Un frio intenso los azoto al salir. Su coche estaba gelido, al igual que su expresion. Tardaron solo diez minutos, con lo cual el coche no tuvo tiempo de caldearse, pero ella si tuvo tiempo de darse cuenta de que el silencio de Andy no era por un simple enfado. Le habia hecho dano. Y mucho. Pensaba que lo que le habia explicado era solo una excusa para no hacer el amor con el.
Detuvo el coche frente a la puerta de su casa y se bajo del coche.
– Te acompano.
– No es necesario.
– Maggie, no vas a entrar sola en una casa completamente a oscuras en mitad de la noche estando yo aqui. Dame la llave.
– Se que estas enfadado y…
– Si, estoy enfadado, pero se me pasara. Te quiero, Maggie, y estoy enamorado de ti, y el hecho de que este enfadado no quiere decir no que podamos superar el momento. Si intento hablar, de lo unico que voy a ser capaz es de ladrar, asi que olvidalo, dame la llave y manana sera otro dia.
Cualquier mujer de mas de diez anos sabria que linea no debia traspasar cuando un hombre estaba asi, pero aquel no era un hombre cualquiera. Era su hombre, y la palabra salio de sus labios antes de que pudiera detenerla.
– No.
Capitulo 10
– ?No? -repitio Andy-. ?Como que no? ?Que no quieres darme la llave de tu casa porque prefieres quedarte aqui fuera hasta que nos congelemos, o que no, que no quieres que volvamos a empezar manana porque estas demasiado enfadada conmigo para dirigirme la palabra?
– Lo que quiero decir es que puedo abrir perfectamente bien mi casa yo sola, Gautier, asi que haz el favor de no seguir ladrandome -paso delante de el y abrio la puerta con tanta fuerza que hasta golpeo la pared-. Entra antes de que nos congelemos.
– Mags -suspiro-. Es una estupidez. Los dos estamos enfadados y sin ganas de dar marcha atras, asi que lo mejor es que lo dejemos. Simplemente esta no ha sido nuestra noche, ?vale? Acuestate, duerme bien, y manana hablamos. Yo no huyo nunca de los problemas, pero es evidente que estamos demasiado nerviosos para…
– ?Nerviosos? ?Crees que estoy nerviosa?
Andy se froto la base del cuello. El estomago le ardia. Sin saber como, habia echado a perder el dia: primero habia empleado toda la manana para cortar un arbol para que despues fuera demasiado grande; luego se habia olvidado de los adornos, y por ultimo, su maravilloso plan de una seduccion frente a su primer arbol de Navidad juntos… bueno, eso no podia haber salido peor. Sabia bien que Mags era demasiado independiente para pretender presionarla en ningun sentido de su relacion, pero creia que habian superado ya esos temores. En fin, que la frustracion era tal que en lugar de poder dar por terminada la noche, solo parecia capaz de empeorarla.
– Para tu informacion, yo no estoy nerviosa en absoluto -le dijo, furiosa.
– De acuerdo, no estas nerviosa…
Su tono pacificador cayo en saco roto porque Maggie, aun con la puerta abierta de par en par, dio media vuelta y de tres largas zancadas, se planto delante de el con el pelo alborotado por el viento y los ojos lanzando llamaradas. Tenia los punos apretados, como si tuviera intencion de darle un punetazo a algo, o a alguien, y su voz habia subido un par de tonos al hablar.
– ?Es que crees que estas solo en esto, tonto? Pues da la casualidad de que yo tambien estoy enamorada de ti. Hasta las cejas. Tanto que casi no puedo comprenderlo, pero es asi, asi que si has pensado que vas a volverte esta noche a tu casa, estas listo.
Aquella declaracion no habria podido sorprenderlo mas que si el sol empezase a brillar en mitad de una ventisca. Claro que estaba muy furiosa, y quizas lo que habia dicho no fuese exactamente lo que queria decir.
– Mm… Mags,
– Lo de antes no era una excusa. Simplemente te estaba diciendo la verdad. Se que piensas que le estoy dando demasiado importancia a lo de la amnesia y a esos estupidos ataques de ansiedad. Yo tambien lo se, pero no puedo evitarlo. Haria cualquier cosa por olvidarme de ello, pero…
Andy le aparto los mechones de pelo que se le habian puesto por delante de los ojos porque los tenia empapados y porque necesitaba una excusa para tocarla.
– Vamos, Maggie. Basta ya. No se por que tienes esas pesadillas, pero no puede tener relacion con la noche del accidente. Por mucho que te moleste no poder recordar, te conoces bien a ti misma, y sabes perfectamente que no podrias haber hecho nada que provoque esa sensacion de culpa. ?Pero si no serias capaz de matar una mosca aunque te estuvieran apuntando con una pistola a la cabeza!
– Lo se -admitio-, pero es que no puedo deshacerme de la sensacion de haber hecho algo malo… algo que podria importarte a ti. A nosotros. Pero en este momento, no se trata de si son imaginaciones mias o no. Lo que necesito es que me creas. Que es verdad, que no estaba intentando poner excusas. ?Quiero hacer el amor contigo!
Puede que dentro de unos veinte anos, aquella escena le pareciera divertida. Jamas se habia imaginado a una mujer, y mucho menos a Maggie discutiendo con el sobre si queria o no hacer el amor con el, pero algo le decia que estaba pisando un terreno poco firme y peligroso.
– Mags, si estas segura de que quieres que entre, entrare.
– Claro que quiero que entres. ?Por que te he estado gritando si no?
– Y si me quieres en tu cama, Dios sabe bien que es ahi donde yo quiero estar.
– Creo que no podria habertelo dicho con mayor sinceridad que es precisamente eso lo que quiero que…
– Y que vamos a dormir.
Maggie se quedo boquiabierta.
– ?Dormir?
– Solo dormir.
– Solo dormir -repitio.
– Es un asco tener que seguir siendo el caballero de blanca armadura contigo, porque llevo ya un tiempo queriendo corromperte, pero es que no me parece bien hacer el amor cuando estas mas dispuesta a pegarme un tiro que a besarme, asi que lo que yo creo que debemos hacer es dormir bien. Y si por la manana te sientes de otra manera, podremos negociar un programa diferente.
– ?Y de verdad piensas que esa teoria va a funcionar?
– Si -evidentemente no estaba ni mucho menos tan seguro como hacia parecer, pero de lo que no le cabia duda era de que hacer el amor con ella en aquel momento podia terminar siendo un desastre, a menos que supiera la verdad de por que se habia apartado de el-. Siempre y cuando tengas un cepillo de dientes que puedas prestarme -anadio.
– Asi que vamos a cepillamos los dientes juntos, pero nada mas.
Su tono mostraba una clara incredulidad.
– Es que cepillarse los dientes con alguien es algo muy intimo. Luego me veras afeitarme delante de ti y tus sujetadores empezaran a aparecer en mi colada. Tanta intimidad es dificil de controlar si no se tiene cuidado, asi que lo mejor es ir paso a paso…
Con aquel tono jocoso consiguio hacerla entrar en la casa, quitarse las botas y la cazadora y encender unas cuantas luces. Tampoco le costo demasiado conseguir que apagara esas mismas luces, que cerrara la puerta con llave y subiera al dormitorio.
Entro directa en el bano para darle un cepillo de dientes nuevo, y como si fuese algo que hacian todos los dias, el puso una fina tira de dentifrico sobre las cerdas del cepillo y le paso el tubo a ella. Maggie no parecia mas calmada, pero cuando el empezo a cepillarse, ella hizo lo mismo. Cuando ya tenian las bocas llenas de una considerable cantidad de espuma, empezo a reir.
– Esta tiene que ser por fuerza la cosa menos romantica que dos personas puedan hacer juntas.