ojos.

– Si, voy entrando en calor -susurro ella.

El solto otro largo suspiro y alargo la mano para rozar la fria mejilla de Emily con la yema de un dedo.

– ?Siente ya la cara?

– S… si.

Santo Dios, Logan queria seguir tocandola, pero dado el perjudicial efecto que esa mujer ejercia sobre su control, sabia que no deberia hacerlo. Aunque no parecia poder detenerse. Lo haria… pero todavia no. A pesar de la tentacion que ella representaba, el siempre lograba controlar todos los aspectos de su vida, y este no seria una excepcion. Asi que se controlaria.

Le solto las manos y busco el cierre delantero de la capa.

– El fuego calienta mas ahora. Entrara en calor antes si se quita esto.

Emily permanecio inmovil y en silencio mientras el le desabrochaba la prenda y se la deslizaba lentamente por los hombros y los brazos, revelando un vestido de color azul que recordaba al mar bajo la calida luz del sol. Logan deseo al instante que la estancia estuviera mejor iluminada para poder distinguir la manera en que aquel color resaltaria aquellos ojos de ninfa, igual que resaltaria una aguamarina bajo una esmeralda.

Un sutil olor a flores y azucar le inundo las fosas nasales, y Logan inspiro profundamente para captar mejor aquel elusivo perfume. Maldicion, cada vez que lo olia queria enterrar la cara en la dulce curva donde el cuello de Emily se unia a su hombro, y simplemente inhalar su esencia hasta que lograra comprender como era posible que la joven oliera de una manera tan deliciosa.

Sin apartar la mirada de ella, dejo la capa encima de la silla mas cercana y le cogio la mano. Le quito el guante con lentitud y lo dejo sobre la capa. Luego envolvio la mano de Emily entre las suyas y comenzo a masajearla suavemente.

La joven respiro hondo y solto el aliento en un largo suspiro.

– Oh, Dios mio -susurro ella. -Eso que hace es maravilloso.

No cabia duda de que lo era. Si alguna vez habia tocado una piel mas suave que la de ella, no lo recordaba. Le quito el otro guante y le froto la mano suavemente, acariciando cada delicado dedo con un largo y lento masaje.

– ?Se siente mejor?

Ella se humedecio los labios con la punta de la lengua, un toquecito rosado que envio toda la sangre de Logan a su ingle y que casi le hizo perder ese control del que tan orgulloso estaba.

– Si -susurro ella.

Apretando los dientes, Logan se obligo a soltarla y dando un paso atras se giro hacia el fuego.

– Bien. En ese caso… -«Vete. Sal de aqui mientras puedas.» Solo Dios sabia que eso era mucho mas facil de decir que de hacer. En vez de eso, se limito a decir: -Bueno, ahora si que tomare ese brandy.

Logan escucho el susurro del vestido de Emily cuando esta se dirigio al aparador, pero no la miro para probarse a si mismo que podia contenerse. Se quito el abrigo y lo dejo en el sillon de orejas.

– Aqui tiene -dijo ella con suavidad. Logan se giro, dado que ahora no tenia mas remedio que hacerlo, y contuvo un gemido. Emily estaba preciosa. Mientras que la luna la banaba con su luz plateada, la luz del fuego arrancaba destellos dorados y rojizos del brillante pelo de la joven. Con la mirada clavada en la de ella, alargo la mano para coger la copa. Los dedos de ambos se rozaron, y Logan apreto los dientes ante el escalofrio que le subio por el brazo. Maldicion, era ridiculo que se sintiera tan excitado por un simple, inocente e insignificante roce.

Se obligo a volverse hacia el fuego y tomo un largo trago de brandy, degustando el liquido ardiente que le bajo por la garganta y le calento el estomago. No fue una reaccion muy bienvenida, ya que no necesitaba sentir mas calor en el vientre. Dejo la copa con rapidez sobre la repisa de la chimenea.

– Tenia razon -dijo el, mirando las llamas, -es un brandy excelente.

– Me alegro de que le guste, aunque no entiendo como puede soportarlo. Yo lo probe una vez. -Por el rabillo del ojo, el vio como ella se estremecia. -Arggg, es asi como imagino que saben los peores venenos. Sabe incluso peor que los infames pasteles de hierba.

Sin poder contenerse, el giro la cabeza hacia ella. Emily estaba mirando el fuego con las manos extendidas para absorber el calor de las llamas, aunque el no podia explicarse como podia seguir teniendo frio. Entre el calido fuego de la chimenea y el que le inspiraba la cercania de la joven, se sentia como si estuviera a punto de estallar en llamas.

– ?Pasteles de hierba? -repitio el.

Emily se giro hacia el y sus miradas se cruzaron. Logan sintio al instante la fuerza de esos ojos, como si se sintiera atraido a las profundidades del mar.

Ella asintio con la cabeza.

– Un pastel hecho de hierba. De ahi el nombre.

– ?Donde demonios ha visto tal incongruencia culinaria? ?Y como es posible que se atreviera a probarlo?

– Esos pasteles eran una de las recetas que preparaba en el jardin de nuestra hacienda en Kent. Tenia siete anos. Los hice porque me gustaban mucho las espinacas y, bueno, la hierba es muy parecida. Sin embargo, no tarde en descubrir que la hierba, en especial cuando se mezcla con la tierra del jardin, no sabe en absoluto como las espinacas. -Curvo un poco los labios. -Intente engatusar a Kenneth para que probara mi obra maestra, pero huyo despavorido.

– Chico listo. Yo habria hecho lo mismo. -Un estremecimiento recorrio a Logan. -No me gusta nada la comida verde.

– ?Ni siquiera los esparragos?

– No.

– ?El brocoli?

– El brocoli aun menos.

– ?Los guisantes?

– Son casi tolerables, siempre y cuando no los sirvan como pure, que es lo que suelen hacer los britanicos.

– Oh, ?prefiere los guisantes duros?

– En realidad, prefiero no probarlos.

– Mmm. ?Sabe en que le convierte eso?

– ?En un hombre muy listo?

– En un hombre que odia la comida verde.

El considero la cuestion, luego asintio con la cabeza.

– Es un titulo merecido, aunque no llega a la grandiosidad de campeon invicto de cazadores de ranas.

– ?Le gustan las nueces?

– Si no son verdes, si. Ademas, ?a quien no le gustan las nueces?

– A mi, desde luego, si. Y, por fortuna para nosotros, tambien le gustan a mi padre.

– ?Y por que eso es una suerte para nosotros?

Como unica respuesta, Emily cruzo la estancia hacia el enorme escritorio de caoba situado delante de las librerias que flanqueaba la puertaventana. Logan la observo abrir un cajon y sacar una caja metalica cuadrada.

– Es una suerte para nosotros -dijo ella mientras regresaba junto a la chimenea -porque mi padre siempre guarda en la biblioteca un suministro secreto de nueces de la receta especial de nuestra cocinera.

– Es evidente que su padre tendra que buscar un nuevo escondite.

Emily se rio, y Logan se encontro a si mismo fascinado e incapaz de apartar la mirada.

– Oh, esta cambiandolas de sitio siempre. Pero soy una experta en descubrirlas. Esta vez las ha guardado en el cajon del escritorio, un lugar muy evidente, sin duda pensando que no se me ocurriria mirar en un escondite tan facil. -Quito la tapa de la caja y se la tendio. -Le aseguro que jamas ha probado nada tan delicioso.

Logan cogio una nuez y la sostuvo ante el fuego para verla mejor.

– ?Que es lo tiene encima? -Ladeo la cabeza y le dirigio al fruto seco una mirada suspicaz. -No estara recubierta con tierra y hierba del jardin, ?verdad?

– No. Ademas, esa es mi receta secreta, no la de la cocinera. Pruebela y vera.

Logan la miro de reojo.

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