– Papa, escuchame, no tengo tiempo para discutir. -Nunca le habia levantado la voz a su padre de esa manera.
Ambos permanecieron en silencio durante un momento. Sidney fue la primera en hablar y lo hizo con voz firme.
– El FBI se acaba de marchar de mi casa. Jason estaba involucrado en algo. No se muy bien en que. Pero incluso si la mitad de lo que pone ese articulo es cierto… -Se estremecio-. En el vuelo de regreso de Nueva Orleans, un hombre hablo conmigo. Se llamaba Edward Page. Era un detective privado. Investigaba alguna cosa relacionada con Jason.
– ?Por que estaba investigando a Jason? -pregunto Patterson, incredulo.
– No lo se. No me lo quiso decir.
– Pues iremos a verle y no aceptaremos un no por respuesta.
– No se lo podemos preguntar. Lo asesinaron cinco minutos despues de hablar conmigo, papa.
Bill Patterson, atonito, se quedo sin palabras.
– ?Querras ir por favor a la casa de Maine, papa? Por favor. Cuanto antes salgas mejor.
El padre demoro la respuesta. Cuando lo hizo su voz sono debil.
– Nos marcharemos despues de desayunar. Me llevare la escopeta por si acaso. -Sidney aflojo los hombros, aliviada-. ?Sidney?
– ?Si, papa?
– Quiero que vengas con nosotros.
– No puedo hacerlo, papa -contesto, y meneo la cabeza como si su padre pudiera verla.
– ?Como que no? -grito Patterson-. Estas alli sola. Eres la esposa de Jason. ?Quien te asegura que no seras el proximo objetivo?
– El FBI me vigila.
– ?Crees que son invulnerables? ?Que no se equivocan? No seas tonta.
– No puedo, papa. Es probable que el FBI no sea el unico que me vigila. Si voy con vosotros me seguiran. - Sidney se estremecio.
– Por Dios, carino. -Sidney escucho con claridad la emocion en la voz de su padre-. Mira, ?que te parece si tu madre y Amy se van alla arriba y yo me quedo contigo?
– No quiero que ninguno de vosotros se implique en esto. Ya es suficiente conmigo. Quiero que te quedes con Amy y mama y que las protejas. Yo cuidare de mi misma.
– Siempre he tenido confianza en ti, nena, pero esto es diferente. Si esas personas ya han matado… -Bill Patterson se interrumpio. La perspectiva de perder a su hija menor a manos de unos asesinos le habia anonadado.
– Papa, estare bien. Tengo mi pistola. El FBI me vigila a todas horas. Te llamare todos los dias.
– De acuerdo, pero llama dos veces al dia -acepto Patterson, resignado.
– Vale, dos veces. Un beso a mama de mi parte. Se que el articulo la habra asustado, pero no le cuentes esta conversacion.
– Sid, tu madre no es tonta. Se preguntara por que nos vamos de pronto a Maine en esta epoca del ano.
– Por favor, papa, inventate algo.
– ?Alguna cosa mas?
– Dile a Amy que la quiero. Dile que yo y su papa la queremos mas que a nada en el mundo. -Las lagrimas aparecieron en los ojos de Sidney mientras pensaba en la unica cosa que deseaba hacer con desesperacion: estar con su hija. Pero para la seguridad de Amy, ella debia mantenerse bien lejos.
– Se lo dire, carino -respondio Bill Patterson en voz baja.
Sidney se tomo el desayuno durante el regreso a su casa. Dejo el coche en el garaje y, un minuto mas tarde, estaba sentada delante del ordenador de Jason. Habia tomado la precaucion de cerrar con llave la puerta de la habitacion y tenia el telefono movil a mano por si tenia que llamar al 091. Saco el disquete del bolsillo, cogio la pistola y los puso sobre la mesa.
Encendio el ordenador y contemplo la pantalla mientras se realizaba el proceso de arranque. Estaba a punto de meter el disco en la disquetera cuando dio un respingo al ver la cifra de la memoria disponible. Algo no estaba bien. Apreto varias teclas. Una vez mas aparecio en pantalla la memoria disponible en el disco duro y esta vez se mantuvo. Sidney leyo los numeros sin prisa: habia disponibles 1.356.600 megabytes, o sea un 1.3 gigas. Miro atentamente los tres ultimos numeros. Recordo la ultima vez que se habia sentado delante del ordenador. Los tres ultimos numeros de la memoria disponible habian formado la fecha del cumpleanos de Jason: siete, cero, seis, un hecho que habia provocado su llanto. Se habia venido abajo otra vez. Ahora estaba preparada, pero habia menos memoria disponible. ?Como podia ser? No habia tocado el ordenador desde… ?Maldita sea!
Se le hizo un nudo en la boca del estomago. Se levanto de un salto, recogio la pistola y el disquete. Le entraron ganas de disparar contra la pantalla del ordenador. Sawyer habia acertado solo en una cosa. Alguien habia entrado en la casa mientras ella estaba en Nueva Orleans. Pero no habia venido a llevarse algo. En cambio, habia dejado algo instalado en el ordenador. Algo de lo que ahora huia como algo que lleva el diablo.
Tardo diez minutos en llegar al McDonald's y descolgar el telefono publico. La voz de su secretaria sono tensa.
– Hola, senora Archer.
?Senora Archer? Su secretaria llevaba con ella casi seis anos y a partir del segundo dia nunca mas la habia llamado senora Archer. Sidney lo dejo correr por el momento.
– Sarah, ?esta Jeff?
Jeff Fisher era el genio de la informatica en Tylery Stone.
– No estoy segura. ?Quiere que le pase con su ayudante, senora Archer?
Sidney no aguanto mas.
– Sarah, ?a que demonios viene esto de senora Archer?
Sarah no respondio inmediatamente, pero despues comenzo a susurrar a toda prisa.
– Sid, todo el mundo ha leido el articulo del periodico. Lo han transmitido por fax a todas las oficinas. La gente de Triton amenaza con retirarnos la cuenta. El senor Wharton esta furioso. Y no es ningun secreto que los jefazos te echan la culpa.
– Estoy tan a oscuras como todos los demas.
– Bueno, ya sabes, ese articulo te hace aparecer…
– ?Quieres ponerme con Henry? Aclarare todo este asunto.
La respuesta de Sarah fue como un punetazo para su jefa.
– El comite de direccion ha mantenido una reunion esta manana. Celebraron una teleconferencia con todas las demas oficinas. El rumor dice que han preparado una carta para enviarte.
– ?Una carta? ?Que clase de carta? -El asombro de Sidney iba en aumento. Oia al fondo el rumor de la gente que pasaba junto a la mesa de la secretaria. Desaparecieron los ruidos y sono otra vez la voz de Sarah todavia mas baja.
– No… no se como decirtelo, pero he oido que es una carta de despido.
– ?Despido? -Sidney puso una mano en la pared para sostenerse-. ?Ni siquiera me han acusado de nada y ellos ya me han juzgado, condenado y ahora me sentencian? ?Todo por un articulo publicado por un unico periodico?
– Creo que aqui todo el mundo esta preocupado por la supervivencia de la firma. La mayoria de la gente senala con el dedo. Y ademas -anadio Sarah deprisa-, esta lo de tu marido. Descubrir que Jason esta vivo. La gente se siente traicionada, de verdad.
Sidney solto el aire de los pulmones y aflojo los hombros. Sintio como el cansancio la aplastaba.
– Por Dios, Sarah, ?como crees que me siento yo? -La secretaria no respondio. Sidney toco el disquete metido en el bolsillo. El bulto de la pistola debajo de la chaqueta le molestaba. Tendria que acostumbrarse-. Sarah, ojala pudiera explicartelo, pero no puedo. Lo unico que te puedo decir es que no he hecho nada malo y no se que diablos le ha pasado a mi vida. No dispongo de mucho tiempo. ?Podrias averiguar si esta Jeff? Por favor, Sarah.
– Espera un momento, Sid.