y me comportare como corresponde.

– Genial, porque resulta que yo tambien quiero desnudarte, pero dado que tenemos una cena de negocios, sabre comportarme como corresponde.

Acto seguido, el se acerco y la miro a los ojos. A pesar de que no la estaba tocando, Jilly se sentia abrasada por el calor que emanaba el cuerpo de Matt.

– Pero, despues de la cena, preciosa -susurro el con la voz cargada de deseo-, hare contigo lo que me apetezca.

Ella lo odio por hacerle eso. No era justo que se acercara tanto y le hablara de ese modo cuando estaban a punto de sentarse a cenar. Ahora estaba acalorada y distraida. Sin embargo, no estaba dispuesta a dejar las cosas asi.

El ascensor se detuvo y Matt se alejo de ella. Atravesaron el vestibulo del hotel en silencio y entraron en el restaurante. Mientras el camarero los acompanaba hasta la mesa, Jilly se acerco a el y le hablo al oido.

– ?Matt?

– ?Si?

– No llevo ropa interior.

Capitulo 10

Matt se detuvo de golpe, como si se hubiera topado con un muro de ladrillos, y mientras veia a Jilly caminar detras del camarero, no podia quitarse de la cabeza que acababa de decirle que no llevaba ropa interior.

Sin pensar, centro la mirada en el trasero de su companera. La vision de aquellas curvas era tan arrebatadora, que sintio que, si no cerraba rapidamente los ojos, se iba a derretir en medio del salon.

Estaba tan embelesado, que tuvo que hacer un esfuerzo para seguir caminando. Entretanto, se rio por haber creido que podia tener la ultima palabra. No solo habia olvidado a quien se enfrentaba, sino que ella le habia asestado uno de sus mejores golpes. Lo habia dejado sin habla y completamente fuera de juego.

Decidio que lo mejor era dejar de lado esos pensamientos y apartar los ojos del trasero de Jilly. De modo que apuro el paso para alcanzarla y centro su atencion en la mesa de la esquina, donde Jack los esperaba sentado frente a una mujer rubia. Matt supuso que se trataba de la nueva amante de su cliente. Aunque le parecia un desatino que la hubiera incluido en su cena de negocios, no podia hacer nada al respecto. Ademas, quiza fuera mejor asi. Cuanta mas gente hubiese y mas variada fuese la conversacion, menos pensaria en la posibilidad de que, en efecto, Jilly no llevara ropa interior.

Cuando por fin llegaron a la mesa, Jack se levanto para saludarlos y presentarles a su nueva amiga, Carol Webber. Era una rubia muy atractiva que apenas superaria los treinta anos. Una vez que Jilly y Matt se sentaron, Jack pregunto:

– ?Que han hecho durante el dia?

– Hemos ido de compras y hemos visitado una bodega -dijo Jilly, con una sonrisa.

– Veo que no se han matado mutuamente -bromeo el cliente-. Eso es toda una hazana para dos competidores.

– Estuvimos a punto de hacerlo un par de veces -contesto Jilly-, pero gracias a mi limpieza de cutis y al masaje de Matt de esta tarde, hemos conseguido aplacar los animos.

– Estoy maravillada con el salon de belleza de este hotel -comento Carol-. Ayer me hice una limpieza de cutis y todavia me siento fresca y relajada.

– Yo tambien me siento fresca y relajada – afirmo la publicista.

Jilly estaba mirando a Carol. Su tono de voz era muy natural, aunque Matt sabia que el era el verdadero destinatario de esas palabras. Sin embargo, el no estaba relajado. Bien por el contrario, estaba tenso, incomodo y molesto. No queria quedar como un tonto delante del hombre al que pretendia venderle una campana publicitaria, pero no se le ocurria nada interesante que decir porque no conseguia dejar de pensar en el cuerpo de Jilly. Desde que era adolescente no se sentia tan vulnerable frente a una mujer. Y no solo se trataba de su nulidad mental. El mayor problema era que su pene estaba absolutamente descontrolado.

Era algo que le venia ocurriendo desde el viernes, cerca de las tres de la madrugada, cuando vio a Jilly a desnuda por primera vez.

Estaba desesperado, tenia que encontrar el modo de borrarla de su mente, al menos durante la cena. Respiro hondo y se esforzo por participar de la charla.

– ?Habeis disfrutado del viaje a Orient Point? -atino a decir.

Acto seguido, Jack y Carol iniciaron un prolongado relato de su dia y Matt se sintio aliviado al ver que su plan habia funcionado y que, al menos de momento, la charla no le demandaba mas que asentir y hacer algun comentario sin importancia. La conversacion giro hacia la comida, los cuatro decidieron elegir sus platos. Entonces Matt comenzo a relajarse.

Despues de que el camarero les tomara la orden, se volvio hacia Carol y le pregunto:

– ?A que te dedicas?

– Soy enfermera -respondio ella-. Jack me ha dicho que vosotros trabajais en publicidad y que, actualmente, estais compitiendo por la nueva campana de su empresa. Imagino que sera una situacion complicada.

– Definitivamente -confirmo el.

– Ambos sois muy creativos -dijo Carol, con una sonrisa-. Jack me ha contado vuestras propuestas y las dos me han parecido brillantes. No quisiera estar en su lugar porque yo seria incapaz de optar por una.

Matt miro a Jilly de reojo y se tranquilizo al verle la expresion. Algo habia cambiado entre ellos y, aunque no alcanzaba a definir de que se trataba, sabia que ambos habian abandonado el enfrentamiento profesional. De hecho, deberia haber aprovechado el comentario de Carol para subrayar los motivos por los que Jack debia elegir su propuesta y, sin embargo, se limito a sonreir sin decir una palabra.

– Ya que hablamos de elecciones -intervino Jack-, necesito elegir entre darme un bano con fango o con algas marinas por la manana, antes de regresar a la ciudad. ?Alguno sabe algo del tema para aconsejarme al respecto?

La conversacion comenzo a girar en torno a temas que no tenian que ver con el trabajo y Matt tuvo que hacer un esfuerzo de concentracion para poder participar. Lo estaba haciendo muy bien hasta que, de pronto, sintio que algo le rozaba la entrepierna. Como la mesa era bastante pequena, se limito a mover la pierna con sutileza mientras seguia escuchando lo que contaba Carol sobre un crucero al Caribe que habia hecho el ano anterior. Pero segundos mas tarde, volvio a sentir el roce y esta vez tuvo la certeza de que se trataba de un pie descalzo subiendo por su pantorrilla.

Se quedo paralizado y, por la impresion, casi escupio el pedazo de pollo que tenia en la boca. Miro a Jilly con los ojos desorbitados y vio que era la inocencia personificada. Estaba ligeramente sonrojada aunque el rubor podia deberse a que las anecdotas de Carol estaban cargadas de detalles intimos que incomodarian a cualquiera.

Matt intento mover la pierna de nuevo, pero no tenia mucho espacio para maniobrar y ella era demasiado persistente con sus caricias.

Las tacticas de Jilly le provocaban una mezcla de irritacion y deseo. Claramente, ella habia roto el acuerdo de mantener las distancias durante la cena y, aunque no podia negar que disfrutaba de sus atenciones, le molestaba que le jugara sucio.

Trato de reprenderla con la mirada, pero ella seguia atenta al relato de Carol. Movio la pierna una vez mas, pero no consiguio librarse del acoso que, para entonces, ya estaba bordeandole los muslos.

Cada segundo que pasaba, se sentia mas enfadado. Si Jilly queria hacer trampa, el tambien lo haria.

De repente, ella empujo la silla hacia atras y se puso de pie. Le lanzo una mirada fulminante a su companero y murmuro:

– Vais a tener que disculparme, pero necesito y al cuarto de bano.

Matt conto mentalmente hasta diez y se levanto del asiento.

– Perdon, pero tambien necesito ir al servicio -dijo.

Acto seguido, camino despacio hacia el pasillo por el que habia salido Jilly, doblo hacia la derecha y encontro los cuartos de bano. Ella estaba parada en una de las puertas, con las manos en la cintura y el ceno fruncido.

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