pensamos que merecian unas vacaciones.
– Es un gran regalo…
– Bueno, ellos son grandes padres.
Matt sonrio y ella sonrio a su vez. Empezaba a ser consciente de que aquel hombre le gustaba mucho mas de lo que habia imaginado. Era una gran persona, tenia sentido del humor, le gustaban los bombones, poseia la sonrisa mas hermosa que habia visto en toda su vida e incluso disfrutaba yendo de compras a las jugueterias. Tuvo que resistirse al impulso de arrojarse en sus brazos.
– Ahora sabes mas sobre mi que yo sobre ti -comento el, inclinandose hacia delante-. De modo que te toca hablar. ?Como es que una mujer tan increiblemente atractiva e inteligente no sale con nadie?
El le acaricio levemente la mano y ella intento mantener el aplomo, pero estaba tan excitada, que ni siquiera fue capaz de apartar la mano para no sentir su contacto.
Asi que intento concentrarse en la pregunta.
– Por varias razones. En primer lugar, que no tengo tiempo para comprometerme con una relacion. Toda mi energia esta concentrada en mi trabajo en Maxximum. Ademas, los hombres que he conocido siempre querian controlarme. He descubierto que las relaciones son como las plantas: si no se les da mucho tiempo y atencion, se mueren. Y por otra parte, hace tiempo que ningun hombre que valga la pena se interesa por mi.
Jilly no sabia si la culpa la tenia el vino, el ambiente, la calida y tranquila comprension de sus ojos, el suave contacto de su mano o el hecho de que el le hubiera confesado sus secretos. Pero en cualquiera de los casos, estaba contandole cosas que no queria contar. Incluso le hablo de la muerte de su padre, que habia fallecido de infarto a los treinta y seis anos, dejandolas solas a su madre y a ella.
– Mi madre no pudo aguantarlo. Lo amaba con toda su alma… Se habian casado muy jovenes, cuando salieron del instituto. Mi padre era mecanico, y aunque no se podia decir que fueran precisamente ricos, vivian muy bien. Ella se concentro en la maternidad y el en todo lo demas. Siempre quiso ser el que cuidaba de sus chicas, como solia decir…
Jilly se detuvo un momento antes de continuar.
– Era un gran hombre. Fuerte, con sentido del humor, vital. Y cuando murio… bueno, no puedo describir lo que senti.
– No es preciso que lo hagas. Se lo que se siente cuando el mundo cambia por completo, de repente. Tu te encuentras… perdido e impotente.
– Exacto elijo ella.
– ?Que paso despues?
– Todo se derrumbo. Viviamos de un trabajo mio a tiempo parcial, pero mi madre nunca hizo nada. Es decir, se ocupaba de todas las cosas de la casa, pero no sabia hacer nada mas. Nunca habia trabajado fuera y sencillamente no sabia sobrevivir sin la proteccion de mi padre. Y estaba tan hundida con su perdida, que no conseguia reaccionar.
– De modo que cargaste con toda la responsabilidad…
– No tenia eleccion. No teniamos dinero, asi que alquilamos un local y abrimos una boutique. Mi madre cosia y mientras tanto yo me dedicaba a hacer todas las cosas que habia hecho mi padre, desde reparar un grifo roto a arreglar el coche. Entonces me prometi que nunca seria como mi madre. Me prometi que estudiaria una carrera y que adquiriria los conocimientos necesarios para no tener que depender de nadie.
Matt sonrio.
– Pues es evidente que alcanzaste tu objetivo.
Ella lo miro en silencio durante un par de segundos y penso si lo que acababa de decir era cierto. En muchos sentidos, lo era. Habia logrado sus objetivos materiales. Pero no tenia a nadie con quien compartirlos.
– Si, he conseguido el trabajo que queria, pero no la estabilidad economica -explico-. Estoy buscando algo mas.
– Como por ejemplo, la campana de ARC…
– En efecto.
– ?Y como le va a tu madre ahora?
Jilly sonrio.
– Muy bien. Ha debido recorrer un largo y duro camino, pero parece que mi ejemplo le sirvio de algo y hace unos anos empezo a estudiar. Dentro de doce meses tendra su titulo en ciencias empresariales. La verdad es que estoy muy orgullosa de ella.
– Y supongo que ella tambien de ti…
– Bueno, es mi madre. Es su trabajo.
El camarero llego con las ensaladas y Matt aparto la mano. Jilly lamento la perdida de su contacto y deseo acostarse con el, desnudos, excitados. Deseo sentirlo en su interior.
Las imagenes que la asaltaban eran tan fuertes, que se sintio desfallecer.
– ?Te encuentras bien? -pregunto el.
– Si, si, estoy bien… Como ves, nuestras vidas no se parecen demasiado. Esta visto que no tenemos muchas cosas en comun -dijo ella, nerviosa.
Jillian no habia imaginado en ningun momento que su cena con Matt pudiera llegar a ser tan divertida e inquietante a la vez. La conversacion era interesante, el ambiente era romantico y todos sus sentidos permanecian alerta ante la presencia de aquel hombre. Ademas, sabia que la noche no habia terminado todavia. Tendrian que volver a compartir la habitacion 312.
Matt la observo con detenimiento y declaro, de repente:
– Pues yo creo que tenemos muchas cosas en comun.
– ?Muchas? ?Por que lo dices?
Matt la tomo de una mano.
– Tu pulso se ha acelerado, como el mio. Los dos somos incapaces de olvidar el beso que nos dimos y los dos nos sentimos atraidos por el otro.
La conversacion estaba derivando por caminos peligrosos, pero Jillian penso que Matt tenia razon. No tenia sentido que negara sus sentimientos, pero se sentia atrapada entre el miedo y el deseo.
– Eres un hombre encantador y muy atractivo. Cualquier mujer te encontraria interesante.
– Gracias, pero no me refiero a eso. Entre nosotros hay algo mas. He intentado hacer caso omiso y olvidarlo… Sin embargo, no lo he conseguido. Y creo que tu tampoco.
Jilly ni siquiera se molesto en negarlo.
– Es cierto, yo tambien lo siento. Pero no me gusta.
– Lo comprendo. Pero, ?que vamos a hacer al respecto?
– No lo se. ?Que opciones tenemos?
– Solo dos, segun lo veo. O nos olvidamos del asunto o…
– Puede que esa sea la opcion mas inteligente.
– Inteligente, tal vez. Pero posible… No lo creo.
El corazon de Jilly latia tan deprisa, que penso que Matt podria oir los latidos.
– Alguien a quien han hecho tanto dano en el pasado deberia huir a toda prisa de una situacion como esta, Matt.
– Puede ser. Pero, en mi opinion, solo podemos optar por la segunda opcion.
– ?Y cual es?
– Pasar el resto de la semana explorando nuestras emociones y separarnos despues.
– ?Insinuas que nos acostemos y que actuemos como si nada hubiera pasado cuando volvamos al trabajo?
– Exacto.
La idea era muy tentadora, pero a pesar de todo, Jilly pregunto:
– ?No crees que eso complicara nuestras relaciones profesionales?
– Estoy seguro de que sera dificil, si, pero sera dificil hagamos lo que hagamos -respondio.
– Si, creo que tienes razon.
– En tal caso, ?por que no disfrutar del fin de semana? Bien pensado, estamos atrapados.
Entonces, el la tomo de la mano otra vez y la beso.