tambaleara, y durante los ultimos seis meses, su vida ya habia sido bastante inestable. Solo habia una manera de contestarle-. Si.
Se miraron durante largo rato.
«No me lo pide por Sam», penso Jackson. «Me lo pide por ella. No nos ofrezcas lo que no nos puedes dar. No juegues con nosotros. No nos rompas el corazon. Maldita sea».
Y ella lo miraba como si el tuviera la capacidad de hacer todo eso. Lo amedrentaba. Deseaba hacerle todo tipo de promesas. Promesas que ella sabia que el no podri mantener.
Pero Molly seguia mirandolo. El sol se habia ocultado tras el horizonte y el color rosado del cielo se reflejaba en la arena, y en los ojos de Molly. Era tan guapa.
Jackson no pudo evitarlo. «Solo una vez mas», penso. Se acerco para tomar el rostro de Molly entre sus manos y la beso.
?Y por que no? El nino estaba dormido junto a ellos en la manta. No habia nadie mas que ellos. ?Y que habia de malo en un beso?
Nada, pero el beso era como una promesa… Una promesa hecha en el momento adecuado.
Hubo un segundo beso. El primero fue un beso de victoria…, de carino, alegria y felicidad. El segundo era algo mas. No era un beso suave entre un hombre y una mujer que compartian un motivo de alegria. Era un beso que hacia que un hombre y una mujer estuvieran unidos para siempre.
Ambos sintieron algo que nunca habian sentido antes. Se besaron de manera apasionada. Estaban sobre la arena, junto a un nino dormido. Las olas llegaban a la orilla y la luna comenzaba a asomar en el horizonte, dejando una estela plateada sobre el agua.
Jackson acaricio el cuerpo de Molly para sentir la suavidad de su piel y saboreo el interior de su boca.
Y Molly, despues de la sorpresa inicial, supo que era alli donde queria estar el resto de su vida. Que estaba preparada para darle a aquel hombre todo lo que le pidiera. Porque, en cierto modo, ya le habia entregado su corazon.
Era tan fuerte y masculino. Al sentir las caricias de sus manos, se estremecio. Y cuando el le acaricio la curva de los pechos, gimio de placer.
Ella metio la mano bajo su camisa para sentir la desnudez de su piel, los pezones, los musculos de su pecho, y su cuerpo tenso de deseo. De deseo por ella.
Aquello no podia durar. Molly sabia que no estaba a la altura de Jackson Baird. Pero, por el momento, el la estaba besando y ella no deseaba nada mas. Solo queria que los sentimientos que invadian a ambos siguieran su curso…
Nada podia estropear aquel momento.
Jackson sujeto el rostro de Molly una vez mas, y penso que la dulzura de aquella mujer iba a apoderarse de el. Su alegria, su amor por la vida, su risa… incluso su eficiencia. Todo. Todo estaba contenido en ese beso, y el nunca habia sentido nada tan maravilloso en su vida. Ella no se parecia a ninguna otra mujer que el hubiera conocido ante.
Era Molly…
La deseaba. Noto que su cuerpo estaba tenso de deseo y gruno para contenerse. Algunas cosas no eran posibles. Alli no. Ni en ese momento. Aunque habia llevado preservativos, habia un nino delante.
Sam se movio y suspiro en suenos. No mucho, pero lo suficiente como para romper el hechizo y que ambos volvieran a la realidad.
Y con la realidad, llego la confusion. Ambos se miraron a la luz de la luma, sin saber que decir. Ninguno comprendia lo que habia sucedido. Solo sabian que la vida habia cambiado de algun modo.
La luna ya estaba en lo alto del cielo y brillaba con fuerza. Ambos sabian que estaban en un momento critico y que podia suceder cualquier cosa.
Pero al final, gano el sentido comun. Como siempre.
– Lo siento -murmuro Jackson, y se separo de ella. Era lo que Molly necesitaba para recuperar la compostura, olvidar la confusion que sentia y sustituirla por la rabia.
– Apenas me has seducido -contesto, y se puso en pie tomando a Sam en brazos-. Solo ha sido un beso… y yo tambien te he besado.
«Un beso no significa nada. Eso es lo que quiere decir», penso Jackson dando un suspiro. «Tiene razon. Hay muchas otros factores que hacen que esto no sea posible».
Tenia planeado su futuro. Solos, su hermanastra y el, contra el mundo…
– Pasame a Sam -le retiro al nino de los brazos y miro a Molly mientras esta recogia las cesta de picnic. Ella no lo miraba.
Quiza no podia.
– ?Es hora de irse a casa? -dijo el. Molly cerro la cesta. Estaba enfadada, pero Jackson no podia discernir si estaba enfadada con el o consigo misma.
– Si -dijo ella-. Es hora de irse a casa.
– Ha sido una noche maravillosa.
– Aparte de estos ultimos minutos -murmuro ella-. ?Han sido una estupidez!
?Una estupidez?
Jackson permanecia despierto pensando en esas palabras. Una estupidez.
Ella tenia razon. Porque pertenecian a mundos diferentes.
?Por que? ?Por que iba a ser imposible?
Porque ella no comprendia.
?No comprendia el que?
No lo comprendia a el.
«Debia haber tenido mas cuidado y no permitir que la relacion llegara tan lejos», se dijo Jackson en la oscuridad.
De pronto, la imagen de sus padres aparecio en su cabeza. El tenia unos cuatro anos y ya percibia la extrana relacion que mantenian sus padres. No habia duda alguna de que se amaban, pero desde lo que el recordaba, parecia que siempre habian intentado destrozarse el uno al otro.
Asi que su relacion se caracterizaba por las continuas discusiones. De pronto, se deseaban con locura y el amor los mantenia unidos durante un dia. Quiza, ni siquiera durante tanto tiempo. Despues, volvian a discutir, con Jackson atrapado en medio de los dos.
Lo habian utilizado como un arma.
– Es a mi a quien mas quieres, ?verdad, Jackson? -le preguntaba su madre, y su padre lo agarraba de la mano y trataba de llevarselo.
– El nino quiere estar conmigo.
El nino no queria estar en ningun sitio, y al nino que se habia convertido en hombre le pasaba lo mismo. Si eso era el amor, el no queria saber nada al respecto.
«No es facil recuperarse de una cosa asi», penso Jackson. ?Como podia admitir que el podria amar de esa manera? No era un sentimiento maravilloso. Hacia que uno se expusiera al dolor. Ya habia sufrido bastante con Diane.
Se habia convertido en un hombre solitario y eso le gustaba. Su padre se marcho de casa cuando Jackson tenia diez anos y su madre, para castigarlo, tuvo una aventura y se quedo embarazada de Cara… y, al sentir que eso no era suficiente, estrello su coche a proposito contra un arbol. Todo por amor…
«El amor puede irse a freir esparragos», penso Jackson. Cuidaria de Cara y de nadie mas. No queria depender emocionalmente de nadie. Nunca.
– El senor Baird es muy simpatico -murmuro Sam medio dormido mientras Molly lo metia en la cama. El pequeno alzo los brazos para darle un beso de buenas noches. No era algo muy habitual, asi que Molly se sento en la cama y lo abrazo tambien.
– Si, Sam, es muy simpatico.
– Te ha besado.
Asi que Sam no estaba profundamente dormido. No tenia sentido negarselo.
– Si.
– ?Crees que le gustas lo suficiente como para casarse contigo?
– Hey -se sorprendio Molly-. Solo lo conocemos desde ayer.
