– Si que temblabas, y no podia dejar que muneras de frio. Me causaria muchos problemas.
– ?Te preocupa perder un buen cliente?
– Sin duda. Ya te lo he dicho. Trevor me mataria si regreso contigo muerto. Esa es la unica razon por la que te bese.
– Si, claro.
No habia nada mas que decir. Se deslizaron por el talud hasta caer al agua y cruzaron hasta la otra orilla, uno junto al otro.
Habia mucha intimidad entre ellos. Nadar al mismo ritmo era algo muy intimo. Era como silos dos fueran uno solo…
Llegaron al lugar donde los esperaba un caballo. Encontraron sus botas y las miraron sin conviccion.
– Tengo los calcetines empapados.
– Yo voy a quitarmelos -Molly se sento en el suelo y comenzo a quitarselos. Despues, se volvio y vio que Jackson la estaba mirando-. ?Que? ?Nunca has visto unos pies descalzos?
Por supuesto que si. Pero lo que no sabia era por que, al ver a Molly quitandose los calcetines, habia sentido algo extrano.
– Me ha parecido muy erotico -murmuro, y ella solto una carcajada.
– Esa soy yo. Mata Hari no tiene nada que hacer conmigo. La danza de los siete velos esta pasada de moda.
– Ahora se lleva la de los calcetines mojados -arqueo las cejas-. ?No me acompanas?
– ?En el strip-tease? No creo -se sento, se puso las botas sobre los calcetines mojados, y ella lo miro asombrada.
– Hay modestia, y estupidez. No voy a desmayarme por ver unos pies descalzos.
– No, pero las botas me haran dano si me las pongo directamente sobre la piel.
– No tienes que caminar. Tu caballo esta aqui… ?el mio se ha escapado!
– Puedes montar en el mio.
Ella sonri6.
– Vaya un heroe. Muchas gracias, pero no.
– ?Por que no?
– ?Para que le digas a Trevor que hice volver andando a su cliente? Ni lo suenes. Se lo que vale mi trabajo.
– No le dire nada de eso a Trevor. Por supuesto que vas a montarlo.
– Por supuesto que no.
– Entonces, iremos los dos caminando.
– Eso es ridiculo.
– Ridiculo o no, es lo que hay.
Capitulo 5
Media hora mas tarde, Gregor se alegro al ver que Molly y Jackson se dirigian caminando hacia la casa. Estaban empapados y el caballo estaba situado entre ambos. La yegua habia llegado antes, y al verla, Gregor se habia asustado. No se lo habia dicho a Doreen para no preocuparla, pero habia estado a punto de sacar la bicicleta, a pesar de tener mal la cadera, y de ir a buscarlos para averiguar si estaban bien.
Sin embargo, parecia que ambos estaban bien. Caminaban con tranquilidad y Molly iba riendose.
– ?Lo hemos asustado? -pregunto Molly.
– No, senorita. Bueno, un poco si. No me gusto ver que la yegua venia sin usted. Pense que se habia caido en algun bache.
– No ha pasado nada de eso. Solo que no la ate bien.
– Nos paramos para rescatar a un cachorro de canguro que se habia caido al rio -anadio Jackson, sin dejar de mirar a Molly. Lo tenia fascinado. Seguia pareciendole maravillosa. Estaba empapada y llena de arena. «Cara se moriria si la viera asi», penso de repente. Cara y cualquier otra mujer de su circulo de amigos. Pero a Molly parecia no importarle.
– ?Sam no estaba preocupado? -pregunto ella, y el hombre nego con la cabeza.
– No se lo he dicho. No hay que dar malas noticias antes de que sea necesario.
– Muy astuto.
– ?Y el canguro?
– Intento cruzar el rio por donde habia un monton de ramas, pero era muy inestable.
– Diablos. Ya se donde ha sucedido eso -asintio Gregor-. Ha ocurrido otras veces. Una vez perdi a un ternero de esa manera. Las ramas y troncos se amontonan en ese recodo del rio -hizo una mueca-. Hay que mirarlo cada dia -dijo, y se puso serio.
Molly sabia lo que estaba pensando. Si Jackson compraba aquel lugar, Gregor no se atreveria a ofrecerse como capataz de la granja. Pero tampoco intentaba quitarse la responsabilidad. Se abrazo a si mismo y confeso:
– Esta manana no he hecho la ronda, y debia haberla hecho.
– ?Es el unico hombre que trabaja en la finca a jornada completa? -pregunto Jackson despacio, y Molly noto que Gregor se ponia aun mas serio. «Ya esta. Jackson va a sugerirle que se retire», penso ella.
– Si -Gregor tomo las riendas del caballo y Molly vio que se ponia tenso. Esperaba lo inevitable.
Pero no sucedio.
– Segun las escrituras hay dos casas pequenas en la propiedad -Jackson seguia con el ceno fruncido-. ?Supongo que Doreen y usted viven en una?
– Si. En la casa de los guardeses.
– ?Y la otra?
– Esta vacia.
– ?Pero se podria vivir en ella?
– Oh, si, senor -dijo Gregor-. Es un bonito lugar con vistas a la zona sur del rio. Ha pasado mucho tiempo desde que el capataz de la granja vivio alli.
– Este lugar tiene un capataz -dijo Jackson-. Es usted. Pero necesita mas. Un lugar como este no puede prosperar con trabajos temporales. Necesita trabajo continuo. Lo que necesita es un hombre joven al que pueda ensenar poco a poco, mientras usted va delegando en el. O una pareja. ?Que le pareceria ensenarles?
– Quiere decir, ?ensenarles y luego marcharme?
– No me refiero a nada de eso -dijo Jackson-. Si compro este lugar, necesitare todo los conocimientos posibles acerca de este sitio, y perder a las personas que mas saben seria ridiculo. Aqui habra trabajo para usted y para Doreen siempre que quieran, e incluso si se retiran me gustaria que se quedaran como consejeros.
Era como si hubiera salido el sol.
– ?Lo dice de verdad? -Gregor pregunto con incredulidad.
– Todavia no he comprado el lugar -le advirtio Jackson-. Pero, si. Si lo compro, sera verdad.
– Entonces, Doreen y yo tenemos que conseguir que lo compre -dijo Gregor, y suspiro aliviado-. Entre y vea lo que ha cocinado Doreen. Quiza eso lo ayude a tomar la decision.
El sol tambien habia salido para Molly. Era como si le hubiera puesto una prueba y Jackson la hubiera pasado con muy buena nota.
Si Jackson necesitaba que lo convencieran, Doreen tenia los medios para hacerlo.
Paviova. Brazo gitano. Pastelitos calientes. Molly se detuvo junto a la puerta de la cocina y se asombro al ver el abundante despliegue de comida.
– Mira lo que hemos hecho -dijo Sam sonriendo-. La senora Gray es la mejor cocinera del mundo.
– Ya veo que es cierto -dijo Molly, y miro a Jackson de reojo. Si existia un buen sistema de venta, era ese. Habia pasado mucho tiempo desde la comida, el bano les habia abierto el apetito, y el aroma que invadia la cocina era…
– Fantastico -dijo Jackson, y sonrio primero a Doreen y despues a Sam-. ?Has ayudado a hacer todo esto?
