A Molly le parecia cada vez mas agradable. Pero iba demasiado rapido, y en la direccion equivocada. Ese hombre era un cliente. Nada mas.

– He enrollado el brazo de gitano -dijo Sam-. Y he puesto la masa de los pastelitos en la bandeja del horno yo solo -despues se callo un instante y los miro-. ?Habeis estado nadando?

– Si -dijo Molly, y miro a Jackson como advirtiendole.

Sam se puso serio.

– ?Sin mi?

– A ti no te gusta nadar -habia intentado que nadara una vez y habia sido un desastre.

– Pero… a lo mejor, con el senor Baird… -dijo Sam.

Asi que Sam estaba atrapado por el carisma de ese hombre. ?Era un territorio peligroso tanto para Sam como para Molly!

– El senor Baird tiene trabajo que lo mantiene ocupado, Sam.

– ?Senor Baird? -Sam miro a Jackson con ojos de suplica. «Nadar no sera divertido sin usted», le decia con la mirada.

Jackson sonrio y dijo:

– Por supuesto que te llevare a nadar. Pero no hasta que hayamos terminado con lo que tenemos delante -se sento y se acerco el plato de pastelitos-. No he comido un pastelito de estos desde que tenia seis anos. Senora Gray, es usted una joya.

– Pruebelos -dijo la mujer, sonriendo, y por algun inexplicable motivo, Molly sintio ganas de llorar. Se sentia como un angel de la guarda llevando a ese hombre hasta la granja que seria su casa. Y permitiendo que Jackson se acercara a Sam, y a ella.

La idea hizo que se le entrecortara la respiracion. Jackson levanto la vista del plato de pasteles y la miro. Sosteniendole la mirada…

– Hemos encontrado una amiga para Lionel -anuncio Sam, sin percibir el flujo emocional que se habia establecido entre Jackson y Molly.

Molly intento retirar la mirada, pero no pudo. Era como un iman.

– Para… ?Para Lionel?

– Mi rana -dijo Sam con paciencia. Y Molly asintio. Por supuesto, sabia quien era Lionel.

«Es solo que me he distraido momentaneamente», penso. Jackson estaba comiendose un pastel mientras la miraba. Llevaba la camisa desabrochada hasta el cuarto boton y se le veia el vello oscuro del pecho. Su mirada era indescifrable, como si el tampoco supiera lo que estaba sucediendo… y al verlo…

«Lionel. Claro. Lionel, concentrate en la rana!», penso Molly.

– ?Has encontrado una amiga para Lionel? -se sirvio un pedazo de brazo de gitano para disimular su confusion, le dio un mordisco y se atraganto. Jackson sonrio, se puso en pie y se acerco a ella para darle un golpecito en la espalda.

?Si supiera lo mucho que la incomodaba su cercana presencia!

– El senor Gray me llevo a la balsa que esta detras de la casa -le dijo Sam-. El senor Gray dice que Lionel es una rana de San Antonio, y que es un chico. Asi que buscamos y buscamos y ?encontramos una rana chica! ?Una rana de San Antonio hembra! El senor Gray dice que sera mejor que nos quedemos a su amiga hasta que Lionel se encuentre mejor, para que no este solo, y que despues deberiamos traer aqui a los dos. Para que puedan tener renacuajos y vivir felices.

– Eso es… -de nuevo, Molly sentia ganas de llorar. ?Ese hombre! ?Ese lugar! ?Todo el conjunto!-. Eso es maravilloso. Pero…

– ?Pero que?

– Pero no creo que vayas a volver por aqui -dijo ella con amabilidad, y vio que su sobrino se ponia cabezota.

– Claro que volvere. El senor y la senora Gray son mis amigos, y el senor Baird va a comprar la granja, y tambien es mi amigo.

– Sam…

– Te dire una cosa -dijo Jackson, que estaba observando la conversacion con interes-. Si tu no vuelves por aqui, ?que te parece si hacemos un viaje especial para liberar al senor y la senora Rana?

Molly se quedo boquiabierta.

– ?Harias un viaje especial para liberar a dos ranas?

– Son unas ranas especiales -dijo Jackson-. ?Y no Sabias que la poblacion de ranas esta en peligro de extincion en todo el mundo? Cualquier esfuerzo que se pueda hacer para ayudar a que crezca la poblacion…

– Sabes, corres mucho peligro de perder tu reputacion -contesto ella, y el la miro con expresion burlona.

– ?De que… de mujeriego?

Ella fruncio el ceno y lo miro de arriba abajo.

– No, de ejecutivo despiadado.

Jackson seguia riendose.

– Entonces, puedo seguir siendo un mujeriego.

– Puedes ser lo que quieras ser -Molly se puso en pie. Habia algo que no comprendia bien y aquella mirada le parecia peligrosa. ?Un mujeriego? Si y si. Tenia que proteger su dignidad, y su salud mental, a toda costa-. Voy a darme un bano -le dijo.

El se puso en pie y sonrio.

– Yo tambien.

– Supongo que habra dos banos -dijo Molly.

– Hay cuatro -dijo Doreen, y Molly sonrio.

– Hasta luego, entonces -puso una de sus mejores sonrisas. Una mujer de negocios despachando a un cliente con educacion-. Y creo que deberias pasar un rato con Gregor antes de cenar para ver la situacion economica de la granja.

– Pense que les gustaria hacer una barbacoa en la playa para cenar -dijo Doreen-. Con la tarde tan bonita que ha hecho.

– Estoy segura de que el senor Baird estara demasiado ocupado…

– ?Demasiado ocupado para hacer una barbacoa en la playa? -interrumpio Jackson, y miro a Molly como retandola-. Nunca. ?Quedamos aqui dentro de dos horas, senorita Farr? -le pregunto despues de mirar el reloj.

Era como si estuviera invitandola a salir. Su mirada era retadora, algo burlona, y ella tuvo que esforzarse para mantenerse serena.

– De acuerdo.

– No pareces muy emocionada.

– Estoy emocionada -dijo entre dientes-. Estoy tan emocionada que apenas puedo hablar.

– Muy bien -el se acerco y le acaricio la mejilla con el dedo-. Siga emocionada, senorita Farr. Hasta la cena.

Si, claro. ?Que mas se suponia que tenia que hacer?

Molly se metio en la banera con espuma. Sam no tenia intencion de abandonar la cocina, habia decidido que los Gray eran lo mas cercano al paraiso que el conocia, y para ellos, Sam era una buena compania. «Para Sam y los Gray ha sido amor a primera vista», penso Molly. Se quito una pompa de jabon de la punta de la nariz y penso en si misma.

Para ella, ?tambien habia sido amor a primera vista? Imposible. ?En que estaba pensando? Solo conocia a aquel hombre desde hacia dos dias.

No estaba enamorada. ?No lo estaba! Era cierto que era muy atractivo, y encantador, pero pertenecia a la jet set y habia salido con mas mujeres bellas de las que ella podia imaginar.

Pero era un hombre amable. Y la gente podia cambiar. Solo porque hubiera salido con algunas de las mujeres mas bellas del mundo no significaba que tuviera que casarse con una de ellas.

«Espera un segundo», se dijo Molly. «?De que estas hablando?»

?Casarse?

«Creo que vivo en un mundo de pompas de jabon», penso, y sonrio. Se tapo la nariz y metio la cabeza bajo el

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