tan sedoso y caliente.

Tomo sus nalgas con las manos y despues se inclino. Alex ahogo un gemido cuando noto por primera vez el tacto increible de la boca de el contra su entumecida carne. La inesperada sensacion de su lengua acariciandola y la vision de su cabello negro sumergido entre sus muslos abiertos era la imagen mas erotica y excitante que habia visto nunca. Con un largo gemido de placer, se dejo caer sobre el colchon y estrujo la colcha, regodeandose en aquella sensacion que hacia que le ardiese la sangre.

Solo existia el. Sus labios, su lengua, sus dedos eran implacables, y tal como el habia querido su impaciencia crecio aun mas. Sin verguenza alguna, arqueo la espalda empujandose contra su boca, con todos los musculos en tension. El placer recorria todo su cuerpo, creciente y tumultuoso en la parte baja de su vientre, apretandola, llevandola, empujandola hacia algo que no lograba alcanzar. Hasta que Colin hizo algo… algo magico concentrando su boca en un lugar exquisitamente sensible…

Apretando los punos contra la colcha, Alex arqueo la espalda y separo aun mas las piernas. Durante varios segundos y sin aliento, supo que estaba al borde de un precipicio y entonces sintio que se elevaba por encima de el y un chorro de placer bano su cuerpo de espasmos hasta que, con demasiada rapidez, las intensas sacudidas se apagaron para dar paso a un suave y hormigueante oleaje que la dejo languida y sin fuerzas.

Noto que el se movia y abrio los ojos para ver como recorria su cuerpo con suaves besos y, despues de un ultimo beso en el cuello, apoyo la parte baja de su cuerpo sobre ella y, aguantando su peso con los antebrazos, la miro. Cuando sus miradas se cruzaron, Alexandra enmudecio ante el ardor en sus ojos.

– Alexandra -murmuro Colin.

Pronuncio esa simple palabra con una pasion tan potente que le corto la respiracion. Alex levanto el brazo que yacia languido y poso la mano en su mejilla.

– Colin.

Sintio un escalofrio calido por todo el cuerpo al notar la presion de Colin, totalmente vestido y erecto, contra su suave piel desnuda. Sin desviar la mirada de sus ojos, Colin volvio la cabeza y le beso la mano.

– ?Estas bien? -le pregunto rozandole los dedos con su calido aliento.

– Estoy… -Se le apago la voz. No podia describir ese delicioso estado de languidez-. Sin aliento. Sin palabras.

En los labios de Colin se formo una sonrisa maliciosa.

– Sin aliento y sin palabras. Supongo que eso hace que estes… sin «alienabras».

– Siempre que estoy cerca de ti -dijo ella apartando un grueso mechon de su sedoso cabello del brazo de el.

– Siempre que estoy cerca de ti -repitio el e inclinandose le beso con un beso suave, profundo, lujurioso, intimo, un beso que sabia a el, a ella, a pasion, un beso que reavivo en Alex la llama que Colin acababa de apagar.

Cuando dejaron de besarse, ella lo miro a los ojos deseando leer su expresion inescrutable.

– Ahora ya se a que obedece todo el jaleo -dijo suavemente-. No tenia ni idea de que pudiera sentirme… asi.

– El placer ha sido mio.

– Te aseguro que tambien ha sido mio. Ahora se que es derretirse… derretirse de impaciencia.

– Ah, impaciente, asi que me he salido con la mia.

– Si, y ahora quiero salirme yo con la mia.

– Impaciente, exigente, dos cualidades deliciosas en una mujer desnuda. Y respecto a tus deseos, ya te he dicho antes que solo tienes que pedir.

Ella se arqueo debajo de el, apretando su vientre firmemente contra la dura cresta de su ereccion.

– Quiero que estes impaciente.

– Te aseguro que eso esta hecho.

– Mas impaciente, y desnudo. Habia empezado con tu corbata cuando me has distraido sutilmente.

– Asi actuamos los espias, con tacticas sutiles. De todos modos, estoy mas que encantado de cumplir con tu peticion.

La beso suavemente en los labios y despues se puso en pie y la ayudo a ella a hacer lo mismo.

– Quiero darte placer -dijo Alexandra, echando un vistazo a la obvia protuberancia bajo sus pantalones-, pero no estoy segura de que tengo que hacer.

– No hay ninguna posibilidad de que no me des placer, y respecto a lo que tienes que hacer, te ayudare. -Y tomando sus manos se las llevo al pecho-. Quitame la camisa.

Alexandra arqueo las cejas y pregunto:

– ?Me prometes que te estaras quieto y no me distraeras de nuevo?

– No -dijo tomandole el pecho con las manos inmediatamente.

– Bueno, por lo menos eres honesto -replico ella riendo.

Le tomo el rostro entre las manos y la miro con unos ojos subitamente serios.

– Si, lo soy. Debido a la naturaleza de mi anterior trabajo, no siempre lo he sido. Pero contigo…

Alexandra apreto las yemas de sus dedos contra los labios de el para hacerlo callar. Puesto que ella habia sido poco honesta en el pasado, le atormentaba oir declaraciones de sinceridad por su parte. Por un loco instante penso en la posibilidad de contarle su sordido pasado pero inmediatamente aparto la idea de su mente. Lo suyo juntos iba a ser efimero. No tenia sentido acortarlo aun mas con confesiones que, al cabo de muy poco tiempo, no iban a tener importancia.

Apartandose de sus brazos, Alexandra movio la cabeza con un signo negativo.

– Quiero que te estes quieto. ?De acuerdo?

– Estoy de acuerdo en intentarlo. -Y sus verdes ojos brillaron.

Alexandra arqueo una ceja.

– Si no lo estas, creo que mereces saber que corro muy rapido.

– Yo soy mas rapido -replico el esbozando una lenta sonrisa con sus hermosos labios.

– Lo dudo.

– Tambien estoy vestido. Los lugares a los que podrias correr en tu estado actual -dijo, y su mirada recorrio perezosamente todo su cuerpo desnudo, inflamandole de nuevo- son mas bien limitados.

– No vas a estar vestido por mucho tiempo -dijo ella acercandose de nuevo hasta el y ocupandose de su corbata.

Colin permanecio totalmente quieto, intentando atenuar su ardiente ansiedad, pero era terriblemente dificil teniendola solo a un paso, con el cabello revuelto por sus manos, los labios hinchados y humedos por sus besos, la piel brillando despues del climax, y los aterciopelados pezones erectos por el efecto de su boca. La fragancia que emitia, a dulces naranjas mezclada con el almizcle femenino, llenaba el espacio que los separaba y tuvo que apretar los dientes para amortiguar el deseo de besarla. Ella no queria que se moviera, y no osaria hacerlo, menos aun cuando estaba tan al borde de perder el control.

Despues de lo que parecio una eternidad, Alex acabo de deshacer el nudo de la corbata y Colin tomo nota mentalmente para hacerse un nudo mucho menos complicado la proxima vez. Despues, Alexandra le quito despacio la larga prenda de lino del cuello pero, en lugar de dejarla caer en el suelo, le lanzo una mirada maliciosa y se la coloco alrededor del cuello, como una boa.

Colin miro la larga prenda blanca y, al instante, su imaginacion se disparo y vio a Alexandra en su cama, desnuda, con las munecas atadas…

Pero tuvo que detener su imaginacion cuando ella le extrajo la camisa fuera de los pantalones y la suave tela se deslizo por encima de su ansiosa ereccion. Todo su miembro se estremecio y tuvo que ahogar un grito. Le desabrocho la camisa, abriendosela y dejandole el pecho al descubierto. Colin tenia los hombros en tension y se vio forzado a relajarlos para que ella pudiera deslizar la prenda por sus brazos. Esperaba que se limitase a dejar caer la camisa al suelo pero la apreto contra su pecho y hundio el rostro en la tela.

– Todavia tiene el calor de tu cuerpo -susurro. Cerro los ojos y tomo aire con fuerza, dejandolo escapar despues en un largo suspiro-. Lleva tu aroma. Nunca pense que un hombre pudiera oler tan maravillosamente.

Viendo como abrazaba su ropa, sintio una oleada de ternura y pasion que lo obligo a apretar los punos. Y Alexandra lo sorprendio de nuevo poniendose la prenda.

– ?Que opinas? -le pregunto dandose la vuelta con una sonrisa juguetona en los labios.

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