Te deseo toda la felicidad del mundo.

Austin aflojo ligeramente la presion de su brazo sobre el talle de Elizabeth y estrecho la mano de Robert.

– Gracias, Robert. Ya que llegas de un modo tan inesperado, quiero aprovechar la oportunidad para pedirte que seas mi padrino de boda.

– Acepto encantado. -Robert le dirigio a ella una sonrisa y un guino-. Austin sabe lo que hace, ahora tendra un buen padrino. ?Has dicho algo sobre que tenias una hermana?

– Me temo que no -respondio ella, divertida.

– Vaya suerte la mia. -Sacudiendo la cabeza con aire apesadumbrado, atraveso la habitacion y se sirvio una copa de brandy-. ?Cuando es la boda?

Elizabeth estaba a punto de contestar que no lo sabia cuando Austin declaro:

– Pasado manana.

Se quedo boquiabierta y se obligo a recuperar la compostura.

– ?Pasado manana?

Robert le dirigio a Austin una mirada maliciosa.

– Tu prometida parece un poquito, ejem, sorprendida por la noticia. No se mucho de estas cosas, pero creo que la costumbre dicta que la novia sepa cuando se celebrara el desposorio.

– Me disponia a hablar del asunto con ella cuando has irrumpido en el estudio.

Un brillo malicioso asomo a los ojos de Robert.

– ?Ah si? ?Era eso lo que te disponias a hacer? Mas bien parecia…

– Robert. -El tono en que Austin pronuncio esta unica palabra era inconfundiblemente gelido.

Robert deposito la copa en el escritorio y alzo las manos.

– No se hable mas. Aunque se que te mueres de ganas de que me quede y os obsequie con anecdotas de mi viaje por el extranjero, debo marcharme. Apenas he hablado con madre desde que llegue hace una hora, y he prometido reunirme con ella en el salon antes de la cena.

– No he anunciado todavia la boda, Robert.

– Mis labios estan sellados. -Cruzo la habitacion, tomo la mano de Elizabeth y le planto un beso en los dedos. Una imagen acudio a la mente de ella y, por un instante, fue como si vislumbrara su alma-. Estoy deseando verte a la hora de la cena -dijo el, con una mirada llena de afecto.

– Gracias.

Robert se dirigio a la puerta con un andar elegante y pausado que contrastaba mucho con las zancadas decididas caracteristicas de Austin. Antes de cerrar la puerta tras de si, le dedico a Elizabeth un guino que la ruborizo.

Aguardo a que Austin hablara, pero el se habia quedado mirando la puerta cerrada como si quisiera prenderle fuego.

– Tu hermano es muy divertido -dijo ella finalmente.

– Es un maldito incordio.

– Te quiere.

– El… -Austin se volvio hacia ella-. ?Como dices?

– Te quiere. Se muere de curiosidad y preocupacion por tu decision de casarte conmigo.

– ?Preocupacion? ?Que te hace pensar eso?

«Me toco -penso Elizabeth-. Lo percibi.»

– A pesar de sus bromas, salta a la vista que teme que puedas haber tomado una decision equivocada. Ha sido esclarecedor veros juntos a los dos. Me pregunto si os habeis percatado de lo mucho que os pareceis.

Estas palabras lo sorprendieron.

– ?Parecemos? Robert y yo no nos parecemos en absoluto.

«Y tanto que os pareceis. Por dentro. En el alma, que es lo que cuenta», se dijo Elizabeth, pero en vez de discutir inclino la cabeza.

– Tal vez tengas razon -dijo-. Despues de todo, tu eres un hombre serio, mientras que Robert es bastante animado.

– No estoy seguro de que «animado» sea la palabra con que lo describiria en estos momentos, pero da igual. Hay otras cosas de las que tenemos que hablar.

– Asi es. Austin, ?a que diablos te referias cuando has dicho que la boda se celebraria pasado manana?

– Pues a eso exactamente. He pasado casi todo el dia poniendome en contacto con mis abogados y tramitando una licencia especial, que espero recibir manana por la tarde. Supongo que podriamos programar la ceremonia para la noche de manana, pero he pensado que querrias disponer de un dia para hacer los preparativos necesarios.

– ?Pero eso no es tiempo suficiente para planear una boda!

– Mi madre seria capaz de organizar una coronacion en la mitad de tiempo. Si ademas contamos con tu tia y con Caroline, podriamos estar casados antes del desayuno. -Le enmarco el rostro con las manos y la miro con el ceno fruncido-. No estaras cambiando de idea, ?verdad?

A ella se le formo un nudo en la garganta. ?Cambiar de idea? Ni hablar.

– Por supuesto que no. -Le sonrio al ver que se suavizaba su expresion cenuda-. Pero por deferencia hacia tu madre y tia Joanna, opino que es mejor dejado para pasado manana. -Le puso las manos en los antebrazos y noto la tension bajo sus dedos-. ?Puedo preguntarte a que viene tanta prisa?

Sus expectativas de que hubiese motivos romanticos tras su decision quedaron inmediatamente truncadas por las palabras de Austin.

– Por una mera cuestion de logistica. Tengo que estar en Londres el dia primero de julio, y he planeado quedarme alli durante un tiempo indeterminado. Si celebramos la ceremonia antes de mi marcha podras acompanarme a Londres y me ahorrare el viaje de regreso hacia aqui o a la finca de lady Penbroke para venir a recogerte.

Ella intento disimular su desilusion con una sonrisa.

– ?Recogerme? Hablas de mi como si yo fuera un par de pantuflas.

– ?Unas pantuflas? Para nada. -Su mirada se clavo en la boca de Elizabeth, y a ella le dio un vuelco el corazon al pensar que el la besaria otra vez. De nuevo se llevo una decepcion, pues el se aparto de ella y se dirigio hacia la mesita que sostenia las licoreras de brandy-. Hay varios asuntos de los que debo ocuparme antes de que hagamos publico nuestro compromiso.

Al darse cuenta de que la estaba despidiendo, Elizabeth asintio con la cabeza.

– Por supuesto. Si me disculpas, debo arreglarme para la cena.

Se encamino hacia la puerta. Antes de cerrarla a su espalda, volvio la vista atras. Austin la observaba con una expresion intensa y enigmatica que por alguna razon la dejo helada y la encendio por dentro al mismo tiempo.

10

Elizabeth acababa de vestirse para bajar a cenar cuando alguien llamo a la puerta de su alcoba.

– Adelante.

Tia Joanna entro envuelta en un maremagnum de plumas oscilantes y en el frufru de la seda morada de su vestido.

– Mi querida nina -le dijo con una enorme sonrisa en medio del rechoncho rostro, y le dio un abrazo repleto de plumas-. ?No te lo dije?

– ?No me dijiste que?

Su tia se aparto y la contemplo con los ojos muy abiertos.

– Pues que solo seria cuestion de tiempo antes de que un joven agradable se fijara en ti. -Abrio el abanico con un movimiento rapido de la muneca y lo agito, haciendo ondear sus plumas-. Sabia que te encontrariamos un marido, ?pero ni siquiera yo habria predicho que conseguiriamos un duque! Vamos, cuando Bradford me dijo que queria casarse contigo, por poco me desmayo. No porque me sorprendiese que quisiera casarse contigo, por supuesto. Cualquier hombre se sentiria afortunado con una chica hermosa como tu. Pero ?un duque! Un duque

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