su pecho, creo que se recuperara totalmente. Que lograse decir tu nombre anoche a pesar de la hemiplejia es asombroso. Y aunque no haya hablado desde entonces, sus musculos han de estar operativos. Eso es todo lo que queria decirte, doctora Westcott. Asi que no quiero caras tristes que asusten a Henry y le causen otro colapso.

– No tengo la cara triste -dijo ella, sin poder evitarlo, y el sonrio.

– Quizas tengas razon -asintio el-. Lo cierto es que no es triste en absoluto -dijo sonriendole, y Tess sintio que se ruborizaba bajo su escrutinio-, pero un poco atemorizada por el futuro de tu abuelo.

– Corre riesgo de otro ataque, Mike, ?no? -pregunto ella, aunque no era necesario, sabia las probabilidades.

– Si -dijo el bruscamente. No valia la pena tratar de dar falsas esperanzas-. Pero con el tratamiento que le estamos dando ahora, lo dudo. Creo que su debilidad se debe mas a haber estado tanto tiempo sin atencion que al ataque de apoplejia en si. Creo que con una buena rehabilitacion, podra volver a su querida granja. Entre los dos hemos hecho un buen trabajo.

– Supongo que si…

– Te digo, Tess, que no habra una paralisis grave -le dijo suavemente y le cubrio la mano con la suya. Era una accion inconsciente que hacia con muchos pacientes, pero de repente se dio cuenta del contacto y sintio la union de sus manos, pero no la solto.

– No, pero…

– ?Pero?

– No se recuperara en una semana -dijo con tristeza-, ni en un mes. Imposible. Y entonces, ?que sucede ahora? -pregunto, mirando la cara enjuta de su abuelo mientras un musculo se le movia en la mandibula-. No podre volver a America -dijo finalmente-. Tendre que quedarme.

Mike fruncio el ceno, pero a la vez sintio que el corazon le daba un salto, como si algo dentro de si se sintiera profundamente satisfecho por lo que acababa de oir.

– Y eso, ?en que circunstancias te deja? ?Estas con permiso?

– Renuncie para venir aqui.

– ?Renunciaste?

Ella levanto la mirada hacia el con una sonrisa ironica. No habia movido la mano. Seguia bajo la de el y no encontraba las fuerzas para sacarla de alli. Ese hombre era su unico apoyo en todo ese jaleo.

– Parece drastico, ?no? -se encogio de hombros y logro esbozar una sonrisa-. Pero no lo es. He trabajado los dos ultimos anos en urgencias. Ha sido emocionante, pero ya he tenido suficientes emociones. Me voy a dedicar a la medicina familiar.

– ?Te esta esperando un trabajo?

– Me he presentado a montones de puestos en los Estados Unidos. Estaba esperando saber si me habian aceptado o donde, cuando tuve que venirme aqui. Estoy segura de que tendre una pila de ofertas esperandome en casa cuando vuelva a casa -dijo, esbozando un instante su fantastica sonrisa-. Asi que me parecio justo decirle al hospital que no volveria.

– ?Asi que estas libre?

– Supongo que si. Al menos hasta que tenga que empezar a trabajar para alimentarme -volvio a esbozar esa sonrisa cegadora que hizo que casi se le cayeran los calcetines-. Me da la impresion de que si el abuelo solo tiene una cerda, ocho cochinillos y seis cabras, estoy en apuros si creo que la granja me dara de comer. No me apetece demasiado matar los cerditos.

– No -dijo Mike, devolviendole la sonrisa mientras el cerebro trabajaba a mil por hora. Las palabras de Bill le resonaban en la mente…que aceptarian a Doris si tuviese titulo de medico.

?Diablos!

La habitacion le parecio de repente demasiado pequena.

La puerta se abrio. Era Bill, con una enfermera. Gracias a Dios. La presion le estaba subiendo hasta el techo mientras trataba de pensar.

– Hemos venido a hacer el verdadero trabajo aqui -anuncio Bill, echando a Mike y Tess una mirada especulativa y divertida mientras ellos separaban las manos, cohibidos. Aja. Las cosas progresaban-. No queremos doctores -anadio alegremente-, a menos que tengais algo urgente que hacer.

– Yo me voy -dijo secamente Mike con una voz que hizo a Bill fruncir el ceno-. Avisame cuando se despierte, Bill.

– Yo me quedo -dijo Tess-. Este es mi abuelo. Buscate uno para ti.

– Tess…

– Tiene mas o menos diez abuelos y abuelas esperandolo en la consulta esta manana -dijo Bill, sonriendo nuevamente-. Tiene para elegir.

– Pues, ahi tienes -dijo ella con carino-. Adios, doctor Llewellyn. Ve y ocupate de las necesidades medicas de los abuelos y abuelas del valle. Nosotros nos ocuparemos de este.

Y no tuvo mas remedio que irse.

Antes de que tuviera una excusa para volver a la habitacion de Henry, seria de noche, penso mientras cerraba la puerta a reganadientes. A no ser que Henry se despertase.

Ojala Henry se despertase. Y no solo por Henry mismo.

Mike trabajo todo el dia, mientras que Tess no se separo de su abuelo mas que para darse una ducha y cambiarse, cuando Bill le insistio que el la reemplazaria mientras ella se arreglaba.

– Es muy dificil -le dijo a Bill con la voz tensa-. Estoy tratando de decidir que es lo mejor. Quizas Mike tenga razon y el se recuperara totalmente, pero mientras tanto no puede volverse a la granja y vivir solo. ?Donde esta la Unidad de Rehabilitacion mas cercana?

– Melbourne.

– A menos que tenga alguien que le haga hacer los ejercicios en casa, tendra que ir a la ciudad, y eso lograra que deje de valerse por si mismo, ademas de que no tiene quien se ocupe de la granja los meses que este fuera.

– Se podria vender la granja.

– No, eso es impensable.

– ?Por que?

– Mi padre me transmitio el amor a la granja. Cuando la vi por primera vez, y conoci al abuelo, ya tenia dieciseis anos y sentia que el sitio era mi hogar. Me encanta.

– ?Es una chica de granja?

– En absoluto. Creci en la ciudad, aunque quizas sea una chica de granja en el corazon. Por eso es que decidi dedicarme a la medicina familiar, para poder mudarme al campo. Ya se que es una idea un poco bucolica, en realidad soy una tonta idealista -dijo sonriendo.

– No se lo crea. En este hospital apreciamos mucho a los tontos idealistas.

– ?Quiere decir que eso es lo que es Mike, que a pesar del trabajo que tenia encontro un rato para ir a buscar a mi abuelo y luego tuvo que levantarse al alba para recuperar el tiempo perdido? Que pedazo de doctor. Tiene el coche mas maravilloso y el perro mas bobo…

– Parece que ha ganado su corazon -dijo Bill lanzando una risita. Un timbre sono en el pasillo, haciendolo esbozar un gesto de disculpa-. El deber me llama. La dejo para que haga sus planes, doctora Westcott, y me interesara mucho saber lo que decide.

– Y yo tambien -mascullo Tess cuando se cerro la puerta tras el-. Porque, si estas haciendo planes que incluyan a Mike, quiere decir que tienes suenos de aire, Tess Westcott.

Cuando se volvio a mirar la cama, Henry se estaba moviendo. Y la miraba.

– Suenos de aire… -la voz de Henry era un susurro casi ininteligible, pero fue lo suficiente. La cara de Tessa se ilumino de alegria y le enterro la cara en el hombro.

– Oh, abuelo…

– Pense que eras un sueno -susurro el en la mata de pelo-. Mi Tess. Un sueno de aire. ?Es lo mismo?

– No -dijo, levantando la cabeza para mirarlo con carino largamente-. Soy real. Soy verdadera cien por cien. Solo hacia planes.

– ?Planes?

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