mujer chillaba histericamente; la madre de Coran, que se resistia a que la apartasen del cadaver de su hijo. El Margrave se iba acercando al muchacho, con evidente miedo de aproximarse demasiado, mientras los ancianos de la ciudad prorrumpian en un nuevo clamor. Herejia y blasfemia, una fuerza demoniaca en accion; el hijo bastardo de Estenya estaba poseido por el diablo, no merecia vivir... Y el Margrave,espoleado por sus consejeros, senalo con dedo acusador al nino de cabellos negros que habia traido tanto horror a la fiesta.

—Debe morir —dijo una voz temblorosa—. Ahora mismo... ?antes de que pueda hacer cosas peores!

Como anticipandose a los otros, alguien lanzo una piedra que por poco no dio en la cabeza del muchacho. Este empezo a recobrar un poco de razon despues de la primera impresion, y penso que iba a vomitar al recordar la cara de Coran antes de que cayera al suelo. ?Que habia hecho? ?Como habia sucedido? ?El no era un brujo!

—?Matadle! —chillo una voz, y empezo de nuevo el griterio.

El trato de protestar, de decirles que no habia querido hacer dano a Coran, que estaban jugando, que no tenia poder para matar a nadie.

Pero sus palabras no significaban nada para aquella multitud. Habian visto lo que habian visto y, llevados de su miedo, estaban dispuestos a castigarle sin piedad. Y el, sin comprender lo que habia ocurrido, iba a morir...

Aunque siempre habia sido un nino solitario, ahora se sintio mas solo que nunca en su vida. Ni siquiera Estenya podia ayudarle; habia visto que unos hombres se llevaban de alli a una mujer que se habia desmayado, y habia reconocido el color del chal de su madre. Por un instante, su mirada se cruzo con la de los ojos, de madera, de la estatua de Aeoris; despues, cerro con fuerza los suyos y rezo en desesperado silencio al dios, el unico que debia conocer la naturaleza de la espantosa fuerza venida de ninguna parte y que habia matado a su primo, para que acudiese en su ayuda.

Los hombres que le sujetaban se habian echado atras, y el nu-chacho vio que la gente cogia piedras de los escombros de alrededor del muelle. Todos los musculos de su cuerpo se pusieron tensos... y, de pronto, una voz grito horrorizada entre la multitud:

—?Que Aeoris nos ampare!

Una mano senalo hacia el norte, mucho mas alla de la ciudad, y todos se volvieron a mirar. A lo lejos, el cielo estaba cambiando. Franjas de debiles colores cruzaban lentamente la boveda vacia de los cielos, y el muchacho, fascina do, conto el verde, el escarlata, el naranja, el gris y un extrano negro-azul, antes de recobrar el sentido comun y darse cuenta de lo que estaba presenciando.

-Un Warp...

Y habia puro miedo en la voz del Margrave.

El muchacho sintio un debil temblor en la tierra, transmitido a traves de las frias losas del muelle. Percibio una tension electrica en el aire, y sus nervio s empezaron a crisparse por algo que le aterrorizaba mucho mas que su fatal destino; algo que evocaba las peores pesadillas que podia experimentar un ser humano. Un Warp... ?y la ciudad estaba directamente en su camino!

Los temporales Warp, misteriosos y horripilantes, asolaban la tierra a imprevisibles intervalos. Eran el fenomeno mas espantoso conocido por el hombre. Algunos decian que los Warps eran una manifestacion del propio Tiempo; que su poder desencadenado podia cambiar la estructura misma del mundo. Cuando estallaba un Warp, las personas prudentes se encerraban en sus hogares y se cubrian la cabeza hasta que pasaba el temporal y se agotaban las fuerzas de los elementos. Nadie sabia con certeza las consecuencias de verse atrapado en aquel torbellino, pues nadie habia vuelto para contarlo. El muchacho se acordaba de un vecino que habia desafiado la furia del temporal y habia desaparecido. Habian estado buscando algun rastro de el durante siete dias, pero no lo habian encontrado. El hombre habia dejado simplemente de existir...

La misteriosa aurora que avanzaba hacia ellos desde el norte se estaba acercando rapidamente; ahora casi habia eclipsado el sol y una refraccion estaba deformando el globo solar, de manera que parecia una fruta madura aplastada, palida y vieja. Colores extranos barrian los edificios y las caras de la muchedumbre; la gente parecia curiosamente inhumana y bidimensional, y la febril imaginacion del muchacho creyo ver que la estatua de Aeoris cobraba un terrible aire de vida.

Ahora vibro en el cielo una nota muy fuerte que sofoco los gritos de terror. Era como el lamento atormentado de algun ser inhumano que galopase en las alturas sobre el viento. El chico recordo historias de almas condenadas a volar eternamente con los Warps y, por un instante, penso:

«Una muerte cruenta en manos de los jueces humanos, ?es mejor que esto!».

Pero la muerte que le habian prometido no habia de producirse todavia. La multitud se estaba ya desperdigando, corriendo en busca de refugio, mientras aquella mis teriosa especie de aullido que sonaba en el cielo se iba acercando inexorablemente. Alguien agarro el brazo atado del muchacho, haciendole perder casi el equilibrio y el chico se vio arrastrado hasta el centro de un grupo de Consejeros que se encaminaban al Palacio de Justicia, a poca distancia de alli. Este edificio que, ademas de tribunal, servia de contaduria y de centro comercial para los mercaderes de provincias, era la estructura mas solida de la ciudad, con sus puertas macizas y sus ventanas reforzadas. El muchacho se dio cuenta, mientras le empujaban hacia la escalinata, por debajo del alto portal, de que la mitad de los vecinos lo habian elegido como refugio.

—Cerrad las puertas... ?de prisa! ?Esta casi encima de nosotros!

El Margrave habia perdido toda su dignidad y estaba al borde del panico. Seguia entrando mas gente, y algunos se habian hincado de rodillas en el vasto salon de recepcion y rezaban fervientemente a Aeoris por sus almas. El muchacho, temblando ahora violentamente por la impresion, se pregunto por que estarian rezando, si seguramente habia sido el propio Aeoris quien habia enviado el Warp.

El propio Aeoris... el Warp habia venido un momento despues de que el hubiese elevado al cielo, en silencio, su ultima desesperada plegaria... No e'a posible, se dijo. El era un asesino; los dioses no tenian motivo alguno para salvarle...

Pero el Warp habia venido de ninguna parte, sin previo aviso...

Sabia que, en el fondo, aquello era una locura. Pero era una oportunidad, la ultima oportunidad antes de que se cumpliese su castigo y sufriese la horrible muerte que le habian prometido. Era mejor... Penso que, retorciendo sigilosamente las manos detras de la espalda, podria desatarse; el que le habia maniatado lo habia hecho descuidadamente, y las cuerdas se estaban aflojando... Los ultimos rezagados estaban entrando ahora en el Palacio de Justicia y, en la confusion reinante, nadie le prestaba atencion. Un esfuerzo mas... y su mano izquierda quedo libre. Las puertas se estaban cerrando; solo tenia un momento para...

Con una rapidez y una agilidad que pillo a sus capturadores por sorpresa, el muchacho corrio hacia la puerta. Oyo que alguien le gritaba; una mano quiso detenerle, pero la esquivo y, a trompicones, llego a la escalinata. Su propio impulso le hizo caer y, al levantarse, el Warp rugio sobre su cabeza.

Las siluetas de las casas, las embarcaciones y el muelle se confundieron en un caos inverosimil de colores y ruido. Le parecio que el suelo se hundia bajo sus pies, y que el cielo caia sobre el, escupiendo lenguas negras y brillantes. Entonces, con un ruido ensordecedor, el mundo estallo en la imagen de una estrella de siete puntas que resplandecio en su mente antes de...

Nada.

CAPITULO 2

Tarod...

Oyo la palabra en su cerebro, y se aferro a ella. Era su nombre secreto y, por tenerlo, sabia que aun existia.

Tarod...

Yacia de bruces sobre una superficie dura. Algo, tal vez una piedra, presionaba cruelmente contra su mejilla derecha y, cuando el muchacho respiro, su boca y su nariz se llenaron de polvo. Trato de moverse, y sintio en el hombro derecho un dolor tan fuerte que tuvo que morderse furiosa mente la lengua para no gritar.

Poco a poco fue recobrando la conciencia y, con ella, algo parecido a la memoria. Recordo debilmente el ultimo momento antes de que estallase el Warp; la imagen que se habia formado en su cerebro antes de que toda la furia de la tormenta se desencadenase sobre el. ?Estaba muerto? ?Le habia llevado el Warp a otra vida que no podia imaginar? Trato de recordar lo que habia sucedido, pero su mente estaba confusa y no podia ordenar sus pensamientos. Ademas, se sentia vivo, dolorosamente vivo...

Вы читаете El Iniciado
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату