agua. «No salgas hasta que hayas recuperado el sentido comun», se dijo, solo para salir treinta segundos mas tarde.

«No seas estupida. El es peligroso», se advirtio. «Puede ser divertido, y ya sabes que necesitas divertirte un poco. Despues de la tragedia de Sarah y Michael… La vida ha sido demasiado triste», le decia otra parte de su ser. «?Y si te rompe el corazon?», le preguntaba la parte mas prudente. «Solo puede romperte el corazon si se lo entregas. Y tu no eres tonta. Disfruta de esta oportunidad, Molly Farr, y despues continua con tu vida».

Sabia que habia una linea muy fina entre permitirse disfrutar de su compania, relajarse y divertirse, y despues marcharse con el corazon intacto. Pero debia hacerlo. Aquel hombre era un cliente.

– Si, y a partir de ahora solo tienes que pensar en los negocios -murmuro-. Un beso no significa que haya una relacion.

Pero un beso si que podia hacer que se interesara por el y, sin duda, aquel hombre le interesaba.

?Y Jackson? Estaba sentado con Gregor haciendo numeros, pero solo se concentraba a medias en lo que estaba haciendo. Algo inusual en el. «Los numeros no estan mal. Nada mal», penso. Sabia que podria hacer lo que el queria con aquella granja, pero si Gregor hubiera tratado de enganarlo, a lo mejor lo habria conseguido.

?Por que no podia dejar de pensar en Molly y concentrarse en lo que estaba haciendo?

Era una buena pregunta. Sin duda, Molly era atractiva. Y tenia una risa preciosa… pero el habia estado con algunas de las mujeres mas bellas del mundo y, al lado de ellas, Molly no tenia nada.

?O no era asi? Ella tenia algo especial y, cuando la beso, ese algo lo volvio loco.

Pero ya se habia vuelto loco antes. Y no estaba dispuesto a permitir que le sucediera otra vez. Tenia la vida que queria y, en ella, no habia cabida para una mujer amante de las ranas y su sobrino. Ellos necesitarian cosas que el no tenia intencion, ni posibilidad, de ofrecerles.

– ?Senor Gray? ?Senor Baird? -Sam estaba junto a la puerta con la caja de la rana en la mano. Ambos hombres lo miraron.

– ?Si? -dijo Gregor con una sonrisa. Una sonrisa que hizo que Sam se relajara y entrara en la habitacion. Hablo con el senor Gray, pero mirando de reojo a Jackson.

– Si el senor Baird compra la granja, ?mantendra a salvo a las ranas que hay aqui?

– Por supuesto que lo hare -dijo Jackson, y Sam lo miro dubitativo.

– La senora Gray dice que el lugar mas bonito de la granja es la balsa de las ranas… pero tambien dice que la ultima persona que la senora Copeland creia que iba a comprar la granja, queria hacer una balsa mucho mas grande. Vinieron los topografos y todo, y la senora Copeland se enfado tanto que decidio no vender. La senora Gray dice que se alivio tanto que se puso a llorar -miro a Jackson fijamente-. Pero eso ocurrio hace cinco anos, asi que la senora Gray y yo queremos saber si…

«Asi que Hannah ha pensado otras veces en vender este lugar», penso Jackson. El hecho de que hubieran pasado cinco anos desde que intento venderla significaba que no tenia mucha prisa. ?Y lo de agrandar la balsa? Tenia sentido. La balsa de la casa era pequena, y si el verano era muy calido tendrian que bombear el agua desde otro lugar mas profundo. Y eso seria caro.

Pero lo habian retado y Sam estaba mirandolo.

– ?Crees que la senora Copeland no querra que compre esta granja si quiero agrandar la balsa?

– La senora Gray dice que las ranas se moririan. Dice que una excavadora sacaria todos los juncos y que, sin juncos, las ranas no podrian criar.

– ?Tu crees que yo deberia comprar la granja? -le pregunto Jackson.

– Si. La senora Gray cree que usted seria bueno. Pero los dos estamos preocupados por las ranas.

– ?Entonces?

– Entonces, tiene que prometernos que comprara la granja y cuidara de las ranas.

Y asi, Jackson tomo una decision. Sin importarle la situacion economica. Ni si aquello tenia sentido o no.

– De acuerdo -dijo-. Lo hare.

– ?Dice que va a comprar la granja! -Molly todavia estaba dentro de la banera, pero Sam no podia esperar para darle la noticia. Entro en el bano gritando-. ?Va a salvar a las ranas y a vivir aqui para siempre!

– ?Ha dicho eso? -Molly se sento y agarro la toalla. La espuma del bano le cubria lo justo. Por suerte, Sam no la veia como una mujer, sino como su tia Molly.

– Si.

– ?Estas seguro?

– Me lo ha prometido -Sam estaba en la puerta con la caja de la rana en la mano. De pronto, elevo el tono de voz-. Senor Baird, digale a mi tia Molly que va a comprar la granja.

– ?No! ?Sam, no! -exclamo Molly, e intento decirle que cerrara la puerta, pero era demasiado tarde. Jackson aparecio detras de Sam, y ambos la miraron con distintos grados de interes.

Jackson trataba de ver mas alla de la espuma del jabon y sus ojos brillaban divertidos. Pero su voz, cuando hablo, era muy seria.

– Senorita Farr, me gustaria informarla de que voy a comprar la granja -le dijo.

Molly respiro hondo y agarro la toalla con mas fuerza. Trato de concentrarse en el negocio.

– ?Lo dices en serio?

– ?Por que no iba a decirlo en serio?

– ?Aceptas el precio que piden por ella?

– Si. Quieres ponerte en pie y que nos estrechemos las manos.

– Ni lo suenes -dijo ella mirandolo fijamente-. ?Te das cuenta de que todavia no conozco las condiciones de la senora Copeland?

– Yo tampoco y, por supuesto, dependera de ello, pero me da la sensacion de que solo son ranas.

– ?Sabes de que esta hablando? -le pregunto Molly a Sam.

– Se que a la senora Copeland le gustan las ranas -le dijo Sam-. Y el senor Baird ha dicho que las salvara.

?Por el amor de Dios! Molly intentaba mantener la situacion bajo control y ?ellos estaban hablando de ranas! Ella trataba de hablar de negocios, a pesar de estar dentro de una banera llena de espuma.

– Vale. Pero supongamos que hay otras condiciones. Tengo que averiguarlo -miro a Jackson una vez mas. Sin duda, estaba en desventaja. ?No era mas que una agente inmobiliaria desnuda en una banera!

– ?Y a que esperas? -pregunto Jackson, se cruzo de brazos y se apoyo en el marco de la puerta-. Sentada en una banera cuando podrias estar cerrando un trato…

– ?Marchate!

– ?Que me marche? -arqueo las cejas-. ?Quieres que le cuente a Trevor que cuando te pedi que firmaramos el contrato me dijiste que me marchara?

– No tengo el contrato aqui en el bano.

– ?Estas segura de que no lo estas escondiendo ahi?

Eso era demasiado. Ese hombre no tenia verguenza.

– Estaria empapado -contesto ella, y el sonrio. Agarro a Sam por el hombro y ambos la miraron riendose.

Molly sintio algo en su interior que no habia sentido hacia mucho tiempo.

Sam se apoyaba en el hombre que tenia detras, y el pequeno parecia disfrutar de la mano que tenia sobre el hombro y de la intimidad de su tia en el bano. «Este hombre es lo que Sam necesita», penso Molly. «Este hombre es lo que yo necesito…»

– La espuma se esta deshaciendo -dijo Jackson-. Seguro que has usado jabon. La espuma siempre desaparece cuando uno usa jabon.

Molly lo miro indignada y agarro la toalla con mas fuerza.

– Sam, llevate al senor Baird de aqui y cierra la puerta cuando salgas.

– Aqui estamos bien -dijo Sam. Sonrio y su tia se quejo.

– Sam, no te atrevas a convertirte en otro hombre malvado. Dependo de ti.

– Por eso nos quedamos aqui -dijo Jackson-. Porque dependes de nosotros.

– No dependo de vosotros.

– ?Has oido eso, Sam? Habla asi con el hombre al que piensa venderle la granja.

– Marchaos -Molly estaba atrapada entre la risa y la desesperacion. Y algo mas. Jackson la hacia

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