– ?Que demonios estabas haciendo? -dijo, visiblemente irritada.

El la miro sorprendido.

– ?Yo? -exclamo.

– Si, tu. Habiamos acordado que esta era una cena de negocios…

– Creo que has sido tu la que olvido el trato, senorita «no llevo ropa interior».

– Si dije eso fue para vengarme de lo que me habias hecho en el ascensor.

Matt la recorrio con la mirada.

– ?Eso quiere decir que si llevas ropa interior? -pregunto, ansioso.

Ella se cruzo de brazos con cara de pocos amigos.

– Esa no es la cuestion ahora…

– No, no lo es -repitio el y se acerco un poco mas-. La cuestion es que has quebrantado las reglas. Estoy dispuesto a jugar con tus condiciones, pero la proxima vez que las cambies, agradeceria que me avisaras antes.

– No eres el mas indicado para decir eso – gruno Jilly-. ?Que te ocurre? ?Estas enfadado porque me negue a seguir los jueguecitos de tus pies?

– ?Que te negaste a que…? Por Dios, poco mas y me violas con el pie -replico Matt, frunciendo el ceno-. ?Y que quieres decir con eso de mis jueguecitos?

– ?Que quieres decir tu con eso de que por poco te violo con el pie? Yo no te he tocado en ningun momento.

– Yo tampoco te he tocado.

De pronto, Jilly lo miro con los ojos muy abiertos.

– Espera un momento. ?Me estas diciendo que no eras tu el que me acariciaba bajo la mesa?

– Claro. ?Y tu me estas diciendo que no eras quien me estaba frotando el pie en la entrepierna?

Ella se llevo una mano a la boca.

– Juro que no era yo -declaro.

Se miraron en silencio durante varios segundos y entonces Jilly dijo:

– Estoy segura de que el pie que me acariciaba era de un hombre. Si no era el tuyo, entonces era el de Jack.

– Y yo se que en mi caso se trataba de un pie femenino, asi que tuvo que haber sido Carol. Perdoname por haber desconfiado de ti.

– Disculpa aceptada. Perdoname tu tambien. Supongo que lo que resta es averiguar si han intentado coquetear con nosotros o intentaban hacerlo entre ellos y se confundieron.

A Matt le temblaba la mandibula.

– Ese bastardo -maldijo-. Sera mejor que no haya intentado propasarse contigo porque te prometo que, si es asi, le rompere la cara a punetazos.

– Tranquilizate. Conozco a Jack y se que no es la persona mas encantadora del mundo, pero, ?por que haria algo asi teniendo a su chica enfrente?

– Tienes razon -concedio el.

Sin embargo, Matt distaba de estar tranquilo. Lo fastidiaba pensar que Jack la habia tocado y mas, cuando recordaba que Jilly habia dicho que no llevaba ropa interior.

– ?Como de intimas han sido sus caricias? -pregunto, furioso.

– Me levante cuando llego a la rodilla – afirmo ella-. Esto no es menos incomodo para ti. Despues de todo, la amante del hombre al que tratas de impresionar podria estar tratando de seducirte.

– Definitivamente, es una situacion muy incomoda -admitio Matt.

– Tal vez creyeran que se estaban tocando entre ellos.

– No lo se. Mientras estaba hablando con Carol note que Jack te miraba con demasiado interes.

– Me temo que estas en lo cierto. Me ha hecho un par de comentarios bastante improcedentes.

– ?Y tu que has hecho?

Jilly se encogio de hombros.

– He hecho lo que siempre hago en estas situaciones. Sonrio con frialdad y cambio de tema. Ya te he dicho que ni coqueteo con los clientes ni tolero que ellos lo hagan conmigo -afirmo ella, con naturalidad-. Entonces, ?como vamos a manejar este problema?

– Personalmente, creo que lo mejor es que demos por terminada la cena. Si estaban tratando de coquetear entre ellos, es hora de dejarlos solos. Y si, en cambio, intentaban coquetear con nosotros, conviene que nos vayamos cuanto antes.

– De acuerdo. Solo tratemos de que nuestra huida no sea muy obvia. ?Que te parece si digo que me duele la cabeza y me voy, y a los diez minutos te marchas tu?

– Me parece una buena idea.

Despues, Jilly se adelanto con la clara intencion de volver a la mesa pero el la tomo de un brazo y la freno. Ella lo miro con tanta indiferencia, que Matt tuvo la espantosa sensacion de que estaba a punto de perderla.

Como el permanecio en silencio, ella enarco las cejas y pregunto:

– ?Ocurre algo, Matt?

El no podia responder con la verdad a esa pregunta. No podia decirle que lo que ocurria era que esa expresion desdenosa le hacia dano y que queria que volviera a mirarlo con pasion.

De modo que respiro hondo y penso una respuesta apropiada.

– Si. Quiero que sepas que se muy bien que no coqueteas con los clientes y, si en algun momento dije algo que sugiriera otra cosa, te pido disculpas.

Antes de continuar, se acerco a ella, le olio el perfume y le acaricio el cuello y los hombros.

– Ademas, quiero que sepas que, si Carol estaba intentando seducirme, no estoy interesado en ella.

– No es asunto mio -senalo Jilly-, pero creo que seria una locura que te arriesgaras con Jack sentado en el medio.

– Jack no tiene nada que ver con el hecho de que Carol no me interese.

A ella le brillaron los ojos y Matt respiro aliviado. Al menos habia conseguido que dejara de mirarlo con frialdad.

– ?Algo mas? -consulto Jilly.

– Si. Cuando regreses a la habitacion, no te desvistas. Quiero descubrir si llevas ropa interior o no.

Jilly cerro la puerta de la habitacion con un golpe de caderas, dejo el bolso en el vestidor y camino hacia la ventana. Antes de que llegara Matt, necesitaba tomarse algunos minutos y pensar con tranquilidad.

Se dijo que no importaba que Carol supiera con quien estaba coqueteando, ni tampoco que Matt respondiera a sus juegos de seduccion. Era atractivo, soltero y podia hacer lo que le diera la gana sin que ella tuviera derecho a decirle nada.

Pero por mucho que lo comprendiera, Jilly no podia negar el inmenso alivio que le provocaba que Matt no encontrara atractiva a Carol y, menos aun, los celos que habia sentido al enterarse de que otra mujer lo habia tocado.

– Jillian, sera mejor que te enfrentes a la realidad -se reprendio, en voz baja-. A partir de manana, lo que Matt haga o deje de hacer, dejara de ser asunto tuyo.

Le dolia el pecho de solo pensarlo.

– De acuerdo -susurro-. Pero esta noche es mio y pienso aprovecharla al maximo.

En aquel momento, sono el telefono de la habitacion. Jilly levanto el auricular y dijo:

– ?Digame?

– ?Hablo con Jillian Taylor? -pregunto una voz femenina al otro lado de la linea.

– Si.

– Habla Maggie de la recepcion del hotel. Tengo una entrega para ti, ?podrias bajar al buscarla?

– ?Una entrega? ?Que es?

– No lo se. Es una caja.

– ?No hay nadie que me la pueda traer?

– Lo siento, Jillian, pero las entregas solo se hacen en recepcion y ademas necesito que firmes el recibo. Es una cuestion de seguridad interna.

– Comprendo. Bajare de inmediato.

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