– ?Perdoneme!
Nadie le hizo caso.
– No suele vestirse de negro -explico Angela-. Suele estar preciosa. Solo que su hermana y su cunado murieron y ella tiene que cuidar de su sobrino… que es un encanto, pero ella se siente responsable. Su prometido y ella estaban ahorrando para comprarse una casa, pero cuando Molly le dijo que tenia que cuidar de Sam, el cretino le dijo que cancelaba la boda. Y todo el dinero estaba a su nombre…, por eso, la primera norma para comprarse una casa es: no fiarse de nadie…, y no me pregunte por que Molly se fijo de ese cretino, pero asi fue, y ahora el tiene todo su dinero y ella no tiene nada. Y entonces… -tomo aire-. Aparece Jackson.
– Jackson -repitio Hannah, y Angela continuo.
– Esta loca por el -dijo, y Molly sintio ganas de esconderse bajo la mesa-. Y el la ha besado.
Esta loca por el», Jackson recordo las palabras de Angela y miro a Molly.
– ?Cuanta gente sabe que te he besado? -le pregunto, y Hannah se rio y contesto por ella.
– Al menos, todo el restaurante -no lo decia en broma pero siguio hablando.
– Molly regreso radiante despues del fin de semana. Es lo mejor que le ha sucedido despues del odioso Michael. Y ahora, publican ese estupido articulo en el periodico -miro a Jackson-. ?Pero no estas comprometido?
– ?No! Y no creo que el periodico dijera que estoy comprometido.
– Entonces, esa tal Cara…
– No es asunto vuestro -Jackson cerro los ojos un instante y despues se puso en pie. Con decision. Las cosas estaban fuera de control y necesitaba tiempo para pensar- Tengo que irme. Senora Copeland, si no esta dispuesta a venderme la granja…
– Oh, si que lo estoy -los ojos de Hannah brillaban con alegria-. Pero todavia no.
– No me gusta que jueguen conmigo -no miraba a Molly mientras hablaba.
– A mi tampoco, querido.
– Entonces, ?que?
– ?Regresa dentro de tres semanas?
– Si.
– Entonces, firmare dentro de tres semanas -le dijo-. En la granja. Despues de que haya conocido a Cara.
– Yo…
– Eso o nada -le dijo ella-. ?Quiere comprar la granja, no es asi?
Asi era. Todos lo sabian. Por un lado, queria olvidarse de ese trato, alejarse de esas mujeres y de los sentimientos que no sabia como manejar. Por otro, sabia que la granja era maravillosa:
– De acuerdo -dijo al fin-. Pero negociare a traves de mi abogado y de nadie mas.
Hannah asintio.
– Pero usted y Cara asistiran en persona dentro de tres semanas… y yo negociare a traves de la senorita Farr, y de nadie mas.
– Yo no voy a regresar a la granja -dijo Molly, y todo el grupo centro su atencion en ella. Todo el restaurante hizo lo mismo.
– Por supuesto que va a ir -le dijo Hannah.
– Ademas, esta ese pequeno asunto de liberar la rana de Sam -dijo Angela-. ?Que mejor motivo para ir hasta alli?
– ?Estas construyendo un Taj Mahal para las ranas y vas a liberarlas? -pregunto Guy.
– No crian en cautividad -dijo Molly.
– Y criar es importante -anadio Hannah-. Emparejarse. Las relaciones…
– ?De las ranas? -Jackson estaba de pie mirandolos-. Ya veo. Es suficiente. Me marcho.
– Yo tambien -dijo Molly. Agarro el bolso y se dirigio hacia la puerta.
– ?Ambos iran a la granja dentro de tres semanas, a partir del sabado? -pregunto Hannah. Molly y Jackson se detuvieron.
Hubo un largo silencio.
«Si no voy, me quedara sin trabajo», penso Molly.
Y Jackson penso que si el no iba se quedaria sin la granja que tanto deseaba.
– Si -dijo Molly.
– De acuerdo -dijo Jackson.
– Excelente -les dijo Hannah-. Y ahora, sugiero que nos sentemos a tomar el postre. La tarta de limon que hacen aqui es deliciosa.
– Creo que ya he tenido bastante -contesto Jackson. Miro a Angela-. Bastante de todo -y se apresuro a salir por la puerta.
Capitulo 10
Eran las nueve de la noche y Molly aun no se habia recuperado de la desastrosa comida de negocios. Sam se habia dormido, pero protestando.
– ?Como podemos tener una casa para las ranas tan estupenda y no terminarla? -pregunto-. Las ranas solo van a estar aqui tres semanas mas y, al paso que vamos, cuando les terminemos la casa, tendran que marcharse.
– La terminaremos antes -dijo Molly, y miro asustada las instrucciones de montaje-. Llamare al acuario -le dijo a Sam mientras lo acostaba-. Enviaran a alguien para que lo haga.
– El senor Baird dijo que el la arreglaria.
– Si, bueno, deja que te diga algo. ?Te has fijado en lo atractivo que es el senor Baird?
– Un… no.
– Confia en mi. Es muy atractivo. Y es hora de que tengas en cuenta algunos consejos, jovencito. Nunca te fies de las personas atractivas.
– ?Ni de las chicas?
– De las chicas tampoco. -pero sobre todo de los hombres», penso Molly.
– Yo pense que vendria -dijo Sam medio dormido-. Me da pena que sea tan atractivo como para no cumplir las promesas.
«Y a mi tambien», penso Molly cuando regreso al salon. «Y si no tuviera responsabilidades, me iria a buscar otra tarrina de helado de Tia Maria». Miro a las ranas de Sam y estas la miraron con interes desde la pequena caja.
– De acuerdo, de acuerdo. No sirvo para construir, pero soy muy buena vendiendo casas. Cuando me vaya a la cama os soltare en el bano. Pero teneis que prometerme que no os acercareis al vater. Aunque no creo que la vida sea tan mala.
Sono el timbre y ella se sobresalto.
«Sera Trevor que viene a matarme», penso, y abrio la puerta dando un suspiro.
– He venido a montar la casita -le dijo Jackson, y entro sin mas.
– ?Que?
– He venido a montar la casita, tal y como prometi.
Ella lo miro pensativa mientras el dejaba la caja de herramientas en el suelo y se arremangaba el jersey.
– Sabes… despues de lo que paso durante la comida… pense que las promesas ya no contaban.
– No te lo prometia ti -dijo el con brusquedad-. Se lo prometi a Sam. Y ahora he traido la herramienta adecuada -Molly miro la caja que habia dejado en el suelo.
– Bonito atuendo -dijo el, y Molly se sonrojo. Llevaba unos pantalones de chandal de color rosa y un jersey a juego. Ambas prendas eran bastante viejas.
– No bromees.
