El arqueo las caderas, apretando la ereccion contra las nalgas de Emily. La beso profundamente, rozando su lengua contra la de ella. El aroma a flores y azucar que emanaba de la piel de la joven se mezclaba con el de su excitacion, y Logan sintio que le daba vueltas la cabeza.
Continuo acariciandola con los dedos de una manera implacable, introduciendolos en ella, girandolos, jugueteando con ella. Sintio que Emily se tensaba y arqueaba la espalda, frotandose contra su mano. Se trago los gemidos femeninos mientras la apretada funda palpitaba en torno a sus dedos. Cuando por fin se calmaron los pequenos estremecimientos, el levanto la cabeza y miro la ruborizada cara de la joven. Emily abrio los ojos. Parecia una tentadora ninfa saciada y adormecida.
– Me hiciste sentir asi otra vez -susurro ella.
Logan se inclino para rozarle el suave cuello con los labios.
– Me temo que es mi deber como marido. Espero que no te importe.
– En absoluto. De hecho, creo que podria convertirme en alguien muy exigente e insistir en que me hagas sentir asi con frecuencia. Espero que no te importe.
El solto un fingido suspiro de cansancio.
– Una dura tarea, no me cabe duda. Procurare no quejarme mucho.
– Bien. Porque si te quejaras ?sabes en que te convertiria eso?
– ?En que?
– En un grunon. ?Y sabes a quien le gustan los grunones?
– ?A quien?
– A nadie. -Emily le deslizo los dedos por el pelo. Aquel simple gesto le hizo estremecer de los pies a la cabeza. -Pero hay un problema.
– ?Cual?
– Que yo tambien quiero hacerte sentir asi. -Creeme, eso no sera un problema.
– Me has hecho disfrutar de un inmenso placer, pero yo no te he proporcionado ninguno. No creo que sea justo.
Algo se derritio dentro de Logan, y giro la cabeza para besarle la suave piel del interior de la muneca.
– Me has dado mas placer del que puedas imaginar. No puedo decirte cuanto me gusta tocarte.
– Me alegro. Pero yo tambien quiero tocarte. -Emily le deslizo la mano por el torso con una firme intencion en la mirada. Con una risita, Logan le agarro los dedos y se los llevo al pecho.
– Yo tambien quiero. -Mucho mas de lo que queria respirar. -Pero si me tocas ahora estare… perdido. -Una timida sonrisa aparecio en sus labios. -Y acabare mas mojado que tu.
Emily busco su mirada.
– ?Seria eso tan terrible?
– Supongo que no tan terrible, pero si un poco embarazoso en este caso. Todo el personal de la casa estara esperandonos para saludarnos a nuestra llegada. -Logan se llevo la mano de Emily a los labios. -Ademas, prefiero estar enterrado dentro de ti cuando suceda -murmuro contra su palma.
Ella separo los labios humedos. Logan ahogo otro gemido y rezo para tener las fuerzas necesarias y contenerse el tiempo suficiente. Se sentia a punto de explotar.
El carruaje redujo la marcha y el aparto la cortina para mirar fuera; para su profundo alivio casi habian llegado a casa. Beso brevemente a Emily en los labios y la deposito en el asiento frente a el.
– Espero no parecer tan lasciva como me siento -dijo ella, alisandose la capa con las manos.
– Estas… -la mirada de Logan tomo nota del intenso rubor, los ojos brillantes y los labios hinchado por los besos -espectacular.
El carruaje traqueteo hasta detenerse, y el la ayudo a apearse. Mientras subian la escalinata, Logan se dio cuenta de que estaba nervioso, de que esperaba que a Emily le gustara la casa. A pesar de la grandeza y opulencia de su hogar y de tener docenas de habitaciones, a el le resultaba calido y acogedor y queria que ella tambien se sintiera comoda alli. Sin embargo, cuando entraron en el vestibulo con el suelo de marmol, no fue la enorme arana de cristal ni la valiosa estatua de bronce ni los antiguos tapices que cubrian las paredes ni la magnifica escalinata curva lo que fascino a Emily. No, la unica cosa que capto su atencion fue el enorme florero de cristal sobre una mesita ovalada que contenia docenas de peonias en todos los tonos de rosa, desde el mas palido al rosa mas profundo.
Una sonrisa de felicidad ilumino la cara de la joven.
– Logan, son preciosas.
El le devolvio la sonrisa.
– Me alegro de que te gusten. -Maldicion, hacia unos dias el ni siquiera sabia lo que era una peonia, y ahora las habia en cada rincon de su casa, perfumando el aire con su sutil fragancia, algo que encontraba profundamente satisfactorio. Las habia comprado anticipandose a la llegada de Emily, una tarea bastante complicada ya que esa especie de flores no era originaria de Inglaterra y solo se cultivaba en invernaderos. De hecho, le sorprenderia saber que aun quedara alguna peonia en el pais.
Logan presento a Emily a Eversham, que a su vez la presento al resto del personal. Se sintio muy orgulloso al observar como su hermosa esposa dejaba encandilado hasta al ultimo lacayo y doncella. Se fijo en que Adam no estaba presente y, cuando acabaron las presentaciones, le pregunto a Eversham por el paradero de su hombre de confianza.
– Envio una nota diciendo que estaba enfermo, senor -le informo el mayordomo con su habitual impasibilidad. -Al parecer le era imposible venir hoy. Escribio que lo sentia mucho y que haria todo lo posible para venir a trabajar manana.
– ?Dijo que le ocurria?
– Menciono una dolencia estomacal, senor, de esas que curan en un par de dias.
El propio estomago de Logan se encogio de simpatia. El habia sufrido de ese mal en algunas ocasiones y sabia que Adam estaba a punto de pasar un dia horrible.
– Confio en que se haya llevado a cabo todo lo que dispuse -dijo en voz baja.
– Todo se ha hecho exactamente como pidio, senor.
– Excelente. ?Hay un detective de guardia ahi fuera?
– Si, senor. Estara ahi hasta que el senor Atwater le releve por la tarde.
Satisfecho de que todo estuviera bien, Logan asintio con la cabeza y estaba a punto de darse la vuelta cuando el mayordomo se aclaro la garganta.
– ?Algo mas, Eversham?
La mirada de Eversham cayo sobre Emily que charlaba con el ama de llaves.
– Felicidades, senor. Le deseo a usted y a su esposa toda la felicidad del mundo.
Logan arqueo las cejas y esbozo una sonrisa.
– ?Por que tengo la impresion, Eversham, de que estas perdiendo un poco de rigidez?
– No se acostumbre a ello, senor.
Logan se rio entre dientes, luego se reunio con Emily al pie de la escalinata curva para subir juntos los escalones y recorrer el pasillo del primer piso.
– Ya hemos llegado -dijo el, deteniendose en la ultima puerta. Giro el pomo y, antes de que ella pudiera moverse, se inclino y la alzo en brazos para cruzar el umbral con ella.
– Al final vas a resultar ser mas romantico de lo que habia pensado -dijo ella con voz burlona.
– Eso es porque tu me inspiras.
Logan cerro la puerta con el pie y la dejo en el suelo. Parado detras de ella, la observo girar lentamente mientras estudiaba las paredes de seda verde palido, los paisajes con marcos dorados, el delicado escritorio antiguo, el armario de madera de cerezo, el biombo esmaltado con motivos florales, la chaise de cretona, la enorme cama con una colcha de terciopelo verde y el florero de porcelana con peonias en la mesilla de noche.
– Puedes redecorarlo como quieras -dijo el cuando ella continuo mirando a su alrededor sin decir nada. -Ayer llegaron tu ropa y tus articulos personales y ya han sido colocados en su sitio. Creo que lo encontraras todo en orden.
– Es perfecto, Logan. -Ella se volvio y lo miro con ojos brillantes. -Es una habitacion preciosa.
El se sintio aliviado.
– Me alegro de que te guste.