– Insiste en que tengo que ocuparme de un asunto. Inmediatamente.

– Ya. ?Asi que tendremos que posponer el viaje a San Francisco?

– Esto no tiene nada que ver con nuestro viaje a San Francisco, Lacey. Tiene que ver contigo. Y con Constant Cravings -gesticulo hacia su escritorio-. ?Quieres tomar asiento?

– No, gracias, prefiero quedarme de pie.

El asintio y suspiro.

– Greg vino a Fairfax la semana pasada para hacer una valoracion de los locales y de las oficinas. Desde entonces, hemos tenido varias reuniones y despues de un estudio minucioso, se ha decidido que Fairfax no te ofrecera la posibilidad de renovar el contrato de alquiler cuando finalice el actual, dentro de tres meses.

Durante varios segundos, Lacey solo pudo mirarlo anonadada. Despues, le pregunto:

– ?Me vais a desahuciar?

– No, simplemente no te vamos a ofrecer otro contrato de alquiler.

– ?Puedes explicarme por que? -pregunto, tratando de mantener la calma.

– Despues de su visita, Greg considera que la tienda no tiene cabida en Fairfax.

– ?Que no tiene cabida? -apreto los punos-. ?Que diablos significa eso?

– Significa que no le ha gustado la imagen que has creado con tus escaparates y con el nombre de tus productos.

– ?Y por eso me desahucia?

– Que no te renueve el contrato no significa que te desahucie.

Evan se paso la mano por el cabello.

– Esto ha sido un problema desde que llegaste aqui, Lacey.

– Par mi no. Pero es evidente que para Greg Mathers y para ti, si. No tiene motivos para no renovarme el contrato de alquiler.

– No los necesita. Y aunque los necesitara, la naturaleza sexy de tus escaparates viola lo estipulado en tu contrato de alquiler.

– Esos escaparates generan mucho dinero -dijo Lacey.

– Nadie discute tal cosa. Pero la cuestion es que el quiere que en ese local haya algo que guarde la imagen que el y el resto de los inversores consideran que debe tener Fairfax.

Lacey lo miro con una mezcla de incredulidad, rabia y aturdimiento.

– ?Eso es? Todo el trabajo, el tiempo y la energia que he dedicado para convertir mi tienda en algo especial y distinto, ?no ha servido de nada? -lo miro con ojos entornados-. Pareces muy tranquilo. ?Estas de acuerdo con su decision?

Evan permanecio en silencio unos segundos. Lacey sentia que con cada latido, su corazon se rompia un poco mas.

– No puedo negar que comprendo el punto de vista de Greg. He intentado decirte muchas veces que tus escaparates eran demasiado atrevidos, pero tu te negabas a escuchar. Tambien he tratado de hacerlo cambiar de idea.

– Bueno, ha sido un detalle por tu parte -contesto enfadada.

– Escucha, no puedo negar que creo que Constant Cravings encajaria mejor en un lugar diferente.

– Ya veo. Y es evidente que eso se lo has dicho a Greg. Gracias por tu apoyo.

– Te he apoyado…

– Pues no lo parece, teniendo en cuenta que van a desahuciarme.

– Por ultima vez, no te han desahuciado.

– Ya. Simplemente dentro de tres meses ya no tendre tienda. Bueno, considera terminado tu trabajo. Tu jefe queria que me lo dijeras y ya lo has hecho -se agacho para recoger el bolso que se le habia caido cuando el la llevo hasta la pared-. Y bien pensado, eso de darse un revolcon rapidito antes de darme la mala noticia.

Evan dio dos pasos adelante y la agarro por los hombros.

– Eso no ha tenido nada que ver.

Lacey se solto y se retiro varios pasos.

– Por supuesto que no. Lo del sexo ha sido algo personal. Lo que me has dicho era algo puramente laboral.

– Exacto -dijo aliviado.

Se acerco a ella, pero Lacey levanto la mano para detenerlo.

– No me toques. La ultima vez que me tocaste, fue eso, la ultima vez.

Evan se detuvo de golpe y se paso las manos por el rostro.

– Lacey, comprendo que estes disgustada…

– «Disgustada» es un eufemismo.

– Ya veo. Pero tenemos todo el fin de semana para hablar de ello.

– No hay nada de que hablar. Tu jefe quiere echarme, tu estas de acuerdo con el y me has puesto de patitas en la calle… Sin tener la deferencia siquiera de hablar conmigo sobre la situacion. Aunque no tuvieramos mas que una relacion laboral, tambien me habria disgustado. Y teniendo en cuenta nuestra relacion personal, no solo me ha disgustado, sino que me ha hecho dano -empezo a temblarle la voz y apreto los labios para contenerse.

– No era mi intencion hacerte dano.

– Mira, mi primera impresion fue que eras un clon impersonal que solo pensaba en el trabajo. Ojala hubiera hecho caso de mi primera impresion. Y en cuanto a lo de este fin de semana, no va a suceder. Hemos terminado.

– Lacey… -se paso las manos por el cabello-. No lo dices en serio. No puedes marcharte asi, sin mas.

Ella alzo la barbilla y lo miro a los ojos.

– Lo digo en serio. Y si, si puedo marcharme sin mas.

Se dio la vuelta, se acerco a la puerta, la abrio y se marcho sin mirar atras. Intento concentrarse en el sentimiento de rabia y traicion que la inundaba por dentro hasta que llego a casa. Pero en cuanto entro en su apartamento y cerro la puerta, rompio a llorar. Se sento en el suelo y escucho como se le quebraba el corazon.

Capitulo 10

Evan paso la semana en San Francisco tratando de convencerse de que el agobiante sentimiento de perdida que lo invadia por dentro era un sentimiento de alivio, en realidad, pero cuando llego el viernes decidio que no podia enganarse mas tiempo.

Habia hecho su trabajo segun las normas. Y habia perdido a Lacey.

Lacey, la mujer que lo habia hecho reir. La mujer que hacia que se excitara con solo una mirada. La mujer con la que podia hablar de cualquier tema bajo el sol. La que convertia cualquier actividad corriente en algo interesante y divertido. La que habia cautivado su mente y su cuerpo como ninguna otra mujer habia hecho. Evan nunca habia sido tan feliz como durante el mes que habia pasado junto a ella. Era la primera mujer con la que se divertia tanto, en la cama y fuera de ella. Creia que se habia enamorado un par de veces en su vida, pero lo que habia sentido por esas dos mujeres era insignificante comparado con los sentimientos que Lacey le provocaba.

Supo que estaba perdido la primera vez que la vio con Sasha. Al verla reir, y jugar entre las olas del mar con su perra, cubierta de arena y de agua salada, sintio que se le encogia el corazon. La amaba. Adoraba su personalidad animada y divertida, su inteligencia. Su manera de preocuparse por la tienda y por los clientes. Ella conseguia que todo lo que tenia a su alrededor se volviera mas vivo y colorido. El incluido.

Evan habia estado pensando si debia confesarle que la amaba, pero no queria asustarla porque se conocian desde hacia muy poco tiempo. Al final habia decidido que se lo diria durante el fin de semana en San Francisco. Entonces, Greg habia llamado y se habia estropeado todo.

No podia negar que, hasta cierto punto, estaba de acuerdo con Greg. Constant Cravings, con sus productos y escaparates sensuales, no encajaba con la imagen de las otras tiendas que habia en el edificio Fairfax. Un hecho que habia generado conflictos entre Lacey y el desde que ella inauguro la tienda.

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