le llamo a usted y no a sus padres o a una tia o un tio o a un amigo de la escuela? -Loren levanto las manos al cielo-. ?Por que a usted?
Myron hablo en voz baja.
– Se lo hice prometer.
– ?Prometer?
– Si.
Les explico lo del sotano, que oyo hablar a las chicas de haber ido en coche con un chico borracho y lo que les habia hecho prometer, y mientras lo hacia, vio que les cambiaba la expresion. Incluso a Hester. Las palabras, los argumentos sonaban vacios a sus oidos y no entendia por que. Su explicacion fue demasiado larga. El mismo detectaba su tono defensivo.
Cuando termino, Loren pregunto:
– ?Habia hecho antes lo mismo?
– No.
– ?Nunca?
– Nunca.
– ?Se presento voluntario a alguna otra chica indefensa o ebria para hacerle de chofer?
– ?Eh! -Hester no pensaba dejar pasar aquello-. Esa es una falsa interpretacion de lo que dijo. Y la pregunta ya se ha hecho y se ha respuesto. Siga.
Loren se agito en la silla.
– ?Y a chicos? ?Alguna vez le ha hecho prometer a un chico?
– No.
– ?Solo chicas?
– Solo a esas dos chicas -dijo Myron-. No lo habia planeado.
– Ya. -Loren se froto la barbilla-. ?Y Katie Rochester?
– ?Quien es esa? -pregunto Hester.
Myron no hizo caso.
– ?Que ocurre?
– ?Alguna vez le hizo prometer llamarle?
– De nuevo esa es una falsa interpretacion de lo que ha dicho -intervino Hester-. Intentaba impedir que condujeran bebidos.
– Si, claro, es un heroe -dijo Loren-. ?Alguna vez se lo dijo a Katie Rochester?
– Ni siquiera conozco a Katie Rochester -dijo Myron.
– Pero le suena el nombre.
– Si.
– ?En que contexto?
– De las noticias. ?Que pasa, Muse? ?Soy sospechoso en todos los casos de personas desaparecidas?
Loren sonrio.
– En todos no.
Hester se inclino hacia Myron y le susurro al oido:
– Esto no me gusta, Myron.
A el tampoco.
Loren continuo:
– ?Asi que no conoce a Katie Rochester?
No pudo evitar su formacion de abogado.
– Que yo sepa, no.
– Que usted sepa, no. ?Pues quien deberia saberlo?
– Protesto.
– Ya sabe a lo que me refiero -dijo Myron.
– ?Y a su padre, Dominick Rochester?
– No.
– ?O a su madre, Joan? ?La conoce de algo?
– No.
– No -repitio Loren-, ?o no, que usted sepa?
– Me presentan a muchas personas. No las recuerdo a todas. Pero los nombres no me suenan.
Loren Muse miro a la mesa.
– ?Dice que dejo a Aimee en Ridgewood?
– Si, en casa de su amiga Stacy.
– ?En casa de una amiga? -Aquello llamo la atencion de Loren-. Antes no lo menciono.
– Lo menciono ahora.
– ?Como se apellida Stacy?
– No me lo dijo.
– Ya. ?Conocio a la tal Stacy?
– No.
– ?Acompano a Aimee a la puerta?
– No, me quede en el coche.
Loren Muse fingio una expresion confundida.
– ?Su promesa de protegerla no llegaba a la puerta?
– Aimee me pidio que me quedara en el coche.
– ?Quien abrio la puerta, entonces?
– Nadie.
– ?Entro ella por su mano?
– Dijo que Stacy estaria seguramente durmiendo y que ella siempre entraba por la puerta trasera.
– Ya. -Loren se levanto-. Vamos alla.
– ?Adonde le llevan? -pregunto Hester.
– A Ridgewood. A ver si encontramos esa calle sin salida.
Myron se puso de pie.
– Pueden preguntar la direccion de Stacy a los padres de Aimee.
– Ya la sabemos -dijo Loren-. El problema es que Stacy no vive en Ridgewood, sino en Livingston.
16
Cuando Myron salio de la sala de interrogatorio, vio a Claire y Erik Biel en un despacho, al fondo del pasillo. Incluso a lo lejos y a traves del reflejo del cristal noto la tension. Se paro.
– ?Que pasa? -pregunto Loren Muse.
El indico con la barbilla.
– Quiero hablar con ellos.
– ?Que les va a decir exactamente?
El vacilo.
– ?Va a perder el tiempo con explicaciones -pregunto Loren Muse- o quiere ayudarnos a encontrar a Aimee?
Tenia razon. ?Que iba a decirles ahora, de todos modos? «No le he hecho dano a vuestra hija. Solo la acompane a una casa de Ridgewood porque no queria que fuera en coche con un chico borracho.» ?Que sacarian con eso?
Hester le dio un beso de despedida.
El la miro.
– Ten la boca cerrada.
– Claro, como quieras. Pero llamame si te arrestan, ?vale?
