Resulto que Jeff se habia tomado unos dias libres. Sarah le dio el numero de su casa. Sidney rogo para que no se hubiera marchado de la ciudad. Dio con el alrededor de la una. Su plan original habia sido verle en la oficina. Sin embargo, ahora eso era imposible. Se puso de acuerdo con el para ir a verle a su casa de Alexandria. Al parecer, como llevaba dos dias fuera de la oficina, no se habia enterado de los rumores. Se mostro encantado de poder ayudarla cuando Sidney le explico que tenia un problema con el ordenador. Tenia que ocuparse de algunos asuntos, pero estaria a su disposicion a partir de las ocho. Tendria que esperar hasta entonces.

Dos horas mas tarde, el timbre de la puerta sobresalto a Sidney, que se paseaba impaciente por la sala. Espio a traves de la mirilla y abrio la puerta un tanto sorprendida. Sawyer no espero a que le invitaran a entrar. Atraveso el recibidor y se sento en una de las sillas delante de la chimenea.

– ?Donde esta su companero?

– He estado en Triton -dijo Sawyer sin hacer caso a la pregunta-. No me dijo que les habia hecho una visita esta manana.

Ella se planto delante del agente, con los brazos cruzados. Se habia duchado y ahora vestia una falda negra plisada y un sueter blanco con escote en uve. Llevaba el pelo humedo peinado hacia atras. Iba descalza, las piernas enfundadas en las medias. Los zapatos estaban junto al sofa.

– No me lo pregunto.

– ?Que opina del video de su marido?

– No le he hecho mucho caso.

– Si, ?y que mas?

Sidney se sento en el sofa, con las piernas recogidas debajo de la falda antes de responder.

– ?Que es lo que quiere? -replico con voz tensa.

– La verdad no estaria mal para empezar. A partir de ella podriamos buscar algunas soluciones.

– ?Como encerrar a mi marido en la carcel para el resto de su vida? -pregunto Sidney con un tono acusatorio-. Esa es la solucion que quiere, ?no?

Sawyer jugueteo distraido con la placa que llevaba sujeta al cinto. Su expresion severa desaparecio. Cuando volvio a mirarla, sus ojos reflejaban cansancio, y su corpachon se inclinaba hacia un lado.

– Escuche, Sidney, como le dije, yo estuve aquella noche en el lugar del accidente. Yo tambien tuve en mi mano el zapatito. -Al agente comenzo a fallarle la voz. Las lagrimas brillaron en los ojos de Sidney, pero no desvio la mirada aunque su cuerpo comenzo a temblar. Sawyer volvio a hablar en voz baja pero clara-. He visto las fotos de una familia muy feliz por toda la casa. Un marido guapo, una ninita preciosa y… -hizo una pausa-…, una madre y esposa muy bella.

Las mejillas de Sidney enrojecieron al escuchar las palabras, y Sawyer, avergonzado, se apresuro a seguir.

– Para mi no tiene sentido que su marido, incluso si le robo a su empresa, pueda estar implicado en el atentado contra el avion. -Una lagrima resbalo por la mejilla de Sidney y aterrizo sobre el sofa-. No quiero mentirle. No le dire que creo que su marido es del todo inocente. Por el bien de usted ruego a Dios que lo sea y que todo este embrollo tenga una explicacion. Pero mi trabajo es encontrar al que derribo el avion y mato a toda aquella gente. -Cogio aliento-. Incluido el propietario del zapatito. -Hizo otra pausa-. Y juro que cumplire con mi trabajo.

– Continue -le alento Sidney, que con una mano retorcia nerviosa el borde de la falda.

– Su marido es la mejor pista que tengo hasta ahora. La unica manera de seguir esa pista es a traves de usted.

– ?Quiere que le ayude a capturar a mi marido?

– Quiero que me diga cualquier cosa util que me ayude a llegar al fondo de todo esto. ?No desea usted lo mismo?

Ella tardo casi un minuto entero en responder y, cuando lo hizo, la voz sono entrecortada por los sollozos.

– Si. -Volvio a guardar silencio hasta que por fin miro al agente-. Pero mi hijita me necesita. No se donde esta Jason, y si yo tambien desapareciera… -Su voz se apago.

Sawyer parecio confuso durante un momento, y entonces comprendio lo que ella habia dicho. Estiro el brazo y cogio una de las manos de la joven.

– Sidney, no creo que usted tenga nada que ver con todo esto. Puede estar segura de que no la arrestare para apartarla del lado de su hija. Quiza no me haya contado toda la historia, pero caray, es humana como cualquiera. Ni siquiera concibo la presion que esta soportando. Por favor, creame y confie en mi. -Le solto la mano y se echo hacia atras en la silla.

Sidney se enjugo las lagrimas, y recobrada la compostura, esbozo una sonrisa. Inspiro con fuerza antes de sincerarse.

– Era mi marido el que llamo el dia que vino usted. -Miro a Sawyer como si todavia esperara que el sacara las esposas, pero el agente solo se echo un poco hacia delante, con el entrecejo fruncido.

– ?Que dijo? Intente recordarlo con la mayor precision que le sea posible.

– Dijo que las cosas estaban mal, pero que me lo explicaria cuando volvieramos a vernos. Estaba tan entusiasmada con el hecho de que estuviera con vida, que no le hice muchas preguntas. Tambien me llamo desde el aeropuerto antes de coger el avion el dia del accidente. -Sawyer la miro atento-. Pero no tuve tiempo de hablar con el.

Sidney resistio el ataque de culpa cuando recordo el episodio. Despues le hablo a Sawyer de las noches que pasaba Jason en la oficina y de la conversacion mantenida con Jason durante la madrugada antes de su partida.

– ?El le sugirio el viaje a Nueva Orleans?

– Me dijo que esperara en el hotel y que si no se ponia en contacto conmigo en el hotel, debia ir a Jackson Square. Alli me haria llegar un mensaje.

– El limpiabotas, ?no?

Sidney asintio, y Sawyer exhalo un suspiro.

– Entonces, ?fue a Jason al que llamo desde la cabina publica?

– En realidad, el mensaje decia que llamara a mi oficina, pero Jason atendio la llamada. Me pidio que no dijera nada, que la policia me vigilaba. Me dijo que regresara a casa y que el me llamaria cuando no hubiera peligro.

– Pero todavia no la ha llamado, ?verdad?

– No tengo ninguna noticia. -Sidney meneo la cabeza.

– ?Sabe una cosa, Sidney? Su lealtad es admirable. Ha cumplido con las sagradas promesas del matrimonio hasta limites imposibles, porque no creo que incluso Dios en persona pudiera imaginar esa clase de «adversidades».

– ?Pero? -Sidney le miro, intrigada.

– Pero llega un momento en que hay que mirar mas alla de la devocion, de los sentimientos hacia una persona, y considerar los hechos concretos. No soy muy elocuente, pero si su marido hizo algo malo, y no digo que lo haya hecho, usted no tiene por que caer con el. Como usted misma ha dicho, tiene una nina pequena que la necesita. Yo tambien tengo cuatro hijos; no sere el mejor padre del mundo, pero se lo que siente.

– ?Que me propone? -pregunto Sidney en voz baja.

– Cooperacion, nada mas que eso. Usted me informa y yo la informo. Aqui tiene una muestra, digamos que es un adelanto de buena fe. Lo que se publico en el periodico es casi todo lo que sabemos. Usted vio el video. Su marido se reunio con alguien y se realizo el intercambio. Triton esta convencido de que era informacion confidencial sobre las negociaciones con CyberCom. Tambien tienen pruebas que vinculan a Jason con la estafa bancaria.

– Se que las pruebas parecen abrumadoras, pero no acabo de creermelas. De verdad, no puedo.

– Algunas veces las senales mas claras apuntan en la direccion opuesta. Es mi trabajo conseguir que senalen correctamente. Admito que no considero a su marido del todo inocente, pero tambien creo que no es el unico.

– Cree que estaba trabajando con RTG, ?verdad?

– Es posible -reconocio Sawyer-. Estamos siguiendo esa pista junto con todas las demas. Tiene la apariencia

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