– Estas loca.

– Es posible -dijo Grace-. Pero, dime, Sandra. ?Por que lo hiciste? ?Fue por miedo a que te cogieran, o temias perder el control del negocio familiar? Tal vez por una mezcla de las dos cosas. En cualquier caso, se que conseguiste que Shane Alworth ocupara el lugar de tu hermano. Sera facil demostrarlo. Desenterraremos viejas fotos. Podemos hacer una prueba del ADN. O sea, se ha acabado.

Sandra empezo a golpear la mesa con las yemas de los dedos.

– Si eso es verdad -dijo-, el hombre al que quisiste te mintio todos esos anos.

– Eso es verdad al margen de todo -dijo Grace-. Por cierto, ?como conseguiste que cooperara?

– Se supone que eso es una pregunta retorica, ?no?

Grace se encogio de hombros y prosiguio:

– La senora Alworth me dijo que eran pobres de solemnidad. Su hermano Paul no podia pagarse la universidad. Ella vivia en un tugurio. Pero me atrevo a suponer que tu los amenazaste. Si un miembro de Allaw salia perjudicado por eso, todos se verian afectados. Es probable que el pensara que no le quedaba mas remedio.

– Vamos, Grace. ?De verdad crees que un pobreton como Shane Alworth podia hacerse pasar por mi hermano?

– ?Realmente habria sido tan dificil? Seguro que tu padre y tu lo ayudasteis. No habria sido ningun problema conseguir documentos de identidad. Ya tenias el certificado de nacimiento de tu hermano y todos los documentos necesarios. Bastaba con decir que le habian robado la cartera. Entonces era mas facil falsificar documentos. Se habria sacado un nuevo permiso de conducir, un pasaporte, lo que sea. Encontraste otro abogado especializado en fideicomisos en Boston… mi amigo se fijo en que ya no era el de Los Angeles… alguien que no hubiera visto nunca a John Lawson. Si tu, tu padre y Shane ibais juntos a su despacho, con todos los documentos de identidad en regla, ?quien lo pondria en duda? Tu hermano ya se habia licenciado en la Universidad de Vermont, asi que tampoco tenia que presentarse alli con una cara nueva. Shane ya podia irse al extranjero. Si alguien se encontraba con el, pues nada, diria que se llamaba Jack y que era otro John Lawson. Tampoco es un nombre muy raro.

Grace espero.

Sandra cruzo los brazos.

– ?Y se supone que ahora es cuando debo venirme abajo y confesar?

– ?Tu? No, no lo creo. Pero vamos, ya sabes que se ha acabado. No sera dificil demostrar que mi marido no era tu hermano.

Sandra Koval se tomo su tiempo.

– Eso es posible -admitio, ahora midiendo mas sus palabras-. Pero no creo que haya ningun delito en eso.

– ?Por que?

– Digamos, de nuevo hipoteticamente, que tienes razon. Digamos que es verdad que consegui que tu marido se hiciera pasar por mi hermano. Eso ocurrio hace quince anos. Hay una ley de prescripcion de derechos. Puede que mis primos intenten enfrentarse a mi por el fideicomiso, pero no les conviene el escandalo. Lo resolveriamos. E incluso si lo que dices es verdad, mi delito no seria muy grave. Si yo estaba en el concierto esa noche… en fin, en los primeros dias de toda esa locura, ?quien me echaria la culpa por haberme asustado?

Grace hablo en voz baja.

– Yo no te culparia por eso.

– Pues ya ves.

– Y al principio tampoco hiciste nada demasiado malo. Fuiste a ese concierto a pedir justicia para tu hermano. Te enfrentaste al hombre que robo una cancion compuesta por tu hermano y su amigo. Eso no es ningun delito. Las cosas se torcieron. Tu hermano murio. No podias hacer nada para recuperarlo. Asi que actuaste como te parecio mejor. Jugaste las terribles cartas que te tocaron.

Sandra Koval extendio los brazos.

– Entonces, ?que quieres ahora, Grace?

– Respuestas, supongo.

– Por lo visto, ya has recibido unas cuantas. -A continuacion, levanto el dedo y anadio-: Eso en terminos hipoteticos.

– Y tal vez quiera justicia.

– ?Que justicia? Tu misma acabas de decir que lo que sucedio es comprensible.

– Esa parte -dijo Grace, todavia en voz baja-. Si hubiera acabado alli, si, es probable que lo hubiera dejado estar. Pero no se acabo alli.

Sandra Koval se reclino y espero.

– Sheila Lambert tambien tuvo miedo. Sabia que lo mejor que podia hacer era cambiar de nombre y desaparecer. Todos acordasteis dispersaros y callar. En cuanto a Geri Duncan, ella se quedo donde estaba. Eso no importo, al principio. Pero de pronto se entero de que estaba embarazada.

Sandra solo cerro los ojos.

– Cuando acepto ser John Lawson, Shane, mi Jack, tuvo que romper todos los lazos e irse al extranjero. Geri Duncan no sabia adonde se habia ido. Al cabo de un mes se entero de que estaba embarazada. Queria encontrar al padre desesperadamente. Asi que fue a verte. Sospecho que queria partir de cero. Queria contar la verdad y tener a su hijo haciendo borron y cuenta nueva. Y tu ya conocias a mi marido. Jamas le habria dado la espalda si ella insistia en tener el hijo. A lo mejor el tambien habria querido hacer borron y cuenta nueva. Y entonces, ?que habria sido de ti, Sandra?

Grace se miro las manos. Seguian temblando.

– Asi que tuviste que silenciar a Geri. Eras abogada criminalista. Representabas a criminales. Y uno de ellos te ayudo a encontrar a un asesino a sueldo que se llamaba Monte Scanlon.

– No puedes demostrar nada de esto -dijo Sandra.

– Los anos pasan -prosiguio Grace-. Ahora mi marido es Jack Lawson. -Grace se interrumpio y se acordo de cuando Carl Vespa le dijo que Jack Lawson la habia buscado. Habia algo alli que seguia sin encajar-. Tenemos hijos. Le digo a Jack que quiero volver a Estados Unidos. El no quiere. Yo insisto. Tenemos hijos. Quiero volver a mi pais. Es mi culpa, supongo. Ojala me hubiera dicho la verdad…

– ?Y como habrias reaccionado, Grace?

Penso por un momento.

– No lo se.

Sandra Koval sonrio.

– Y supongo que el tampoco.

En eso tenia razon, Grace lo sabia, pero no era el momento para esa clase de reflexiones. Continuo:

– Al final nos fuimos a Nueva York. Pero ya no se que paso despues, Sandra, asi que tendras que ayudarme tu en eso. Creo que al celebrarse el aniversario y al salir en libertad Wade Larue, Sheila Lambert, o tal vez incluso Jack, decidio que habia llegado el momento de decir la verdad. Jack nunca dormia bien. Tal vez los dos necesitaban descargar sus culpas, no lo se. Pero tu eso no podias aceptarlo, claro. A ellos podian perdonarlos, pero no a ti. Tu mandaste asesinar a Geri Duncan.

– Y de nuevo te pregunto: ?La prueba es…?

– Ya llegaremos a eso -dijo Grace-. Me mentiste desde el principio, pero si me dijiste la verdad en una cosa.

– Ah, que bien. -El sarcasmo era evidente-. ?Y se puede saber en que?

– Cuando Jack vio esa vieja foto en la cocina, busco a Geri Duncan en el ordenador. Se entero de que habia muerto en un incendio, pero sospecho que no fue un accidente. Asi que te llamo. Esa fue la llamada de nueve minutos. Temiste que fuera a derrumbarse, asi que pensaste que debias actuar rapido. Le dijiste a Jack que se lo explicarias todo pero no por telefono. Concertaste un encuentro en la autopista de Nueva York. Despues llamaste a Larue y le dijiste que era el momento perfecto para vengarse. Supusiste que Larue le pediria a Wu que matara a Jack, no que lo retuviera como hizo.

– No tengo por que escuchar esto.

Pero Grace no se detuvo.

– Mi gran error fue mostrarte la foto ese primer dia. Jack no sabia que yo habia hecho una copia. Alli estaba,

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