Loren se encogio de hombros.

– No creo que sea una coincidencia.

– Tal vez se conocian.

– Segun los padres, no.

– Eso no significa nada -dijo Steinberg-. Los padres no saben nada de sus hijos. Creeme, tengo hijas adolescentes. Los padres que aseguran saberlo todo de sus hijos normalmente son los que menos saben. -Se agito en la silla-. ?Habeis encontrado algo en la casa o el coche de Bolitar?

– Todavia estan en ello -dijo Loren-. Pero ?que van a encontrar? Sabemos que ella estuvo en la casa y en el coche.

– ?Se encarga del registro la policia local?

Ella asintio.

– Pues que se encargue tambien del resto. De hecho ni siquiera tenemos un caso, con una chica de esa edad, ?no?

– No.

– Bien, pues ya esta decidido. Pasalo a la policia local. Quiero que te concentres en los homicidios de East Orange.

Steinberg le hablo del caso. Ella escucho e intento concentrarse. Era un caso importante, no habia duda. Un doble asesinato. Tal vez un peligroso asesino en serie habia vuelto a la zona. Era del tipo de casos que le encantaba. Le llevaria todo su tiempo. Lo sabia. Y conocia las probabilidades. Aimee Biel habia retirado dinero antes de llamar a Myron. Eso significaba que probablemente no la habia secuestrado, que estaba perfectamente, y que, en definitiva, ella no deberia involucrarse mas.

Dicen que las penas y las preocupaciones envejecen, pero con Claire Biel sucedia lo contrario. La piel se le estiraba tanto en los pomulos que la sangre parecia no fluir. No tenia arrugas en la cara. Estaba palida y casi esqueletica.

Myron tuvo un recuerdo banal. Clase de estudio, ultimo ano. Estaban sentados hablando y el la hacia reir. Normalmente Claire era silenciosa y a menudo distraida. Hablaba en voz baja. Pero cuando el le encontraba el punto, como al remedar las tonterias de sus peliculas favoritas, Claire se reia tanto que se le saltaban las lagrimas. Y el no paraba. Le gustaba hacerla reir. Le encantaba ver su alegria en estado puro cuando se soltaba asi.

Claire le miro. De vez en cuando todos volvemos atras en la vida a momentos como ese, cuando todo era perfecto. Intentas volver y averiguar como empezo y que camino tomaste y como acabaste aqui, si hubo un momento al que pudieras volver y de algun modo cambiar y plaf, ya no estarias aqui, sino en un lugar mejor.

– Cuentame -dijo Claire.

Se lo conto todo. Empezo por la fiesta en su casa, que las habia oido hablar en el sotano, la promesa, la llamada a cualquier hora. No omitio nada. Le conto la parada en la estacion de servicio. Incluso que Aimee le habia dicho que las cosas no iban bien con ellos.

Claire se mantuvo rigida. No dijo nada. Le temblaban levemente los labios. De vez en cuando cerraba los ojos. A veces pestaneaba como si esperara un golpe pero no fuera capaz de defenderse de el.

Cuando termino se quedaron en silencio. Claire no hizo preguntas. Se quedo quieta y parecia muy fragil. Myron dio un paso hacia ella, pero enseguida se dio cuenta de que era mejor no acercarse.

– Tu sabes que nunca le haria dano -dijo el.

Ella no contesto.

– Claire…

– ?Recuerdas aquella vez que quedamos en Little Park, junto a la rotonda?

Myron espero un instante.

– Quedabamos alli a menudo, Claire.

– En el parque. Aimee tenia tres anos. Paso un camion de chucherias y le compraste unas almendras garrapinadas.

– Que no le gustaron nada.

Claire sonrio.

– ?Lo recuerdas?

– Si.

– ?Te acuerdas de mi entonces?

Myron lo penso.

– No se adonde quieres ir a parar.

– Aimee no conocia sus limites. Lo probaba todo. Queria bajar por aquel tobogan con la escalera tan grande y era demasiado pequena, o eso creia yo. Era mi primer hijo. Me moria de miedo todo el rato. Pero no podia detenerla. De modo que la deje subir, pero le dije que estaria detras de ella, ?te acuerdas? Tu te burlaste de mi.

El asintio.

– Antes de que naciera ella, me jure no ser una de esas madres sobreprotectoras. Lo jure. Pero Aimee sube por esa escalera y yo me coloco detras de ella, con las manos en su trasero. Por si acaso. Por si acaso resbalaba, porque estes donde estes, incluso en un lugar tan inocente como un patio de juegos, todos los padres se imaginan lo peor, su piececito resbalando en un peldano, sus deditos dejando la barandilla y su cuerpecito cayendo y dandose de cabeza y el cuello torcido… -Se le corto la voz-. -Asi que me quede detras, preparada para lo que fuera.

Claire se paro y le miro.

– Nunca le haria dano -dijo Myron.

– Lo se -dijo ella bajito.

Aquello deberia haberle aliviado. Pero no fue asi. Habia algo en su tono que le mantenia alerta.

– No le harias ningun dano, ya lo se. -Sus ojos se encendieron-. Pero tampoco estas exento de culpa.

El no supo que responder.

– ?Por que no te has casado? -pregunto.

– ?Y eso que diablos tiene que ver?

– Eres uno de los hombres mas buenos y amables que conozco. Te encantan los ninos. Eres hetero. ?Por que no te has casado todavia?

Myron se contuvo. Claire estaba en shock, se dijo. Su hija habia desaparecido. Se estaba desahogando.

– Porque llevas la destruccion contigo, Myron. Siempre que estas tu, alguien acaba mal. Creo que por eso no te has casado.

– ?Crees… que… que estoy maldito?

– No, nada de eso. Pero mi hijita ha desaparecido. -Ahora sus palabras eran lentas y sopesaba cada una-. Fuiste el ultimo que la viste. Prometiste protegerla.

El se quedo quieto.

– Podrias habermelo dicho -dijo Claire.

– Le prometi…

– No -dijo ella, levantando una mano-. Eso no es una excusa. Aimee no lo habria sabido nunca. Podrias haberme dicho confidencialmente: «Mira, le he dicho a Aimee que me llamara si tenia algun problema». Yo lo habria comprendido. Me habria gustado, porque entonces habria sido como si yo estuviera protegiendola, como en la escalera. La habria podido proteger tal como lo hacen los padres. Un padre, Myron, no un amigo de la familia.

El queria defenderse, pero no encontraba argumentos.

– Pero no lo hiciste -siguio ella, atacandole con cada palabra-. Y le prometiste no decirselo a sus padres. Despues la acompanaste a no se donde y la dejaste alli, pero no te quedaste vigilando como habria hecho yo. ?Lo entiendes? No cuidaste de mi hija. Y ha desaparecido.

El no dijo nada.

– ?Que vas a hacer al respecto? -pregunto ella.

– ?Que?

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