Tenian que irse. Tenia que llevarsela… lejos de alli.
A su esposa.
Capitulo 8
Holly no habia contado con que la abandonaran en la cocina junto a Deefer, pero eso fue exactamente lo que ocurrio.
Los invitados se marcharon poco despues de que Andreas salieran del gran salon con su esposa. En el ultimo momento, la levanto en brazos y la saco de alli acompanado de gritos de alegria que les deseaban toda la felicidad del mundo. Ella se dejo llevar docilmente… ?que otra cosa habria de hacer una novia? Pero luego, en lugar de llevarla a la habitacion nupcial, o donde fuera que los recien casados se alojaban en los palacios, fue abriendo una puerta tras otra hasta acabar en la parte posterior del palacio, en las dependencias del servicio. Finalmente abrio una ultima puerta y la dejo en el suelo.
Holly se quedo tambaleo. El vestido pesaba una tonelada, algo que no habia notado en todo el dia
La enorme cocina estaba desierta, a excepcion de Deefer, que dormia en un rincon hasta que los oyo entrar y comenzo a mover el rabo con alegria. Finalmente se levanto a saludar a su duena. Holly se agacho a acariciarlo, pero vio por el rabillo del ojo que Andreas estaba a punto de salir por la puerta. ?Que demonios…?
– Vaya… ?ya se ha acabado lo de Cenicienta? -pregunto con incertidumbre-. ?Ya es media noche? Porque mi vestido sigue siendo un vestido.
– Espera aqui -rugio-. No esperaba…, tengo que organizar ciertas cosas.
– ?Que es lo que no esperabas?
– Una esposa -dijo, y entonces se acerco a ella y la beso en la boca. Fue un beso rapido, pero apasionado, luego salio corriendo de alli, pero le grito algo desde el pasillo-: No te vayas a ninguna parte.
?Donde iba a irse una mujer despues de semejante beso? A ninguna parte. Asi pues, se sento junto a la descomunal mesa de la cocina y espero a su marido, intentando no pensar en que estaba casada, en que no sabia que iba a ocurrir y en que estaba… ?asustada?
?Le asustaba que ocurriera algo?
Mmm…, no. Lo que la asustaba era que no ocurriera.
?Que pasaria si alguien la encontraba alli? Los criados aparecerian tarde o temprano… y ella seguiria alli cuando llegaran para preparar el desayuno, la princesa abrazando a su cachorro.
Deefer habia vuelto a quedarse dormido sobre sus rodillas. Que suerte.
Pasaron quince minutos y luego veinte. El tictac del reloj no paraba, era como una bomba a punto de estallar. Tic, tac, tic, tac.
Se estaba volviendo loca.
Entonces se abrio la puerta. Andreas. Seguia llevando el traje de la boda y seguia estando increiblemente guapo.
Seguia siendo su esposo.
– Estamos preparados -anuncio.
– ?«Estamos»? -pregunto Holly imaginandose una de esas escenas antiguas en las que una docena de testigos se congregaban en torno al lecho nupcial para comprobar que la novia era virgen.
Andreas se echo a reir.
– Georgios y yo.
– Estupendo -murmuro-. Mi persona preferida.
– Mi piloto de helicoptero preferido -dijo el-. Yo he tomado demasiado vino como para pilotar. No es que este borracho, pero no se puede volar con un solo gramo de alcohol en la sangre. Ademas, quiero concentrarme por entero en mi flamante esposa. ?Que te parece si Georgios nos saca de aqui y nos lleva de nuevo a nuestra isla?
Holly lo miro con los ojos abiertos como platos.
– ?Podemos… irnos?
– Creo que es lo que deberiamos hacer -aseguro el-. Ya hemos cumplido con nuestro deber, ahora tenemos el resto de la noche para los dos solos, amor.
– Con Georgios.
– Claro -dijo riendose-. Pero me parece que la isla es lo bastante grande para todos.
Deberia haber insistido en que tenia que cambiarse de ropa, penso Holly mientras intentaba acomodarse en el asiento del helicoptero con el vestido de novia. ?Aun llevaba puesta la tiara! Era una locura. Andreas, tambien iba vestido de novio, estaba recostado en el asiento con los ojos medio cerrados, como si estuviera meditando. ?En que estaria pensando?
?En que iba a hacer con ella?
En otros tiempos, era una muchacha virgen y asustada ante lo que la esperaba. Su madre le habria aconsejado que no se asustara, que se tumbara y pensara en Inglaterra hasta que todo hubiera pasado.
Aquello la hizo reir y atrajo la atencion de Andreas.
– ?En que piensas?
– En Inglaterra -respondio y tuvo que morderse el labio inferior para controlar la tension. ?Que estaba haciendo? Una muchacha de Munwannay camino de una isla privada con su principe.
Con su esposo.
Si pensaba que iba a…
Claro que lo pensaba, se dijo Holly a si misma. Se habia tomado muchas molestias para que pudieran estar solos. Ademas, ahora estaban casados, ante los ojos de Dios y de un buen numero de invitados…
– ?En Inglaterra? -repitio el.
– Es en lo que piensan todas las novias durante la noche de bodas.
– ?En serio?
– Por supuesto -aseguro, intentando que no se diera cuenta de que le faltaba el aire-. ?Cual es la capital de Sussex? No me distraigas.
Andreas no la distrajo. Se limito a sonreir y mirar por la ventana. Cuando aterrizaron en la estaba a punto de explotar de los nervios que pensaba que estaba haciendo? No habian acordado nada de eso. Solo era un matrimonio de conveniencia.
No. No lo era cuando Andreas la miraba como lo hacia, cuando ella sentia lo que sentia despues diez largos anos. Su vida en la granja habia muy solitaria, pronto estaria alli de nuevo y lo que tendria serian los recuerdos.
Claro que…
No puedo quedarme embarazada -dijo de pronto, en el silencio que habia quedado al pararse la helice. La idea la golpeo como una bofetada. ?Que peligro corria, que se repitiera la pesadilla de anos atras?
No ocurrira -aseguro Andreas tajantemente.
Creo recordar que eso fue lo que dijiste la ultima vez.
He tomado precauciones.
?Te has hecho la vasectomia?
No -respondio con una sonrisa que no le llego a los ojos-. Aunque Christina queria que me la hiciera.
– ?Tu mujer queria que te hicieras la vasectomia?
– No queria tener hijos.
– ?Y tu, querias hijos?
– Mas que nada en el mundo -respondio con sencillez, pero Holly supo que decia la verdad-. Pero no te preocupes, no quiero tenerlos esta noche.
– Entonces has traido un preservativo.
– O seis -dijo y desaparecio la gravedad de sus ojos-. O mas si son necesarios.
– Es un poco presuntuoso.
– ?El que?
– El dar por hecho que me voy a acostar contigo.