Capitulo 9

Un viernes por la tarde, un mes despues de haber pasado la primera noche con Evan, Lacey cerro la puerta de Constant Cravings y atraveso el jardin de Fairfax. Lo habia organizado todo para poder tomarse el fin de semana libre, y estaba ilusionada con la escapada que Evan y ella habian organizado. El tenia que ir a San Francisco por un viaje de negocios y la habia invitado a que lo acompanara en coche, dos dias antes, para poder disfrutar del fin de semana alli. Lacey regresaria el domingo por la noche, en avion, y Evan se quedaria unos dias mas.

Mientras cruzaba el jardin, se percato de que la semana siguiente seria la primera en un mes que no estarian juntos. Y sabia que iba a echarlo de menos, mas de lo que nunca habia imaginado que podria echar de menos a una persona.

Estaba fascinada por como podian cambiar las cosas en cuestion de semanas, y tenia que pellizcarse un par de veces al dia para comprobar que su relacion con Evan era real y no un simple producto de su imaginacion.

Durante la primera semana que paso con el, estuvo convencida de que la atraccion que sentian el uno por el otro estaba basada en el sexo. Y que terminaria acabandose cuando el deseo se consumiera.

Pero habia ocurrido justo lo contrario y, a medida que pasaban las semanas, se daba cuenta de que el sexo no era el unico motivo. Cada momento que pasaba con el era una revelacion, un descubrimiento de otro aspecto de su personalidad, y un nuevo motivo para pensar que se habia equivocado al considerarlo uno de esos clones impersonales.

Teniendo en cuenta como habia sido el primer encuentro que habian tenido en la tienda, ella confiaba en que disfrutaria acostandose con el, pero no esperaba que fuera tan maravilloso. Hacer el amor con Evan era como abrirse a una nueva dimension. El habia conseguido que se entregara en cuerpo y alma, algo que ningun hombre habia conseguido jamas.

Cada dia descubria algo nuevo sobre el, y todavia no habia encontrado nada que no le gustara. ?Como iba a disgustarle algo de un hombre que era amable con los vecinos, que tenia un perro adoptado y que destinaba parte de las ganancias de GreenSpace Property Management al hospital infantil local? Le encantaba dar y recibir sorpresas, y habia disfrutado mucho cuando ella le entrego una bandeja de galletas con forma de cama que habia llamado Llevame a la Cama. Ella, a su vez, habia disfrutado cuando el la llevo a la cama. Una y otra vez.

A pesar de que Evan le habia dicho que, de nino, no habia destacado en los deportes de equipo, ella habia descubierto que a ambos les encantaba nadar y correr por la playa.

Evan le habia ensenado a jugar al strip blackjack, en lugar de al strip poquer, porque los jugadores terminaban desnudos mas deprisa. Lacey habia sido la primera en terminar desnuda y habia sido declarada perdedora, pero ella se consideraba ganadora, sobre todo despues de ver como el le habia acariciado el cuerpo con las manos y la lengua. A cambio, ella le habia ensenado las diferentes maneras eroticas en las que podia emplear la cobertura de las galletas. Recetas que no aparecian en ningun libro de cocina.

Lacey habia descubierto que tenian muchas cosas en comun. A ambos les gustaba probar comidas nuevas. Las peliculas de accion. Los crucigramas. Podian hablar de temas de actualidad, de religion y de politica. En algunas cosas estaban de acuerdo, y en otras en desacuerdo, pero las conversaciones siempre eran interesantes. No habia ni un solo tema del que no pudiera hablar con el y, a diferencia del resto de los hombres con los que habia salido, Evan si que escuchaba.

Pero la mayor sorpresa de todas se la habia llevado al descubrir que el hombre que habia considerado un clon impersonal era un romantico. El la habia sorprendido con una botella de champan, y unas delicias de chocolate para tomarselas durante un bano de agua caliente. Grabandole un CD con sus canciones favoritas. Dejandole notas en Constant Cravings cuando iba a tomar cafe por la manana. Llamandola durante el dia para ver que tal estaba. Cosas que nunca habia hecho hasta entonces, porque nunca habia encontrado a alguien por quien mereciera la pena hacerlo.

La noche anterior habia sido perfecta. Lacey habia preparado la cena en su casa, habia decorado la mesa con velas y habia abierto uno de los vinos preferidos de Evan. El habia aparecido con un ramo enorme de peonias de color rosa y cuando ella le dijo que parecia que habia comprado todas las peonias de California, le habia contestado que se las merecia. Fue entonces cuando Lacey se dio cuenta de que se habia enamorado de el.

Si, Evan era un firme seguidor de las normas, pero tambien un hombre integro, algo que no caracterizaba a los otros hombres con los que Lacey habia salido. Y, si, el seguia considerando que los escaparates de su tienda eran demasiado arriesgados para Fairfax, pero habian acordado aceptar su desacuerdo en el tema.

Al llegar al ascensor, Lacey apreto el boton para subir y cerro los ojos un instante.

– Y pensar que de no ser por Madame Karma, quiza habriamos seguido pensando lo peor el uno del otro - murmuro para si cuando se abrieron las puertas del ascensor. A lo largo del mes, se les habia acabado la racha de mala suerte y tambien se habian solucionado algunos de los desastres que habian tenido. Sasha ya no se comia los zapatos, y la tintoreria habia recuperado la ropa de Evan. El temporizador del horno de Lacey habia vuelto a funcionar, y ella habia encontrado rebajadas otras sandalias iguales a las que se le habian roto. Aunque un mes antes le habia parecido una locura, se creia la prediccion que habia hecho Madame Karma. Evan era el hombre de su vida.

Entro en el ascensor y apreto el boton para ir a la quinta planta. Si, Evan era el hombre de su vida pero ?sentia el lo mismo por ella? La noche anterior, al descubrir que lo queria, habia tenido que contenerse para no decirselo. Tenia miedo de decirselo por si a el le entraba el panico y se estropeaba la magia de la relacion.

Sin embargo, despues de pensar en ello durante todo el dia, habia decidido que debia decirselo y ?que mejor momento que hacerlo durante la escapada romantica a San Francisco? Habian pasado todo el mes hablando con sinceridad y ella no queria empezar a jugar con tonterias. Lo amaba. Y queria que el lo supiera. Confiaba en que el le dijera que sentia lo mismo por ella. Y si no lo hacia… Bueno, conseguiria superarlo. Lacey sabia que el se preocupaba por ella. Era evidente en todo lo que hacia y decia, pero ?sus sentimientos eran tan profundos como los de ella? No estaba segura, pero tenia que averiguarlo.

Cuando se abrio la puerta del ascensor, Lacey salio al pasillo y se dirigio hasta el despacho de Evan. La puerta estaba abierta y ella estaba dentro del despacho cuando se percato de que el estaba hablando por telefono.

– Si, lo comprendo -decia, con el ceno fruncido-.Yo me ocupare de ello.

En ese momento, Evan levanto la vista y sus miradas se encontraron. Sin dejar de mirarla, termino la conversacion y despues se acerco a ella. La tomo en brazos y continuo caminando hasta acorralarla contra la pared.

La beso en los labios de forma apasionada, hasta que ella gimio de deseo. Lacey apenas lo oyo cerrar la puerta. Y despues, al sentir su miembro erecto, no pudo pensar en nada mas.

– Te he echado de menos -susurro el.

– Yo a ti tambien.

– Ya somos dos.

– Asi es -dijo ella-. Demuestramelo -anadio, y gimio cuando el le acaricio los senos bajo la blusa-. Demuestrame cuanto me has echado de menos.

Y de pronto, sintio sus manos y su boca por todos sitios, como si Evan no consiguiera saciarse. Al cabo de unos momentos, el se puso un preservativo, la tomo en brazos y la penetro con cuidado. Lacey le rodeo la cintura con las piernas y disfruto de cada movimiento. El orgasmo provoco que gimiera con fuerza. El empujo por ultima vez y ella sintio que se estremecia contra su cuerpo.

Al bajar al suelo, Lacey se apoyo contra la pared para no desplomarse.

– Guau -dijo con la respiracion entrecortada-. Veo que si me has echado de menos.

Evan le sujeto el rostro con las manos y la miro con una expresion que ella no fue capaz de descifrar.

– Es cierto -algo brillaba en su mirada-. Tenemos que hablar.

«Oh-oh», penso Lacey. Sabia que nada bueno se avecinaba despues de la frase «tenemos que hablar». Sobre todo cuando esas palabras se decian en tono serio, y con expresion seria.

– ?Has tenido un mal dia? -pregunto, confiando en que el problema fuera simplemente laboral.

– Un mal dia -dijo el, con tono cansado.

Lacey lo observo mientras se recolocaba la ropa y se vistio tambien.

– Cuando llegaste estaba hablando con Greg Mathers, mi jefe -dijo el.

Lacey se sintio aliviada. El problema no tenia nada que ver con ellos, era un tema puramente laboral.

– ?Y que decia?

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