Pero ahora estaba en Telarosa -era el hijo predilecto de un pueblo moribundo- y lo que el sentia no importaba. En Telarosa tenia que llevar el anillo en el dedo, como todos sus predecesores, porque el sabia lo que significaba para todos los habitantes del pueblo.
Entro en la sala de estar y se acerco a una mesa redonda situada entre dos sillas doradas. La sobrefalda de la mesa tenia impresas flores rosa y lavanda sobre un fondo verde. Encima habia un cenicero lleno con pequenos trozos de petalos secos, justo al lado de una figura de cupido y unas caja de porcelana china. Bobby Tom la abrio y cogio las llaves de su camioneta.
Despues de cerrar la caja de porcelana, miro a su alrededor y comenzo a sonreir. Paseo la vista por el papel de la pared color pastel, las cortinas de listas color caramelo recogidas a los lados de las ventanas. Los mullidos sofas de cretona con volantes que rozaban la alfombra; se recordo no dejar nunca mas que una mujer que estuviera enfadada con el decorara su casa
Todo en esa habitacion era femenino, rosa, floreado o tenia un volante. Algunas veces las cuatro cosas a la vez; aunque la decoradora -una antigua novia- habia tenido cuidado de que no empalagara. Como no queria que ninguno de sus colegas se partiera de risa al verla, nunca habia permitido que ninguna revista de decoracion fotografiara el interior de esa casa en particular. Ironicamente, era la unica que le gustaba realmente. Aunque no lo admitiria delante de nadie, esa casa tan cursi lo relajaba. Habia pasado tanto tiempo en enclaves exclusivamente masculinos que entrar en ese lugar siempre lo hacia sentir como si estuviera de vacaciones. Desafortunadamente, al minuto de salir por la puerta principal, sus vacaciones terminaban.
En el espacioso garaje de detras de la casa estaba aparcado el Thunderbird junto con su camioneta Chevy. Habia instalado encima un gimnasio asi como un pequeno apartamento donde alojaba a todas las visitas que no se pensaban dos veces presentarse en su casa de improviso sin avisar. Una pareja del pueblo se encargaban de todo cuando el no estaba, lo cual era la mayor parte del tiempo, porque estar en ese lugar que amaba mas que cualquier otro del mundo era mas doloroso de lo que podia aguantar.
Encendio el motor y condujo la camioneta por el camino de grava hacia la carretera. Al otro lado de la carretera, se veia la pista de aterrizaje que habia hecho construir en el terreno sobrante. El Baron estaba guardado en un pequeno hangar al lado de la carretera, en medio de mesquites y nopal.
Dejo pasar un camion lleno de cerdos. Despues, salio a la carretera asfaltada. Recordo todas esas noches de verano cuando sus amigos y el hacian carreras de coches en esa misma carretera. Luego bajaban al South Llano donde bebian demasiado y acababan vomitando. A los diecisiete anos, habia aprendido que no tenia estomago para el alcohol y no habia sido un gran bebedor desde entonces.
Pensar en el rio le recordo las noches que Terry Jo Driscoll y el habian pasado alla abajo. Terry Jo habia sido su primera novia real. Ahora estaba casada con Buddy Baines. Su mejor amigo durante toda la secundaria, pero cuando Bobby Tom salto al mundo, Buddy no habia ido con el.
Alcanzo los limites del pueblo y vio el letrero que habian puesto cuando lo habian nombrado “Americano del ano” su segundo ano en la Universidad de Texas.
TELAROSA, TEXAS
POBLACION 4.290
HOGAR DE BOBBY TOM DENTON
Y DE LOS TITANS DE TELAROSA
Se habia hablado de quitar su nombre del cartel cuando habia fichado por los Chicago Stars en vez de por los Cowboys. Habia sentado mal en el pueblo ver como su hijo predilecto elegia Chicago en vez de Dallas, y cada vez que se acercaba la fecha de su renovacion por los Stars, habia recibido una serie de llamadas de los ciudadanos mas prominentes urgiendole a recordar sus raices. Pero le habia encantado jugar en Chicago, especialmente despues de que Dan Calebow se hubiera convertido en su entrenador. Ademas los Stars le pagaban los suficientes millones como para compensar la verguenza de jugar con un equipo yanqui.
Paso por delante de la pequena urbanizacion donde vivia su madre. Ahora asistia a una Junta Educativa, pero habian hablado antes por telefono y habian quedado pasar algun tiempo juntos el fin de semana. Hasta hacia poco, habia pensado que su madre habia asimilado la muerte de su padre. Habia aceptado la presidencia de la Junta Educativa y participaba de voluntaria en varias organizaciones locales. Ultimamente, sin embargo, habia comenzado a pedirle opinion sobre cosas que no se la habia pedido nunca: Si tenia que reparar el tejado o donde deberia ir de vacaciones. Aunque la queria mucho y se desvivia por ella, su creciente dependencia era inusual y le preocupaba.
Cruzo los carriles del ferrocarril, mirando hacia el deposito de agua elevado decorado con la T naranja del Instituto de Telerosa y luego bajo la vista a la Calle Mayor. La publicidad del
La panaderia habia cerrado desde su ultima visita, pero
Podia haber finalizado todo eso -si fuera cualquier otro lugar, lo habria hecho- pero estaba en Telarosa. La gente de ese pueblo creia que el era propiedad suya y los argumentos y explicaciones carecian de importancia.
Las luces del garaje de Buddy estaban apagadas, asi que doblo la esquina hacia la pequena casa de madera donde vivia su antiguo mejor amigo. Tan pronto como la camioneta piso el camino de acceso, la puerta principal se abrio de golpe y Terry Jo Driscoll Baines salio corriendo.
– ?Bobby Tom! -El sonrio ampliamente mientras recorria con la mirada su cuerpo pequeno y regordete. Despues de dos bebes y demasiados pastelillos, ella habia perdido su figura, pero a sus ojos, era una de las chicas mas bonitas de Telarosa.
El salto del camion y le dio un abrazo.
– Hola, carino. ?Pero alguna vez estas fea?
Ella le dio un golpe carinoso.
– Eres un payaso. Estoy gorda como un cerdo y no me importa en absoluto. Vamos. Dejame verlo.
El obedientemente extendio su mano para que ella pudiera ver su ultimo anillo y ella dejo escapar un chillido de deleite que podria haberse oido en el supermercado de Fenner.
– ?Guauuu! Es tan precioso que me ciega. Es mas bonito que el anterior. Mira todos esos diamantes. ?Buddy! ?Buuuddyyy! ?Bobby Tom esta aqui, ven a ver su anillo!
Buddy Baines bajo lentamente del porche donde habia estado esperando mientras los observaba. Por un momento sus miradas se encontraron y decadas de recuerdos flotaron entre ellos. Luego Bobby Tom vio el familiar resentimiento.
Aunque ambos tenian treinta y tres anos, Buddy parecia mas viejo. El pelo oscuro del arrogante quarterback que habia conducido a los Titans a la gloria del futbol habia comenzado a escasear, pero aun era un hombre guapo.
– Hola, Bobby Tom.
– Buddy.
La tension entre ellos no tenia nada que ver conque Bobby Tom hubiera estado antes con Terry Jo. Sus problemas habian comenzado porque aunque Buddy y Bobby Tom habia llevado al instituto de Telarosa al campeonato de institutos de Texas, el unico que habia sido fichado por la Universidad y posteriormente se habia hecho profesional era Bobby Tom. Incluso asi, eran el uno para el otro su mas viejo amigo, y ninguno de ellos lo habia olvidado nunca.
– Buddy, mira el ultimo anillo de Bobby Tom.
Bobby Tom se lo saco del dedo y se lo tendio.
– ?Quieres probartelo?
Con cualquier otro hombre, habria sido como frotar sal en una herida abierta, pero no era asi en ese caso. El