– Tu tambien me gustas.

Abrio los labios y le lamio la yema del pulgar.

– Me gusta tu camiseta -le dijo, el deseo en su voz-. En el momento en el que entraste en la sala del banquete, me fije en la camiseta -dijo y deslizo su mano por su nuca acercandola a el.

– Es de un bonito verde brillante -respondio, sus palmas en su pecho, sobre la fibra de su sueter.

El se rio.

– No fue eso lo que note.

– ?Entonces que fue?

– El modo en que las palabras Calvin Klein se expandian sobre tu pechos -bajo a cara y presiono su frente con la de ella-, y me pregunte cuanto tiempo me llevaria sacartela.

– Pense que me habias invitado aqui para que mis pies no se congelaran y porque me debias media botella de champan.

– Es verdad, pero no mencione que te queria quitar la camiseta con los dientes. -Le puso la trenza sobre un hombro y cogio la goma que la sujetaba-. No mencione que los brillos de tu pelo me vuelven loco y que quiero hacerte el amor con tu cabello extendido sobre mi almohada -dijo y le deshizo la trenza-. Que quiero ver tu cara por la manana cuando abra los ojos. -Enredo los dedos en su pelo y le echo la cabeza hacia atras, como habia hecho esa tarde. Y antes, cuando le beso los labios como un hombre que sabia lo que queria e iba tras ello. Su lengua se deslizo dentro y le hizo el amor en la boca con ardientes e insistentes embestidas. Creo una maravillosa succion y movio su cabeza mientras devoraba sus labios, sus manos abriendose y cerrandose en su pelo.

Brina se derritio contra el, su calor calentandola a traves de su sueter y su camiseta., calentandole el corazon profundamente, donde nunca habia sido calentada antes. El queria hacer el amor. Ella tambien lo quiera. Amaba a Thomas. Siempre habia querido a Thomas, solo que ahora se habia enamorado de el tambien. Su cuerpo y su corazon dolian y le queria del mismo modo que una mujer quiere al hombre al que ama.

Busco la parte inferior de su sueter y se la subio hasta el estomago. Sus dedos se enroscaron sobre la camiseta y tambien se la subio. Y por fin sus manos estaban sobre el. Sobre su caliente y dura piel y su corto y sedoso vello. Debajo de su tacto, sus musculos se contraian y ella aparto su boca de la de el.

– Enciende la luz -le dijo-, tu ya has tenido la oportunidad de verme. Ahora es mi turno. Quiero verte.

6

Thomas flexiono las rodillas y la alzo en brazos.

– Conozco el lugar perfecto -la llevo al sofa-, coge mi abrigo -le ordeno.

Cuando ella lo hizo, el la llevo a traves de la penumbra, por el corto pasillo a una habitacion totalmente oscura. Le solto las piernas y acciono el interruptor de la pared. La brillante luz la deslumbro, por lo que enterro su cabeza en el cuello de Thomas.

– Lo siento -dijo Thomas a la vez que atenuaba un poco la luz.

Cuando sus ojos se adaptaron, dio un vistazo por la enorme habitacion. En el centro habia una cama de cuatro postes y de un tamano enorme cubierta por un edredon de color aceituna y beige.

– Es una cama enorme.

El le quito el abrigo y un lado de su boca se alzo en una sensual sonrisa.

– Si, tendremos que trabajar mucho para ir de un lado al otro.

El metio la mano en el bolsillo del abrigo y saco una caja de condones.

– ?Siempre llevas una de estas en el bolsillo?

– No, te dije que me gustaba esa camiseta. Lo cogi cuando te fuiste a sentar con tus amigas -dijo y tiro la caja sobre la almohada que habia en la cama-, fui a la farmacia.

– ?Tan seguro estabas de ti mismo?

– ?Cuando te concierne a ti? -Thomas la hizo retroceder hasta que la parte de atras de sus rodillas dieron con el borde de la cama-. Nunca, pero fui un Boy Scout y creo en estar preparado.

Ella se sento en la cama y Thomas se arrodillo para quitarle las botas y los calcetines, tirandolos por encima de sus hombros, los suyos siguiendo detras.

– Quitate la ropa Brina -le dijo mientras la tumbaba. La movio hacia el centro de la cama y entonces se giro de tal forma que Brina quedo encima de el y la contemplo-. He querido decir eso desde hace mucho tiempo.

Brina se sento a horcajadas sobre la pelvis de Thomas y cruzo los brazos sobre su estomago. Cogio el final de su camiseta y poco a poco se la fue sacando por la cabeza. La tiro al suelo y se sacudio el cabello. El la miro a la cara y pudo ver sus ojos ardientes y pesados por la pasion. Debajo de ella, y a traves de sus pantalones, su gruesa ereccion le presionaba en el centro fuertemente, dejandola deseosa de mas. Queriendo lo que el le podia dar, el tacto de su ardiente piel sobre la suya. Se arqueo contra el mientras Thomas alcanzaba el cierre frontal de su sujetador. Con un giro de muneca, el cierre se abrio y lleno las calientes palmas de las manos con sus pechos. Ella enterro sus manos bajo su camiseta y le recorrio con las palmas el estomago, justo por encima de la cintura de sus pantalones. Thomas respiro profundamente.

– Te ha crecido mucho mas el pelo que en el instituto. -dijo mientras le recorria los musculos del abdomen y el amplio pecho. No habia forma de confundir a este hombre con el larguirucho chico que fue-. Te has hecho mas grande y alto.

Thomas la tomo de la cintura y la puso de espaldas. Ahora era su turno de montarla.

– Me he hecho mas grande en todas partes -dijo y se saco la camiseta y el sueter por la cabeza, haciendolo un lio y arrojandolos al suelo-. ?Quieres verlo, Brina?

Ella asintio y le toco en donde aterrizaron sus manos. Sus muslos, cintura y duro vientre. Pequenos y oscuros rizos crecian en su pelo, por la linea del esternon hasta el ombligo. Con la debil luz de la habitacion sus ojos parecian mas brillantes. Ardian con pasion y ella sintio que su corazon se aceleraba.

– ?Vamos a jugar a ensenar y contar?

El sacudio su cabeza y bajo su cara hacia su pecho derecho.

– Vamos a jugar, yo te ensenare lo mio y tu me ensenaras lo tuyo -dijo mientras acariciaba su pezon con la lengua hasta volverlo duro, y entonces la miro a la cara la vez que succionaba el mojado pezon con la boca.

Ella deslizo los dedos por su pelo, el placer tan delicioso de su caliente boca, le hizo arquear la espalda sobre la cama. Recorrio con sus manos los lados de su cintura, arriba y abajo, hasta donde podia alcanzar. Extendio sus dedos y con los pulgares presiono en su ereccion. El la beso entre los pechos, su respiracion entrecortada calentaba su ya ardiente piel.

El se puso de rodillas y el aire frio le rozo los pezones mientras le miraba a la cara y alcanzo el primer boton que cerraba sus Levi’s. Se apoyo sobre los codos y presiono hasta quedar sentada entre sus muslos. Mientras le desabrochaba los cinco botones se arrimo hacia delante y le beso en el ombligo.

Thomas aspiro profundamente. Ella le besaba la tripa, el fino vello de su tesoro y la banda elastica de sus calzoncillos.

– He leido en alguna parte -le susurro mientras sus manos entraban dentro de sus vaqueros y ropa interior-, que una mujer nunca deber dar placer oral a un hombre en la primera cita -le agarro fuertemente y presiono.

– Esta no es nuestra primera cita -dijo el con la voz rasgada.

Le engancho los pantalones y ropa interior con los dedos y se la bajo lentamente por los muslos. Brina se lo quedo mirando, fascinada por el vello pubico que crecia denso en su ingle. Su pene apuntaba hacia ella, grueso con flagrante deseo. Ella envolvio la mano en su duro miembro, acariciando la piel y sintiendo el increible calor de el.

– El articulo decia que asustaria al hombre y no volveria a llamar. -Levanto la mirada hacia el, y pregunto-: ?Estas asustado?

– Solo de que te vayas -dijo moviendo la cabeza.

– Buena respuesta -dijo y bajo su boca sobre el.

Lamio las gotas de semen que aparecian en la punta. Un desigual gemido le salio de la garganta mientras ella abria la boca y le succionaba dentro. Su lengua lamiendolo y torturandolo hasta que la aparto de el. Su respiracion era pesada y dura, los ojos azul oscuro como dos rajas de deseo, se quito los vaqueros y le quito los pantalones

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