compraria su propio asilo en su primer aniversario de boda. Sin embargo, antes de pensar en eso, tenia que encontrarla. Luego tenia que convencerla de que la queria mas de lo que nunca habia creido amar a una mujer. Haria lo que fuera para que ella lo perdonara.

El se incorporo en el borde del catre.

– Tengo que salir de aqui.

– El juez Gates no ha fijado tu fianza todavia -dijo Jimbo con evidente placer ante su sufrimiento.

Se puso de pie sintiendo dolor, ignorando su estomago revuelto y que su rodilla mala latia como una condenada hija de puta.

– ?Cuando lo hara?

– Antes o despues. -Jimbo saco un palillo de dientes del bolsillo de la camisa y lo coloco en la comisura de su boca-. Al juez no le agrada que lo haga madrugar demasiado.

Bobby Tom veia el reloj de la pared al otro lado de los barrotes.

– Son casi las nueve.

– Lo llamare cuando tenga un momento. Es bueno que seas rico, porque hay un monton de cargos contra ti: Agresion, alteracion del orden publico, danos a la propiedad ajena, resistencia al arresto. El juez no se va a sentir demasiado contento contigo.

Bobby Tom se sentia mas desesperado cada segundo que pasaba.

Cada instante que pasaba tras las rejas significaba que Gracie se alejaba cada vez mas de el. ?Por que se habia comportado como un asno la noche anterior? ?Por que no se habia tragado el orgullo y habia ido tras ella en ese mismo momento, para arrodillarse a sus pies y decirle cuanto lo sentia? En vez de hacer eso, habia estando actuando todo ese tiempo como si ella no significara nada para mantener la fachada ante sus colegas, primero con su desesperada proposicion en publico y luego con sus repugnantes palabras ante el microfono. Ya no podia recordar porque le habia importado tanto sus opiniones. Disfrutaba con sus amigos, pero no era con ellos con quien queria vivir su vida ni tener sus hijos.

El no pudo ocultar su agitacion cuando se acerco cojeando a los barrotes.

– Hare lo que sea que tenga que hacer, pero no ahora. Solo necesito un par de horas. Tengo que encontrar a Gracie antes de que deje el pueblo.

– Nunca pense que veria el dia que harias el tonto por una mujer -se burlo Jimbo-, pero te aseguro que lo hiciste anoche. Lo cierto es que ella no te quiere, B.T. y ahora todo el mundo lo sabe. Supongo que todas esas Super Bowl no fueron suficientes para ella.

Bobby Tom agarro los barrotes.

– ?Solo dejame salir de aqui, Jimbo! Tengo que encontrarla.

– Demasiado tarde. -Con una ultima sonrisa afectada, dio un golpecito con el palillo en el pecho de Bobby Tom. Sus pasos resonaron sobre el suelo de ladrillo mientras llegaba a la puerta y salia.

– ?Ven aqui, hijo de puta! -Bobby Tom metio la cara entre los barrotes-. ?Conozco mis derechos, y quiero un abogado! ?Quiero un abogado ahora mismo!

La puerta resono firmemente cuando la cerro.

Sus ojos volaron al reloj. Quiza no se iria ese dia. Tal vez seguiria por alli. Pero ni siquiera el se lo creia. La habia lastimado demasiado la noche anterior y se escaparia tan pronto pudiera.

– ?Tengo derecho a hacer una llamada! -grito.

– Callate.

Por primera vez se percato que no estaba solo. La carcel del pueblo tenia solo dos celdas pequenas, y el catre de la otra estaba ocupado por un individuo con los ojos rojos y la barba descuidada.

Bobby Tom lo ignoro y siguio gritando.

– ?Tengo derecho a una llamada! ?Y la quiero hacer ahora!

Nadie contesto.

Empezo a cojear freneticamente por su celda. Su rodilla lesionada asomaba a traves de un roto de sus vaqueros, le faltaban botones en la camisa y parte de una manga y sus nudillos parecian haber pasado por una picadora de carne. Regreso a los barrotes y comenzo a gritar otra vez, pero el borracho de la celda de al lado fue el unico que respondio.

El reloj marcaba los minutos. Sabia cuanto estaba disfrutando Jimbo con eso, pero no le importaba. Se estaba quedando afonico, pero le daba igual. Trato de decirse a si mismo que su comportamiento era estupido, que no era logico sentir esa urgencia, pero el panico no decrecia. Si no alcanzaba a Gracie de inmediato, sentia que la perderia para siempre.

Paso casi media hora antes de que Dell Brady, el ayudante negro de Jimbo, abriera la puerta que comunicaba con la estancia principal de la comisaria y entrara. Bobby Tom nunca habia estado tan contento de ver a nadie en su vida. Habia jugado al futbol con el hermano de Dell, y siempre se habia llevado bien con el.

– Joder, B.T., vas a tirar el lugar a gritos. Siento no haber entrado antes, pero tuve que esperar que Jim saliera.

– ?Dell! Tengo que hacer una llamada. Se que tengo derecho a una llamada.

– La hiciste anoche, B.T. Llamaste al viejo Jerry Jones y le dijiste al dueno de los Dallas Cowboys que no jugarias en su equipo aunque fuera el ultimo de la tierra.

– ?Joder! -Bobby Tom cerro los punos sobre los barrotes, sintiendo ramalazos de dolor ascender por sus brazos.

– Nadie te habia visto antes tan borracho -siguio Dell-. Destruiste tu solo el Wagon Wheel, eso sin mencionar lo que le hiciste a Len.

– Lo arreglare todo mas tarde, y te aseguro que pedire perdon a Len. Pero ahora mismo tengo que llamar por telefono.

– No se B.T., Jim esta muy cabreado. Desde que Sherri Hopper y tu…

– ?De eso hace quince anos! -grito-. Venga. Solo una llamada.

Para su alivio, Dell tomo las llaves que llevaba en su cinturon.

– Bueno. Supongo que te puedo soltar si te vuelvo a encerrar antes de que vuelva Jim de la cafeteria. Ojos que no ven, corazon que no siente.

Dell estuvo tanto tiempo manoseando nerviosamente las llaves que Bobby Tom quiso agarrarle por el cuello y gritarle que se apresurase. Sin embargo, por fin estuvo fuera de su celda y atraveso la puerta que desembocaba en la estancia principal de la comisaria. En cuanto entro, Rose Collins, que llevaba trabajando alli desde antes de lo que el podia recordar, lo miro y le tendio el telefono.

– Es para ti, Bobby Tom. Es Terry Jo.

Le arrebato el telefono de la mano.

– ?Terry Jo! ?Sabes donde esta Gracie?

– Le esta alquilando un coche a Buddy en este mismo momento para poder irse a San Antonio. No me puede ver -estoy en el despacho de atras- pero le dijo a Buddy que cogio billete para un vuelo a primera hora de la tarde. Buddy me dijo que te llamara, aunque jure anoche que no te iba a volver a hablar en mi vida. Nunca supe que podias ser tan bastardo. No solo por lo que le hiciste a Gracie -lleva las gafas de sol, pero se que ha estado llorando- sino por lo que le hiciste a la cara de Buddy. Su mandibula ocupa el doble de su tamano y…

– ?Dile a Buddy que no le alquile el coche!

– Tiene que hacerlo o perdera la franquicia. Esta intentando que cambie de idea, pero ya sabes como es ella. Estoy viendo que ahora mismo le da las llaves.

El maldijo y se meso el pelo, sobresaltandose cuando rozo una herida cerca de la sien.

– Llama al juez Gates ahora mismo y traelo. Dile…

– No hay tiempo; Ahora mismo acaba de subirse al coche. Es un Grand Am. azul y ella es una conductora bastante prudente, B.T. La podras alcanzar si te pones ahora mismo en marcha.

– ?Estoy en la carcel!

– ?Bueno, pues sal!

– ?Eso intento! Mientras tanto, intenta detenerla.

– Demasiado tarde. Acaba de arrancar. Tendras que darle alcance en la carretera.

Bobby Tom colgo de golpe el telefono y miro a Rose y Dell, que habian estado escuchando con abierto interes.

– Gracie acaba de dejar el taller de Buddy. Esta de camino a San Antonio y necesito alcanzarla antes de que

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