—?Silencio! —Nemesis se dirigio hacia el con una mano alzada para golpearlo.
—?No callare! ?Anghara, escuchame! Lo que esta criatura te ofrece no vale la pena obtenerlo; ?y no vivire contigo en un mundo que hemos ayudado a destruir!
Nemesis siseo como una serpiente enfurecida. Una luz centelleo violentamente en la sala y Fenran chillo con fuerza cuando un rayo de energia choco contra el y lo arrojo por los aires hacia atras. Tanto el como la silla fueron a chocar contra el suelo de la plataforma y Nemesis se precipito hacia adelante, con el rostro convulsionado de furia y malicia. La mano del demonio se alzo de nuevo...
—?No! —aullo Indigo.
Nemesis se detuvo. Durante unos horribles segundos el cuadro que aparecia ante los ojos de Indigo permanecio inmovil y rigido: Fenran acurrucado junto a la silla volcada, el demonio preparado para arrojar un segundo rayo de agonia. Entonces, muy despacio, Nemesis se volvio para mirar a la temblorosa muchacha, y esta retrocedio ante la clara malevolencia de sus ojos plateados. La lengua de serpiente hizo su aparicion, y Nemesis siseo con perniciosa deliberacion: —Mi paciencia se ha agotado...
Indigo sintio como si su cerebro se hiciera pedazos. Ella era humana, tan solo humana. Facil presa de las debilidades humanas, arrastrada por emociones humanas. No podia soportar una prueba asi; no tenia la fuerza necesaria. Era demasiado debil. Y queria a Fenran demasiado.
Dio un paso hacia adelante, se tambaleo sobre sus piernas que no querian sostenerla, y su voz suplico:
—Hagamoslo. —Vio pero no registro la luz de triunfo que aparecio detras de la fria mascara plateada de los ojos del demonio—. Acepto tu precio: ?hagamoslo!
Y se tambaleo de nuevo hacia adelante para tomar la mano que le tendia Nemesis.
CAPITULO 17
Los dedos de la criatura se extendieron hacia ella, su rostro sonrio con la cruel alegria de la victoria. Indigo tendio su brazo, y salida de ningun sitio una voz estallo en su cabeza, un aullido sin palabras de furiosa y desesperada negacion. Una forma oscura parecio explotar de la penumbra a su espalda, y
—
Habia olvidado la existencia de la loba en medio de la confusion de su encuentro; ahora rodaban ambas en una furiosa y violenta marana. Indigo, con los brazos agitados por la desesperacion, escupia y lanzaba maldiciones contra el ser que luchaba por apartarla de su objetivo.
La voz de
—?No! —Golpeo la mancha borrosa de color gris moteado que tenia ante ella con los punos apretados—. Dejame sola, no tienes ningun derecho...
—?Maldita sea tu amistad, un millon de maldiciones para ti y todos los tuyos! —chillo Indigo.
Con todas las energias que pudo reunir arrojo a la loba lejos de ella, pero
La muchacha percibio las agitadas emociones que se ocultaban bajo la voz de la loba que escuchaba en su cerebro.
Indigo aspiro con fuerza.
—?Apartate de mi camino!
La muchacha le dedico una mueca burlona, un gesto despectivo.
—He dicho que...
«No
Algo en el interior de Indigo gritaba, gritaba, pero era demasiado debil y estaba demasiado lejos para que pudiera comprenderlo y aceptarlo. Mostro sus propios dientes; consciente de que la lucidez empezaba a abandonarla, dio un paso adelante...
Era la voz de la loba que rugia en su cerebro.
Indigo sintio una furia renovada que ardia y borboteaba en su interior; pero esta vez era una onda de choque, un tornado, un cataclismo de furia. Su boca se abrio para lanzar una salvaje avalancha de nuevos juramentos, y lo que surgio fue un rugido animal.
Y el resto de confusion se hizo anicos cuando vio el mundo, la sala, la figura de cabellos plateados de Nemesis, a traves de los ojos de
El aullido espeluznante, lanzado a duo, de dos habitantes de los bosques se elevo hasta el techo lleno de sombras de la sala. Ambos se pusieron en pie como uno solo, y como uno solo se volvieron hacia la plataforma, y hacia la figura de la maligna criatura que ahora retrocedia ante ellos asustada.
—?Indigo! —Habia colera en la voz de Nemesis, pero cedia terreno con rapidez al temor—, ?Indigo, escuchame! ?Piensa en Fenran! Piensa en lo que haremos...