se hubiera transformado por completo en un 'voyeur'.
– Howard, ?cual ha sido su reaccion? ?Como se encuentra?
Yost se encogio de hombros.
– Creo que todo eso le resulta muy conocido. Me refiero a lo de acostarse con hombres. Despues de lo de Shiv, creo que no se sorprendio de verme. Supongo que se lo esperaba.
– ?De veras lo crees asi?
– Estoy seguro. No digo que este lo que se dice contenta. No le gusta estar atada.
Pero de no ser por eso, opuso cierta resistencia, lo cual era de esperar.
– ?De que clase?
– Insulto un poco, se agito un poco, me dijo que la dejara en paz. Pero, habida cuenta de las circunstancias,
