repentinas, las nieblas, la lluvia y la nieve son alli constantes, sobre todo en primavera y otono. Ahora que a nosotros, nos servira para prepararnos a las condiciones polares.

Gracias a la quietud del mar, todos durmieron y descansaron aquella noche perfectamente de despues del ajetreo y las preocupaciones de los preparativos del viaje. Pero al dia siguiente se justificaron las predicciones de Trujanov. El barometro descendio bruscamente, soplo un fuerte noroeste, el cielo se cubrio de nubarrones grises y empezo a caer una fina lluvia otonal. A la altura del cabo de la Paciencia, elEstrella Polarviro casi hacia el Este y entro en el mar de Ojotsk, alejandose mas y mas de Sajalin. Comenzo un fuerte balanceo y los viajeros pasaron una noche muy inquieta.

Al dia siguiente el tiempo no mejoro. Se sucedian la lluvia y la nieve. Las olas oscuras, coronadas de blancas crestas de espuma, pegaban ritmicamente contra babor, salpicando toda la cubierta. Tuvieron que quedarse en la sala de oficiales charlando para pasar el tiempo. Papochkin y Socavoi, que soportaban mal el balanceo, no aparecieron a la hora del desayuno ni a la llora del almuerzo. El capitan solo abandonaba por poco tiempo su puesto. Felizmente la tormenta no era fuerte e inclusoamaino durante la noche. A la manana siguiente aparecio por delante la masa oscura de la isla de Paramushir, la mas grande de la parte septentrional de las Kuriles y, a la derecha, otras islas mas pequenas, las de Makanrushi y Onekotan, con el volcan de Toorusir del que ascendia una espesa columna de humo. El viento habia cesado y el humo subia en linea recta, dispersandose en las capas altas de la atmosfera para convertirse en una nube gris apenas visible en el cielo entoldado. A unas millas, al Sur emergia del agua, semejante a una columna gigantesca, la abrupta roca de Avossi, igual que un enorme dedo negro que amenazase al barco. La franja blanca del oleaje hacia resaltar crudamente su base en la superficie del mar que, a la luz gris del dia, tomaba un tinte verde aceituna.

— ?Que tetricas son estas islas! — exclamo Papochkin, que habia subido a cubierta al enterarse de que se veia tierra-. Unas rocas lugubres, negras y rojizas, y arbustos rastreros.

— Y nieblas permanentes. En el verano lluvias, en invierno tormentas de nieve — anadio Trujanov-. Pero, de todas formas, hay gente que vive aqui.

— Las islas Kuriles son todas de origen volcanico — explico Kashtanov. En ellas se cuentan veintitres volcanes, de los cuales dieciseis se hallan en actividad mas o menos permanente. Esta cadena, que une Kamchatka y el Japon, se extiende por el borde occidental de una gran depresion del fondo del mar, la cuenca de Tuskaror, que alcanza una profundidad de nueve mil quinientos metros. Las lineas de los grandes accidentes de la corteza terrestre suelen ir acompanadas de volcanes, y los frecuentes terremotos demuestran que todavia continuan los desplazamientos en la corteza terrestre y el equilibrio se altera.

Capitulo IV

EL PAIS DE LAS COLINAS HUMEANTES

Despues de mediodia, el viento de popa permitio izar todas las velas y elEstrella Polarcorrio con duplicada velocidad hacia Kamchatka, que se divisaba ya en el horizonte. Pronto llegaron al cabo Lopatka y luego se ofrecio a los ojos de los viajeros una linea de colinas volcanicas. Unas eran conicas, otras truncadas, unidas entre si por los cuellos de pequenas cordilleras. La nieve que cubria los conos esbeltos de los montes y las crestas de las cordilleras intermedias ponia una intensa mancha blanca sobre el fondo oscuro del cielo. La noche de loma permitia trasponer sin peligro el paso estrecho de la bahia de Avacha. Recogidas las velas, elEstrella Polarpaso a poca marcha por entre las altas rocas del canal y se encontro en una ancha bahia en cuyas orillas ni una sola luz denotaba la presencia del hombre. Era mas de media noche y la pequena ciudad de Petropavlovsk descansaba desde hacia ya mucho tiempo. Las aguas quietas de la bahia lanzaban reflejos plateados a la intensa luz de la luna y, a lo lejos, al Norte, alzabase el esbelto cono del monte de Avacha, semejante a un fantasma blanco sobre el fondo oscuro del cielo. El aire estaba frio. Hubierase dicho que Kamchatka se hallaba todavia envuelto en el sueno invernal.

Al cabo de una hora, el barco echo el ancla a unos cien metros de la orilla, junto a la ciudad dormida. El rechinar de las cadenas desperto, a los perros y el silencio nocturno fue roto por unos ladridos, a los que, sin embargo, ninguno de los vecinos presto atencion. Se conoce que aquel concierto, de tan repetido, era un fenomeno corriente.

Por la manana despertaron a los viajeros las carreras y el ajetrea iniciados en cubierta. Se procedia a la carga de carbon, de agua potable y de provisiones. Todos se apresuraron a abandonar sus camarotes. El sol brillante estaba ya muy alto sobre los montes y la ciudad llena de vida.

Despues de tan larga navegacion, todos querian sentir bajo los pies tierra firme. Por eso desayunaron a toda prisa y aprovecharon para trasladarse a la orilla la lancha que iba a buscar provisiones. Toda la poblacion de Petropavlovsk desde los chiquillos hasta los ancianos que apenas podian tenerse de pie, se habia congregado en la orilla para ver el barco y sus pasajeros, para enterarse de las ultimas noticias de la Patria lejana y de si no habian traido algunas de las mercancias que necesitaban.

Detras de la muchedumbre, sobre la pendiente suave,

extendianse en pintoresco desorden las tristes casuchas de los habitantes, entre las que destacaban algunos edificios por su tamano y su buen porte: la escuela, el hospital, la casa nueva del gobierno de la provincia y algunos almacenes comerciales.

Sorprendio a los viajeros la ausencia de todo lo que pudiera parecerse a una calle. Las casitas estaban dispersadas come se les habia ocurrido a sus constructores y sus duenos: unas de cara a la bahia, otras de costado y algunas incluso en linea oblicua. Alrededor de cada casa habia graneros, cobertizos para el ganado, secaderos para la yukola. En muchos lugares aun habia montones y campos de nieve sucia, a medio derretir, por debajo de los cuales corrian hacia el mar arroyuelos de agua turbia que los transeuntes debian pasar saltando por no haber aceras ni puentecillos.

A todos sorprendio la ausencia casi absoluta de aves de corral y ganado domestico menor. Explicabase esta circunstancia por el hecho de que los perros de tiro, sin los cuales es imposible vivir en Kamchatka, exterminan a todos los animales pequenos, sobre todo hacia finales del invierno cuando van agotandose las reservas deyukolay se tiene a los perros a media racion. Estos perros, hermosos animales lanudos de distinto pelaje, se veian en torno a todas las casas. Unos tomaban el sol en graciosas posturas, otros husmeaban en los residuos domesticos y otros, en fin, se peleaban o jugaban entre si. Los viajeros observaban con interes a aquellos animales, cuyos congeneres debian tomar parte en la expedicion delEstrella Polarcomo medio de locomocion por las nieves y los hielos de la tierra desconocida. En Kamchatka estaba deshelando y la nieve derretida no permitia caminar en trineo, de manera que los perros gozaban ahorra de un merecido descanso y de un inmerecido ayuno que denotaban sus flancos hundidos y sus miradas famelicas.

A pesar de los rodeos que tenian que hacer constantemente por entre las casas y sus anejos, los viajeros recorrieron toda lo ciudad en menos de media hora y llegaron a las afueras, donde el botanico esperaba recoger algunos ejemplares de la flora primaveral. Pero sus esperanzas fallaron: todo estaba cubierto aun de una espesa capa de nieve y solo en la pendiente mas abrupta, ya despejada por el deshielo, descubrio unas hojas recientes

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