– Entre otras cosas. Antes tengo que decirte que nuestras expediciones nocturnas deben suspenderse. - Procedio a revelarle la perturbadora conversacion que habia mantenido por la tarde con Paul, y concluyo con-: No puedo exponerte a ningun peligro. Por eso terminare la excavacion durante el dia.
– Te ayudare. -Como el parecia dispuesto a discutirlo, ella dijo-: Iras armado, y Danforth estara con nosotros. Llevara la mitad de tiempo si lo hacemos entre los dos. Quiza lord Surbrooke pueda unirse a nosotros para que estemos mas protegidos.
El fruncio el ceno.
– Lo pensare. Pero tambien se me ha ocurrido que tenemos tres noches por delante antes de que me vaya a Londres. Seria una pena desperdiciarlas.
– Ya veo. ?Y cuando se te ocurrio eso?
– Unos diez segundos despues de abandonar tu cama esta manana.
Ella se apoyo en el y suspiro cuando Matthew le ahueco las nalgas con una mano y poso la otra sobre un pecho.
– Entonces llegas tarde porque a mi tambien se me ocurrio algo similar aproximadamente tres segundos despues de haber hecho el amor contigo. La primera vez.
– Ah. -De forma simultanea pellizco su pezon y le paso los dedos de la otra mano por el sensible hueco de su espalda, arrancandole un profundo gemido-. Sabia que eras una alumna aventajada.
– Si. Una alumna que esta muy ansiosa por recibir la siguiente leccion. Aunque ya he aprendido muchas cosas… Ahora se como se siente la cera al derretirse.
– ?Y como se siente?
– Caliente. Y liquida. -Presionando las manos contra su pecho, se inclino y lo miro a traves de sus gafas ligeramente torcidas. Con una tierna sonrisa, el se las quito y extendio la mano para dejarlas en la repisa de la chimenea-. ?Como has logrado desnudarte, ponerte la bata y entrar en mi habitacion en tan poco tiempo?
– Desapareci varios minutos despues de la cena y traje aqui mi bata. La escondi en el armario, donde Franklin prometio vigilarla por mi. Cuando todos se disponian a irse a la cama, me detuve aqui en vez de continuar por el pasillo que lleva a mi alcoba. -Paso una mano por debajo de uno de sus muslos y le levanto la pierna, apoyandosela en su cadera, abriendola para sus caricias. Ella se quedo sin aliento cuando sus dedos acariciaron suavemente los pliegues femeninos, que ya sentia hinchados y resbaladizos-. En cuanto a mi velocidad en desvestirme -continuo el mientras sus habiles y diabolicos dedos rompian su concentracion-, te sorprenderias de lo rapido que un hombre puede quitarse la ropa si tiene al alcance de las manos la deliciosa posibilidad de hacer el amor con una bella mujer.
– ?Bella…? -La palabra salio con un suspiro de placer-. No puedo encontrar ni una sola razon por la que me llames eso.
– Lo se. Lo que te hace todavia mas bella. Pero no te preocupes. Yo encontrare suficientes razones para los dos.
La toco en un lugar particularmente sensible y ella se retorcio contra su mano, ansiosa por sentir de nuevo ese espasmo placentero otra vez. Deslizando las manos por la abertura de la bata, ella se inclino hacia delante y presiono los labios contra su pecho.
– Me gusta muchisimo el bano.
Una risa ronca vibro contra los labios de Sarah.
– Y aun no nos hemos metido en la banera.
Ella levanto la cabeza y lo miro con interes.
– ?Los dos?
– Pense que la siguiente leccion para mi aplicada alumna deberia incluir el placer de tomar un bano juntos.
Las manos de Matthew abandonaron el cuerpo de Sarah y el retrocedio un paso. Un gemido de protesta subio por la garganta femenina, pero antes de que pudiera abrir la boca, el se quito la bata, consiguiendo que el gemido de Sarah se convirtiera en un suspiro de aprecio.
El senalo la banera con la cabeza.
– ?Me acompanas?
– No puedo encontrar ni una sola razon para decir que no.
Matthew curvo una de las comisuras de los labios.
– Ni yo.
El se metio en la banera. Sarah planto las manos en las caderas y lo miro fijamente con una fingida mirada de reproche.
– ?Como voy a unirme a ti? No queda sitio.
Los ojos de Matthew brillaron intensamente al levantar la vista y se palmeo los muslos.
– Hay muchisimo sitio aqui. -Le tendio la mano, y Sarah se agarro a ella. Sus palmas se unieron y el cerro sus largos y firmes dedos en torno a los de ella-. Metete de cara a mi, con un pie a cada lado de mis piernas. -La instruyo. Ella paso con cautela por el borde e hizo lo que el le habia dicho, con sus piernas formando un puente sobre las suyas.
El la miro con una sonrisa picara.
– Que vista mas encantadora.
– Es justo lo que yo estaba pensando, aunque tu estas un poco borroso.
– Eso es facilmente remediable, en especial si te arrodillas.
Intrigada y excitada por la propuesta, ella se agarro a los bordes de la banera y se arrodillo con lentitud. Su miembro turgente se erguia entre ellos, y ella extendio la mano para acariciar con la yema de sus dedos la punta aterciopelada. El contuvo el aliento y en venganza le ahueco los pechos con sus calidas manos mojadas.
– ?Y ahora que? -pregunto ella.
La recorrio lentamente con su ardiente mirada provocando que ella se sonrojara de pies a cabeza.
– Me parece que estas al mando -dijo el, deslizandole una mano entre las piernas-. ?Que te gustaria hacer?
– Besarte -susurro ella-. Hacer el amor contigo.
Los ojos de Matthew se oscurecieron en respuesta haciendola consciente de cada nervio de su cuerpo.
– Soy todo tuyo -dijo el con un ronco grunido-. Hazlo.
Oh, Dios. Inclinandose hacia delante, rozo su boca con la de ella, una vez, dos. Suave, tentativamente. El la dejo tomar la iniciativa, susurrandole palabras de animo que disiparon cualquier duda. Le recorrio el pecho con las manos, acaricio su miembro, separo sus labios con la lengua, deleitandose con sus reacciones: sus gemidos, la avida manera en que la observaba, sus jadeos cada vez mas profundos; todo eso le hizo sentir una oleada de poder femenino que nunca hubiera sospechado que tenia.
El dejo caer un reguero de agua caliente sobre los hombros de Sarah, luego paso las manos por su cuerpo mojado. Mientras ella continuaba acariciandole ligeramente, el se enderezo y, asiendole las caderas, le lamio el pezon con la lengua y luego introdujo el dolorido pico en la calida cavidad de su boca. Desesperada por tenerlo dentro de su cuerpo, Sarah abrio las piernas todo lo que le permitio la banera y presiono las caderas sobre su excitacion, rozando el glande con sus pliegues femeninos, donde sentia un persistente latido.
Con la mirada clavada en la de ella, la ayudo a ubicarse. Apoyando las manos en los hombros de Matthew, Sarah se dejo caer lentamente, emitiendo un largo gemido mientras la llenaba. Cuando estuvo sepultado por completo en ella, Sarah comenzo a balancear lentamente sus caderas, un movimiento que envio un estremecimiento de placer por todo su cuerpo. Cerrando los ojos, Sarah echo hacia atras la cabeza y repitio el movimiento.
De nuevo, la dejo tomar la iniciativa, marcando el ritmo, susurrandole palabras provocativas mientras sus manos acariciaban sus pechos, su vientre, sus nalgas sin cesar. Un nudo de tension se formo dentro de ella y se mecio mas rapido mientras el empujaba con mas fuerza, llevandola cada vez mas cerca del orgasmo. Con un jadeo llego al climax, arqueando su cuerpo, temblando, palpitando alrededor de el durante un momento interminable. Antes de que los ultimos espasmos se hubieran apaciguado, ella sintio como el se retiraba. Abrazandola con fuerza contra el, Matthew enterro su cara entre sus pechos y gimio mientras alcanzaba la liberacion.
Apoyando la mejilla sobre su pelo humedo, Sarah paso los dedos por los gruesos y sedosos mechones. Y supo que seria feliz si pudiera quedarse asi para siempre. Envuelta entre sus brazos. Con su piel pegada a la de