de dinero? ?Era posible que fuera esa la causa de su inusual animosidad hacia el?
– ?Buenas noches, senoras! -saludo el senor Jennsen, deteniendose delante de Carolyn y Sarah. Su mirada se desvio hacia el lugar por el que Emily acababa de desaparecer y, a continuacion, sonrio y realizo una reverencia a las dos hermanas-. Sin duda soy el hombre mas afortunado de la fiesta por estar acompanado no por una, sino por dos mujeres sumamente encantadoras.
– No te dejes enganar -murmuro Carolyn a Sarah en voz alta y con sorna-, seguro que se lo ha dicho a todos los grupos de mujeres con los que ha estado esta noche.
– De ningun modo -replico el senor Jennsen mientras sus oscuros ojos despedian un picaro destello.
– Lo que significa que acaba de llegar -susurro, tambien con sorna, Sarah a Carolyn.
Los tres se echaron a reir y, despues de intercambiar unas palabras de cortesia, Sarah se abanico y declaro:
– ?Hay tanta gente y hace tanto calor…! Si me disculpais, necesito un poco de aire fresco.
Carolyn examino a su hermana y se dio cuenta de que sus mejillas estaban palidas cuando, debido al calor de la habitacion, deberian estar sonrosadas.
– Te acompano -declaro.
– Y yo las acompanare encantado -anadio el senor Jennsen.
– Gracias, pero prefiero que os quedeis charlando -contesto Sarah mientras sacudia la mano-. Matthew esta junto a la puerta que conduce a la terraza. Lo rescatare de la conversacion que esta manteniendo. Ademas, quiero volver a comentarle lo de la nota de las Memorias.
Aunque pronuncio las ultimas palabras entre dientes, Carolyn se pregunto si no se habia dado cuenta de que habia hablado en voz alta.
– ?La nota de las Memorias? -pregunto el senor Jennsen mientras Sarah se alejaba.
– ?Oh, no es nada! -exclamo Carolyn restando importancia al comentario.
Sin embargo, la expresion entre divertida y complice del senor Jennsen le hizo preguntarse si el conocia aquella ultima moda.
El senor Jennsen deslizo la mirada por el vestido de color aguamarina de Carolyn con una expresion de indudable aprecio.
– Estaba usted encantadora como Galatea, pero todavia lo esta mas como usted misma.
– Gracias -respondio ella con una sonrisa.
Carolyn se pregunto por que se sentia tan relajada en su compania. Aunque no podia considerarse guapo, el senor Jennsen era, sin duda, atractivo, masculino y fuerte, y tenia un misterioso aire sensual. Entonces, ?por que no se le cortaba la respiracion cuando estaba con el? ?Por que no se lo imaginaba desnudo con ella en el bano? Si las Memorias fueran la causa de su excitacion, entonces cualquier hombre atractivo le produciria esos efectos.
– Supongo que ha oido hablar de la muerte de lady Crawford -declaro el senor Jennsen.
– Si. Y la noticia me ha entristecido y me ha dejado atonita.
– Yo la conoci justo en la fiesta de disfraces.
Carolyn hizo memoria.
– Si, ella iba disfrazada de muchacha en apuros y miraba con admiracion su disfraz de pirata. Usted estuvo hablando con ella despues de hacerlo conmigo.
El asintio con la cabeza.
– Si. ?Reia tanto…! ?Estaba tan llena de vida…! Me cuesta creer que muriera apenas unas horas mas tarde. Espero que sea usted prudente y no vaya sola a ningun lado.
La musica termino y se produjo una oleada de aplausos de agradecimiento. La mirada errante de Carolyn se dirigio, una vez mas, a la pista de baile y se clavo en lord Surbrooke, quien acompanaba a Julianne a reunirse con su madre. El tambien dirigio la mirada hacia Carolyn, pero en lugar de fijarla en ella, la clavo en el senor Jennsen. Carolyn vio que estampaba un beso en los dedos de Julianne, gesto que le produjo una desagradable sensacion en toda la columna, y que se encaminaba hacia ella. O quizas hacia el senor Jennsen, pues su atencion parecia estar centrada en el.
Como Carolyn no deseaba hablar con lord Surbrooke delante del senor Jennsen, quien era muy observador, declaro con urgencia:
– Si me disculpa, he visto a una amiga a la que estaba buscando.
El senor Jennsen realizo una reverencia.
– Disfrute de la velada, milady.
Carolyn se sumergio con rapidez en la multitud y, a continuacion, se dispuso a ir en busca de Julianne. ?Que disfrutara de la velada? Ya le gustaria, aunque, de momento, no lo habia hecho en absoluto.
Capitulo 8
Me saco de la concurrida fiesta conduciendome por una serie de pasillos en penumbra. No le pregunte adonde ibamos. No me importaba. Encontro una habitacion vacia y, una vez dentro, cerro la puerta con llave. Me aprisiono contra la pared de roble y me levanto las faldas. Mis rodillas flaquearon cuando el realizo la primera penetracion larga, fuerte y deliciosa en mi sexo humedo y sobreexcitado.
por una Dama Anonima
– ?Me concede un instante de su tiempo, Jennsen? -pregunto Daniel, deteniendose frente al norteamericano.
La pregunta le salio en un tono mucho mas brusco de lo que pretendia, pero, ?a la mierda!, no le habia gustado nada ver a Carolyn junto a aquel hombre. No le habia gustado la forma en que Jennsen la habia mirado, una forma que dejaba bien claro que le gustaba lo que veia. No le habia gustado la forma en que Carolyn le habia sonreido a el. No, no le habia gustado nada de todo aquello.
En medio del bullicio de la fiesta, Jennsen examino a Daniel con una mirada impasible a la que, segun sospecho Daniel, pocas cosas se le escapaban.
– Claro. De hecho, esperaba verlo esta noche. Tengo mas informacion sobre el negocio acerca del que hablamos unas semanas atras.
?Negocio? Daniel tardo varios segundos en darse cuenta de que Jennsen debia de referirse a la inversion que lord Tolliver le ofrecio realizar en su empresa naviera, lo que no tenia nada que ver con lo que el queria hablar con Jennsen. De hecho, casi se habia olvidado de aquella inversion, aunque supuso que esa era una excusa tan buena como cualquier otra.
– ?Nos retiramos a un lugar mas tranquilo y privado? -sugirio Daniel.
– Buena idea.
Daniel encabezo la marcha hacia los ventanales y el fresco exterior, dirigiendose, luego, hacia uno de los extremos de la terraza. Una vez alli, Jennsen le pregunto sin mas preambulos:
– ?Invirtio usted en la empresa naviera de lord Tolliver?
– No. Despues de estudiar la informacion que usted me dio, decidi no hacerlo.
Daniel intento reflejar algo de gratitud en su voz, pero le resulto muy dificil, pues recordaba el ardor de los ojos de Jennsen mientras miraba a Carolyn.
– Sabia decision, sobre todo porque acabo de averiguar que la situacion financiera de Tolliver es aun mas inestable de lo que yo creia. Ademas, tuve la oportunidad de examinar los materiales que iba a utilizar para construir los barcos y son de baja calidad.
Daniel enarco las cejas.
– ?Y como consiguio acceder a esos materiales?
Jennsen se encogio de hombros.
– No veo que importancia tiene este detalle.
Daniel apreto la mandibula. Sin duda, a Jennsen no le importaba doblar o romper las normas para conseguir lo que queria.