y el pelo despeinado. Y sus ojos, sus maravillosos ojos llenos de vida, estaban llenos de miedo.

– ?Laura!

Deb echo una mirada rapida a Will pero luego se dirigio a su hermana. Parecio desmoronarse. Se le llenaron los ojos de lagrimas y al instante empezo a llorar descontrolada.

Laura, atonita, corrio hacia su hermana con los brazos abiertos.

Algo tarde se dio cuenta de que Deb no era la unica ahi fuera.

El bebe en los brazos de su hermana estaba acurrucado hecho un ovillo y llorando sin parar.

Capitulo Dos

– Necesito que te quedes un tiempo con Archie. Te juro que no sera mucho tiempo, Laura. Yo tengo que encontrar un sitio donde vivir. Roger… no quiere al nino. Pero si a mi, y hasta que pueda encontrar un sitio donde escondernos los dos y estar a salvo…

– ?Puedes sentarte un momento? Sabes que me quedare con el nino y te ayudare en todo lo que pueda. Eres una burra si creias que me lo tenias que preguntar. ?Pero por que no me dijiste que tenias problemas?

Deb no dijo nada.

– Oh, Dios, ?Te hizo ese cerdo esa herida en el cuello?

– Estoy bien, Laura.

– No lo estas. Y no quiero que vayas a ninguna parte. Tu y Archie os quedareis conmigo y…

– No.

Deb habia vuelto a salir al oxidado coche azul y no dejaba de llevar bolsas con panales, comida, ropa, un cochecito, un parque, una cesta llena de juguetes… Cada vez que Deb salia, miraba la calle como si esperara que alguien la siguiera. Cada vez que volvia, estaba mas palida y nerviosa.

– No iras a ninguna parte -repitio Laura con mas firmeza.

– No puedo quedarme. Me niego a meteros a ti y a papa en esto, y la casa de mi familia seria el primer lugar donde Roger me buscaria. Tambien tengo que pensar en Archie, aunque honestamente no creo que Roger venga a por el. Ahi fue cuando todo se estropeo, cuando yo me quede embarazada. El no quiere al nino y dificilmente podria perseguirme si fuera cargado con un bebe. Oh, Dios, espero que Archie este a salvo aqui…

– No te preocupes por eso ahora. El nino estara perfectamente conmigo. Le echare aceite hirviendo al que le ponga un dedo encima a mi sobrino.

Deb sonrio debilmente y luego le dio un abrazo.

– Siempre me gusto ese lado violento en ti. ?No sabes cuanto te he echado de menos! Y siento mucho aparecer en tu puerta con este problema…

– No son problemas. Eres mi hermana y te quiero, boba. Deja que te ayude, por favor. Llamaremos a la policia y a un abogado…

– Ya he estado en la policia y en los abogados. He rellenado los papeles del divorcio y hay una orden para que no se acerque a mi. Pero para Roger solo son papeles. No se puede detener a un hombre con el genio descontrolado con unos papeles. Lo se.

– Deb…

– Cuida bien a Archie por mi, porque no podria soportar que me echara de menos. Prometo que volvere a por el lo antes posible.

– Deb…

Pero Deb se marcho, rapida como un rayo. Cuando se cerro la puerta, el vestibulo se quedo muy silencioso, y Laura se encontro mirando los montones de bolsas y parafernalia que habia dejado. No podia asimilarlo todo. Su hermana habia sido denigrada. Tenia tanto miedo de ese cerdo con el que se habia casado que estaba huyendo y escondiendose. Laura intento absorber la informacion, creerla, pero le parecia una pesadilla.

Eso no podia estar sucediendo. Las mujeres Stanley nunca habian tenido vidas melodramaticas. Deb era preciosa, dulce, generosa y amable con todo el mundo. Nadie podia hacerle dano. Laura se paso una mano temblorosa por el pelo, dandose cuenta de repente de todo lo que no le habia preguntado. No tenia modo de ponerse en contacto con Deb ni forma de saber donde estaba o si tenia bastante dinero.

– ?Laura?

Levanto la cabeza, atontada, y vio a Will con un vaso en la mano.

– He calentado un poco de conac. Se que no te gusta, pero quiero que bebas un poco.

Ella lo hizo. Le quemo la garganta, pero no le ayudo.

– Will… no he podido detenerla.

– Lo se. Nadie podria haberlo hecho.

– Pero estaba asustada.

– Lo he visto.

– No sabia que Roger fuera tan cerdo. Pero imagine que algo iba mal. Cuando hablabamos por telefono no parecia la misma. ?Debi haber hecho algo!

– Sabes que no hay modo de ayudar a alguien que no quiere admitir un problema.

Laura gesticulo violentamente.

– Voy a matarlo con mis manos. Si ese asqueroso aparece… No puedo soportar no saber donde va Deb o si esta a salvo.

– Ya nos enteraremos -le dijo Will con voz reconfortante-. En esto no vas a discutir conmigo de dinero, ?verdad? Porque podemos hacer muchas cosas por tu hermana. Podemos intentar averiguar que ayuda legal ha recibido hasta ahora y localizar al hombre. Si ella esta viajando con tarjetas de credito, podemos usar un detective privado para encontrarla y tambien hay muchas formas de protegerla. Formas legales y financieras, igual que contratar a una agencia de seguridad.

Ella lo miro a los ojos. En algun momento durante el ciclon, Will tambien intento hablar con su hermana, pero se quedo callado. Quizas intuyo que su hermana no podria escuchar a un extrano en ese momento, y menos a un hombre. Era tipico de Will no haberse entrometido, pero no se habia perdido detalle. No era el tipo de hombre que le daba la espalda a los problemas, sino que adoraba los problemas y los retos.

– Deja que lo haga, Laura. No quiero oirte hablar de orgullo y de dinero con un problema asi.

– No lo oiras. Esto es para mi hermana, no para mi. Oh, Will, ?no podemos contratar a una docena de matones?

– No se me habia ocurrido… matones. ?Que tal si bebes un poco mas de conac? Se que es dificil pensar cuando estas tan disgustada, pero si intentas calmarte un poco…

– No quiero calmarme. No quiero pensar con logica. Quiero matones. Necesitamos una docena o dos. Para que ese cerdo no pueda encontrarla a ella ni al bebe…

El bebe. Se habia olvidado completamente de el. Laura abrio mucho los ojos, y entonces le dio a Will el vaso y se fue corriendo al salon.

Archibald Merle Gerard Thompson estaba echado en el suelo junto al arbol de navidad.

Aunque tenia el corazon acelerado, Laura se arrodillo despacio, sintiendose de pronto llena de satisfaccion.

Era un nombre muy grande para un ninito tan pequeno. Deb siempre habia tenido un extrano sentido del humor, pero el humor no tenia nada que ver con su extrana eleccion de nombres. Laura sabia que Deb habia querido darle al bebe una sensacion de raices, asi que habia buscado un monton de nombres de abuelos y los habia unido.

Pero el bebe no parecia un Archie. No se parecia a nadie de la familia… ni a nadie del universo. Era el mismo. Su pequena carita estaba roja de miedo, pero habia dejado de llorar y parecia hipnotizado con las luces de colores del arbol.

A Laura se le puso un nudo en la garganta. Nunca habia tenido cerca un bebe y no sabia que hacer, como darle de comer o cambiarlo. Pero amarlo no iba a ser ningun problema.

Con torpeza, le bajo la cremallera del saco en el que iba metido y le saco. El la miro. Tenia ojos azules. Ese azul que era mas suave que el cielo y tan puro como la inocencia. Su cuerpo en miniatura era robusto y rellenito, y como un milagro, encajo perfectamente en la curva de su brazo.

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