A su marido.
Muy bien, quiza aquel matrimonio durara solo unas semanas, pero era todo lo que tenia. No habia esperado diez anos para actuar como una jovencita timida y virgen. Si solo tenia unas semanas… tendria que vivirlas al maximo para que, al volver a Munwannay, los recuerdos le duraran el resto de la vida.
Hasta aquel momento habia dicho que si a todo.
En el dedo anular de la mano derecha, Holly llevaba el anillo de su padre. Una alianza que habia mandado hacer con el oro que habia encontrado en Munwannay. El filon habia resultado ser muy pequeno, pero Holly aun recordaba la alegria que les habia dado encontrar la primera pepita.
– Vamos a ser ricos -habia anunciado su padre-. Podre daros a tu madre y a ti todo lo que deseeis.
Habia encargado dos anillos, pero Dios sabia que habia hecho su madre con el suyo…, probablemente abandonarlo igual que habia abandonado su matrimonio; su padre, en cambio, lo habia llevado hasta su muerte.
Y ahora…
El cura estaba a punto de proseguir con la ceremonia, dando por hecho que solo habia un anillo. Antes de que pudiera hacerlo, Holly se quito la vieja alianza y se la dio.
– Bendiga esto, por favor -susurro-. Quiero lo lleves, Andreas.
Le habia sorprendido. Era evidente que nunca habia llevado alianza; no tenia ninguna marca en dedo que demostrara que la habia llevado durante su matrimonio con Christina.
Por un momento, Holly penso que iba a negarse a hacerlo. Lo miro a los ojos, desafiante. «Vamos», penso, «esta es mi condicion».
Entonces el sonrio.
– Muy bien -dijo el cura, que parecia aliviado y bendijo el anillo de Holly.
– Con este anillo yo te desposo.
Despues llego la fiesta.
?En que momento habia dejado Holly de ser una novia asustada? Andreas no podia dejar de buscarla con la mirada. Ella hablaba, reia y se movia entre los invitados como si hubiera nacido para ello. Munwannay habia sido en otro tiempo un lugar de encuentro de la alta sociedad de la zona y Holly habia sido educada para moverse en tal ambiente. Andreas lo sabia, pero jamas habria esperado verla asi. El tenia que cumplir con su obligacion como novio para no ofender a ningun invitado, por lo que no podia estar junto a ella en todo momento.
Le habia pedido a su familia que cuidaran de Holly, pero no parecia que necesitara ningun tipo de proteccion.
Hablaba el idioma casi a la perfeccion, con una fluidez que tambien sorprendio a Andreas. Si, lo habia aprendido con el, pero era obvio que habia seguido practicando desde entonces.
Bromeaba, se reia; parecia realmente interesada en las personas con las que hablaba. Y los invitados la adoraban. La escena de la iglesia habia desarmado a todos los presentes y habia generado un buen ambiente que ella estaba sabiendo aprovechar al maximo.
Andreas vio a Sebastian observandola y reconocio un brillo de admiracion en sus ojos. Y algo mas.
Al verlo, Andreas se excuso tan rapido como pudo y acudio junto a Holly.
Era su mujer.
La idea se abrio paso en su mente como un fogonazo; era increible y seguramente dejaria de sentirlo en cualquier momento. Pero mientras tanto…
– Holly -le dijo al tiempo que le pasaba el brazo por la cintura en un gesto con el que pretendia marcar lo que era suyo.
– Hola -dijo ella, acurrucandose contra el de un modo muy poco protocolario-. ?Te diviertes?
– Yo no me divierto -respondio Andreas sin pensar.
Ella fruncio el ceno.
– ?Nunca?
– Estoy trabajando.
– Bueno, pero hay gente muy amable -comento con un suspiro-. Estoy hablando tanto, lo recordare cuando este en Munwannay. ?Que estamos bebiendo?
Andreas miro la copa que tenia en la mano.
– Champan frances.
– Me gusta. Creo que necesito mas.
– ?Ahora?
– Mejor no. No estaria bien que la novia se emborrachara. ?Crees que podria escabullirme a ver que tal esta Deefer?
– Esta en buenas manos.
– Pero no son las mias. ?Cuanto duran los banquetes de boda?
– Hasta que se retiran los novios.
Holly sonrio.
– Esos somos nosotros. ?Entonces podemos irnos?
En ese momento se acerco Tia, la reina. Ella habia sido la que habia mantenido las cosas bajo control desde la muerte de su padre. De no haber sido por ella… quiza la monarquia se habria derrumbado hacia tiempo. Siempre estaba donde se la necesitaba.
– Los mayores deben irse ya -le dijo a su hijo-. Asi que vosotros tambien.
– Eso justo me estaba diciendo Holly.
– Es una mujer muy inteligente -reconocio con una gran sonrisa-. Lo has hecho muy bien, querida.
– Yo…, gracias -respondio Holly, ruborizada.
– Para ser una novia cautiva -bromeo Andreas sin pensar y enseguida se dio cuenta de que no habia sido buena idea, pero Holly no tardo en reaccionar.
– Me ha regalado un perro -dijo con un simpatico brillo en los ojos, como si eso lo explicara todo.
– Siempre fue un muchacho muy amable.
– ?Asi que es amable? -dijo Holly y le lanzo una mirada a Andreas que estuvo a punto de hacerle sonrojar tambien.
Pero Tia estaba concentrada en organizarlo todo
Ya sabes de quien teneis que despediros formalmente, pero hacedlo rapido para no dejaros a nadie que pudiera ofenderse.
– Podemos separarnos y asi lo haremos mas rapido -sugirio Holly.
– Pero tu no sabes quien…
– Me lo imagino -dijo Holly-. He estado observando. Creo que podria senalar a todas las personas que podrian ofenderse. Pero tienes razon, por supuesto, es mejor no correr el riesgo. Asi que adelante, esposo, terminemos con esto para poder seguir con nuestras vidas.
Parecia una orden. Andreas tuvo la sensacion de que Holly le habia dado una orden.Se movia entre los dignatarios como una autentica profesional. Miro de reojo a su madre y se dio cuenta de que no era el unico que se sentia orgulloso. Encajaba bien en la realeza.
De pronto tuvo otra sensacion que lo dejo sin aire por un momento. Si se hubiera casado con ella diez anos atras…
Eso habria sido imposible. En vida de su padre… de ningun modo. Pero ahora… echo un vistazo a la sala llena de gente y vio a Sebastian, que seguia mirandola. Sonriendo.
?Era la aprobacion del futuro rey, o la reaccion habitual de su hermano ante una mujer hermosa?
Pero si Sebastian la aprobaba… Lo que habia ocurrido en la capilla habia cambiado las cosas. Holly se habia convertido en una persona de verdad para todo el pais, en una autentica princesa.
?Podrian tener un verdadero matrimonio?
Solo con pensarlo, todo su cuerpo se puso en tension. Holly lo miro de inmediato al darse cuenta.
– ?Andreas?
– Es hora de irnos -consiguio decir.
– Muy bien, carino -respondio ella.
Utilizo unas palabras tan propias de una verdadera pareja que Andreas tuvo que parpadear. Entonces la vio sonreir y sintio que el calor de su cuerpo no hacia sino aumentar.