– ?Has oido hablar del doble homicidio en East Orange?

– Si.

– Lo llevo yo.

– ?Como en presente?

– Tu lo dices.

– Me lo imaginaba -dijo Banner-. Por eso solo te pido diez minutos.

– ?Es importante? -pregunto ella.

– Digamos… -se callo, buscando la palabra- que es muy raro.

– ?Y tiene que ver con la desaparicion de Katie Rochester?

– Diez minutos maximo, Loren. Solo te pido diez minutos. Que demonios, me conformo con cinco.

Loren miro el reloj.

– ?Cuando?

– Estoy en el vestibulo de tu edificio ahora mismo -dijo el-. ?Puedes buscar una sala?

– ?Para cinco minutos? Vaya, tu esposa no bromeaba con lo de tu entusiasmo en la cama.

– Sigue sonando, Muse. ?Oyes ese ding? Estoy subiendo al ascensor. Busca una sala ya.

Lance Banner, el detective de la policia de Livingston, llevaba un corte militar. Tenia rasgos grandes y una constitucion que hacia pensar en angulos rectos. Loren le conocia desde la escuela elemental y todavia no lograba quitarse de la cabeza esa imagen, como era entonces. Es lo que pasa con las personas que conociste de pequeno. Siempre los ves como parvulos.

Loren le vio vacilar al entrar, como si no supiera como saludarla: un beso en la mejilla o un apreton de manos mas profesional. Ella se adelanto y se acerco a besarle en la mejilla. Estaban en una sala de interrogatorios, y los dos se dirigieron a ocupar la silla del interrogador. Banner se dio cuenta, levanto ambas manos y se sento frente a ella.

– Tal vez deberias leerme mis derechos -dijo.

– Esperare a tener suficiente para un arresto. ?Que tienes sobre Katie Rochester?

– No hay tiempo para charlas banales, ?eh?

Ella se limito a mirarle.

– Vale, vale, al grano entonces. ?Conoces a una mujer llamada Claire Biel?

– No.

– Vive en Livingston -dijo Banner-. Se llamaba Claire Garman cuando eramos pequenos.

– No me acuerdo.

– Era mayor que nosotros. Cuatro o cinco anos probablemente. -Se encogio de hombros-. Lo he comprobado.

– Aja -dijo Loren-. Hazme un favor, Lance. Finge que soy tu esposa y ahorrame los preliminares.

– Vale, alla va. Me ha llamado esta manana. Claire Biel. Su hija se fue anoche y no ha vuelto.

– ?Cuantos anos tiene?

– Acaba de cumplir dieciocho.

– ?Algun indicio de juego sucio?

El puso cara de estarlo pensando y despues dijo:

– Todavia no.

– ?Y?

– Normalmente esperamos un tiempo. Como dijiste tu por telefono, es mayor de edad y no hay indicios de violencia.

– Como con Katie Rochester.

– Si.

– ?Pero?

– Conozco un poco a los padres. Claire iba a la escuela con mi hermano mayor. Viven en el mismo barrio. Estan preocupados, por supuesto. Pero la verdad es que se imaginan que la chica esta por ahi haciendo el tonto. La aceptaron en la universidad el otro dia. Ira a Duke. Su primera eleccion. Fue a celebrarlo con unos amigos. Ya sabes a que me refiero.

– Lo se.

– Pero yo he pensado que no haria ningun dano echar un vistazo. Asi que he hecho lo mas facil. Para contentar a los padres, para que sepan que su hija…, se llama Aimee, por cierto, que Aimee esta bien.

– ?Y que has hecho?

– He investigado su tarjeta de credito para ver si habia pagado algo o habia utilizado un cajero.

– ?Y?

– Lo ha hecho. Saco mil dolares, el maximo, en un cajero a las dos de la manana.

– ?Tienes el video del banco?

– Lo tengo.

Eso se conseguia al momento. Ya no se usaban las antiguas cintas. Eran videos digitales y se podian mandar por correo y descargar enseguida.

– Era Aimee -dijo el-. No hay ninguna duda. No intentaba ocultar su cara ni nada.

– ?Y?

– Asi que crees que se ha fugado, ?no?

– Si.

– Una canita al aire -siguio el-. Cogio el dinero y se fue de fiesta, o lo que sea. A pegarse una buena juerga al final de su ultimo ano. -Aparto la mirada.

– Venga, Lance. ?Cual es el problema?

– Katie Rochester.

– ?Porque hizo lo mismo que ella? ?Fue a un cajero antes de desaparecer?

El inclino la cabeza adelante y atras en un gesto de «algo parecido». Sus ojos seguian puestos en otra parte.

– No es que hiciera lo mismo que Katie -dijo-. Es que hizo exactamente lo mismo.

– No te entiendo.

– El cajero que utilizo Aimee Biel esta situado en Manhattan, mas concretamente -ahora hablo con mas lentitud- en el Citibank de la 52 con la Sexta Avenida.

Loren sintio un estremecimiento desde la nuca hacia abajo.

– Es el mismo que utilizo Katie Rochester, ?no? -dijo Banner.

Ella asintio y despues dijo algo totalmente estupido:

– Podria ser una coincidencia.

– Podria ser -convino el.

– ?Tienes algo mas?

– Acabamos de empezar, pero hemos buscado el registro de su movil.

– ?Y?

– Hizo una llamada justo despues de sacar el dinero.

– ?A quien?

Lance Banner se echo atras y cruzo las piernas.

– ?Te acuerdas de un chico un poco mayor que nosotros, un jugador de baloncesto, Myron Bolitar?

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