contra su cuerpo de forma que sus senos se apretaran contra su pecho.
Para consolarla…
No. Era algo mas que consuelo. ?Era deseo! El podia sentir el latido de su corazon contra su pecho. La beso en la frente, y cuando ella levanto el rostro para mirarlo, la beso en los labios abrazandola con mas fuerza.
Sabia a sal marina. Sabia a…
?A que? El no lo sabia. Lo unico que sabia era que nunca habia sentido nada como aquello.
Habia besado montones de bocas llenas de pintalabios que lo reclamaban con decision. Pero en ese beso no habia pericia.
El primer roce fue extrano., como si ella no lo esperara, o no lo deseara… como si no supiera que hacer cuando lo recibio.
Pero tampoco se retiro. Su respuesta fue de asombro, como si no comprendiera por que la estaban besando.
Molly necesitaba consuelo. Necesitaba que le confirmaran que la vida era mas fuerte que la muerte. Que lo habia intentado y habia ganado, y que el hombre que la habia ayudado estaba con ella. Era un hombre fuerte y maravilloso…
Ella no pedia nada mas. Le sujeto el rostro con las manos y separo los labios para recibir el beso. ?Y disfrutar del momento, de Jackson y de la vida!
Sus cuerpos mojados recibian los calidos rayos del sol y, poco a poco, iban recuperandose. Se abrazaban con deseo desesperado, algo que no tenia nada que ver con los rituales de cortejo a los que ambos estaban acostumbrados. Eran un hombre y una mujer, en la arena bajo el sol, y el mundo que los rodeaba era como un telon de fondo para el deseo.
Y cuando por fin se separaron, ninguno de los dos se sentia confundido. Ambos sabian que habian hecho lo correcto. En el lugar adecuado. En el momento adecuado. El hombre adecuado para la mujer adecuada.
Los ojos de Molly brillaban con alegria, y no con la confusion de una mujer que se fijaba en el dinero antes que en Jackson. No lo miraba con timidez. Se estaba riendo y se disponia a acariciarle el cabello.
– Llevas, una corona de algas, rey Neptuno.
– Lo mismo te digo -le retiro un mechon de pelo de los hombros-. Cielos, debemos parecer…
– ?Naufragos? -ella seguia riendose-. Pero por un buen motivo. Oh, Jackson, ?no ha sido maravilloso?
– Maravilloso -convino el.
– ?Quieres hacerlo otra vez?
– ?Espero que el canguro no sea tan estupido!
– ?Me referia al canguro? -pregunto entre risas-. Bueno, vale, si que hablaba del canguro -se separo de el y comenzo a arremangarse el pantalon-. Y no quiero volver a hacerlo. Me golpee la pierna con un tronco mientras subia el talud. ?Mira que nadadora!
Maldita sea, era como si el beso no hubiera tenido lugar. Jackson no podia evitar sentirse un poco afectado. Despues de todo, la habia besado y no estaba acostumbrado a besar a una mujer y que esta no reaccionara.
Sobre todo, cuando el beso habia sido perfecto.
«Nos hemos besado por la emocion del exito obtenido. Por nada mas. Ha sido la emocion del momento», se dijo. Molly sabia igual que para ti que el beso no significaba nada, que a partir de ese momento, volverian a mantener una relacion estrictamente de negocios.
«Asi que no le des importancia», se dijo Jackson, a pesar de que sentia un enorme deseo de tomarla entre sus brazos y…
– Yo tambien tengo moraduras -le dijo a Molly, y solo el sabia el esfuerzo que tenia que hacer para que no se le quebrara la voz.
– ?Puedo verlas?
Jackson solto una carcajada.
– No. Estan en un sitio que un agente inmobiliario no deberia mirar.
– Territorio inexplorado, ?eh?
– Algo asi -se miraban y sonreian como idiotas. De pronto, la tension se apodero del ambiente y el no supo que hacer Porque no podia besarla otra vez, ?verdad? No. No podia. No queria iniciar algo que luego no pudiera parar. Porque tener una pequena aventura con Molly Farr…
?No! Era imposible, y el no sabia por que. Seria como empezar un fuego salvaje. El no sabria como apagarlo y, ni siquiera, si queria hacerlo.
?En que estaba pensando? Por supuesto que querria apagarlo. ?No habia aprendido nada durante los ultimos meses? ?No habia hecho un pacto con Cara? No tendrian ninguna relacion con nadie de quien pudieran enamorarse. Ese era el trato.
Trato de no pensar en ello y se puso en pie. Forzo una sonrisa y tendio la mano para ayudar a Molly.
Ella miro la mano durante un instante y despues la acepto. Era como si hubiera tomado una decision. Su mano era calida, fuerte y segura…
– Sera mejor que regresemos a casa -dijo el. Ella lo miro y sonrio, como si no fuera consciente del torbellino de emociones que el tenia en la cabeza. Jackson miro al otro lado del rio para dejar de pensar en Molly-. Oh, cielos. Tu yegua no esta. No debiste de atarla.
– Entonces tenemos que regresar pronto. Llegara a casa sola y se asustaran.
– Y eso no puede ser.
– No quiero asustar a Sam -dijo ella, y comenzo a caminar hacia donde el rio se estrechaba para poder cruzarlo con mas facilidad.
El la alcanzo. Cada vez se sentia mas resentido. No estaba acostumbrado a que lo trataran como lo estaba tratando aquella mujer.
– Pero si te metes en un rio para salvar a un canguro corriendo el riesgo de ahogaste. ?Como se corresponde eso con no asustar a Sam?
Ella se detuvo y se volvio para mirarlo, contestando enojada:
– Nunca he estado en peligro. Si no hubiera podido salvar al canguro habria nadado hasta la orilla.
– ?Y si la corriente hubiera sido demasiado fuerte?
– Sabes muy bien que el rio se ensancha en la desembocadura. Que el agua es menos profunda y que la corriente disminuye. Si hubiera corrido el riesgo de pasar el punto de no retorno, habria podido regresar antes de llegar a las rocas.
– ?Maldita seas, Molly! Podias haber muerto.
– No lo creo. No me conviertas en una heroina.
– ?No es eso lo que eres? -habia rabia en su tono de voz-. Lanzandote al suelo para salvar una rana. Metiendote en el rio para salvar un canguro. Adoptando un huerfano…
– No digas eso -le echo una mirada fulminante con sus ojos marrones-. Adopte a Sam por mi bien. Por mi. Claro que Sam me necesita, pero yo tambien lo necesito a el. Perdi a mi hermana y a mi cunado, y mi forma de vida. No tengo a nadie mas que a Sam. Y si quieres tildar a alguien de heroina, vete a buscar un cuento de damiselas, pero no me escojas a mi.
– Yo…
– No creo que me lanzara temblando a tus brazos como harian las buenas heroinas -le dijo antes de que el pudiera hablar.
– Nunca pense tal cosa.
– Entonces, ?por que me besaste?
– Hey, no fui solo yo. Tu tambien me besaste.
Molly tenia las manos en las caderas, su pelo estaba empapado y todavia tenia algunas algas en la cabeza… una vez mas, Jackson penso que nunca habia visto nada tan bello.
– Puede que te besara, pero no era mi intencion hacerlo -musito ella-. Tenia frio.
– Estabas temblando.
– Y tu tambien.
– ?Yo? ?Temblando? -pregunto el arqueando las cejas.
– Si -sonrio, y su rabia disminuyo-. Estabas temblando. Asi que, senor Baird, los heroes tambien tiemblan.
– Yo no temblaba.
