Aquella habitacion hedia a Big Jake. Habia una cabeza de ciervo colgada sobre la chimenea. Trofeos de golf y tenis se alineaban sobre la repisa. La alfombra era alguna especie de piel de oso. El televisor era enorme, al menos media dos metros. Por todas partes habia diminutos y caros altavoces. Algo clasico emergia del reproductor digital. Una maquina de palomitas de tombola con luces parpadeantes brillaba en un rincon. Habia feas estatuas doradas y helechos. Todo se habia elegido no siguiendo la moda o por su funcion, sino por lo que parecia mas ostentoso y mas caro.
En la mesita auxiliar habia una foto de la espectacular esposa de Jake Wolf. Drew la levanto y meneo la cabeza. En la fotografia, Lorraine Wolf llevaba bikini. Otro de los trofeos de Jake, penso. Una foto de tu propia esposa en bikini en una mesita auxiliar del salon, ?quien demonios hace eso?
– He charlado con Harry Davis -dijo Wolf. El tambien tenia una Corona Light pero con una rodaja de limon en el gollete. Regla de Van Dyne para el consumo de alcohol: si una cerveza necesita fruta anadida, elige otra-. No va a hablar.
Drew no dijo nada.
– ?No le crees?
Drew se encogio de hombros y bebio su cerveza.
– Es el que mas tiene que perder.
– ?Tu crees?
– ?Tu no?
– Se lo he recordado a Harry. ?Sabes lo que ha dicho?
Jake se encogio de hombros.
– Ha dicho que quizas era Aimee Biel quien mas tenia que perder.
– Drew dejo su cerveza, evitando aposta el posavasos-. ?Tu que crees?
Big Jake senalo a Drew con su dedo rechoncho.
– ?De quien seria la culpa?
Silencio.
Jake se acerco a la ventana. Senalo con un gesto de la barbilla la casa de al lado.
– ?Ves esa casa?
– ?Que pasa?
– Es un maldito castillo.
– La tuya tampoco esta mal, Jake.
Jake dibujo una sonrisita.
– No como esa.
Drew habria querido decir que todo es relativo, que el, Drew Van Dyane, vivia en una madriguera mas pequena que el garaje de Wolf, pero ?para que molestarse? Drew tambien podria haber dicho que no tenia pista de tenis ni tres coches ni estatuas doradas ni salon de cine o ni siquiera una esposa de verdad desde la separacion, y mucho menos con un cuerpo tan espectacular para lucirlo en bikini.
– Es un abogado importante -siguio Jake-. Fue a Yale y procura que nadie lo olvide. Lleva una pegatina de Yale en el parabrisas. Camisetas de Yale cuando sale a correr. Celebra fiestas con alumnos de Yale. Entrevista a los solicitantes de Yale en su gran castillo. Su hijo es un colgado, pero ?a que no sabes que universidad le ha aceptado?
Drew Van Dyne se agito en el asiento.
– El mundo no es un campo de juego justo, Drew. Necesitas un empujon. O tienes que buscartelo. Tu, por ejemplo, querias ser una estrella del rock. Los chicos que lo consiguen, que venden millones de cedes y llenan grandes estadios, ?crees que valen mas que tu? No. La gran diferencia, tal vez la unica diferencia, es que estan dispuestos a aprovecharse de una situacion. Han explotado algo. Y tu no. ?Sabes cual es el mayor topico del mundo?
Drew veia que no habia forma de pararlo. Pero le daba igual. Estaba hablando. A su manera le estaba revelando cosas. Drew empezaba a hacerse una idea de adonde queria ir a parar Jake.
– No, ?cual?
– Detras de toda gran fortuna hay un gran delito.
Jake callo y se concentro en eso. Drew sintio que iba a escaparsele la risa.
– Ves a alguien con mucha pasta -siguio Jake Wolf-, un Rockefeller, un Carnegie o uno de esos. ?Quieres saber cual es la diferencia entre ellos y nosotros? Uno de sus bisabuelos estafo, robo o mato. Tenia pelotas, seguro. Pero comprendio que el campo de juego nunca es justo. Si quieres una oportunidad, tienes que buscartela. Despues sueltas a las masas el rollo ese del trabajo duro partiendote la espalda.
Drew Van Dyne recordo la llamada de advertencia: «No hagas estupideces. Todo esta controlado».
– Ese Bolitar -dijo Drew-. Ya has hecho que tus amigos policias le metieran miedo. Ni se ha inmutado.
– No te preocupes por el.
– Eso no es un gran consuelo, Jake.
– Bien -dijo Jake-, recordemos de quien es la culpa.
– De tu hijo.
– ?Eh! -Jake volvio a senalarlo con el dedo rechoncho-. Deja a Randy al margen.
Drew Van Dyne se encogio de hombros.
– Eres tu quien queria echarle la culpa a alguien.
– Va a ir a Dartmouth. Eso esta hecho. Nadie, y mucho menos una furcia estupida, lo echara a perder.
Drew respiro hondo.
– De todos modos, la cuestion sigue siendo: si Bolitar sigue investigando, ?que va a descubrir?
Jake Wolf le miro.
– Nada -dijo.
Drew Van Dyne sintio un cosquilleo en la base de la espina dorsal.
– ?Como puedes estar tan seguro?
Wolf no dijo nada.
– ?Jake?
– No te preocupes. Como he dicho, mi hijo esta a punto de entrar en la universidad. Ha acabado con esto.
– Tambien has dicho que detras de toda gran fortuna hay un gran delito.
– ?Y?
– Ella no significa nada para ti, ?verdad, Jake?
– No se trata de ella, sino de Randy, de su futuro.
Jake Wolf se volvio hacia la ventana, hacia el castillo de su distinguido vecino. Drew reflexiono, domino sus emociones. Miro a aquel hombre. Penso en lo que le habia dicho, en lo que significaba. Volvio a pensar en la llamada de advertencia.
– Jake.
– ?Que?
– ?Sabias que Aimee Biel esta embarazada?
La sala quedo en silencio. La musica de fondo callo al final de la cancion. Al empezar la siguiente, el ritmo habia subido un punto, un viejo exito de Supertramp. Jake Wolf volvio la cabeza despacio y miro por encima del hombro. Drew Van Dyne vio que la noticia habia sido una sorpresa.
– Eso no cambia nada -dijo Jake.
– Puede que si.
– ?Por que?
Drew Van Dyne metio la mano en la funda de la axila. Saco la pistola y apunto a Jake Wolf.
– Adivina.
42
El escaparate era de un salon de manicura llamado Nail-R-Us en una seccion todavia no reformada de