Pero aquello no importaba, se dijo. Charlotte llevaba su anillo y lo llevaria para siempre. Al dia siguiente se lo diria a todo el mundo y el deberia hacer lo mismo.
– Charlotte y yo nos hemos comprometido- le confeso a Erin.
La mujer lo miro y por un momento dudo, pero aquello duro muy poco. En seguida sonrio, dejo la ropa que llevaba en la mano y se acerco a el, tomandolo de las manos y besandolo en la frente.
– Matt, esos es maravilloso. Estoy muy contenta por ti- retrocedio y lo miro con expresion comprensiva.
Ya ibas a pedirselo anoche, cuando lo del incendio, ?verdad?
– Si-contesto, sorprendido.
Estuvo a punto de contarle el plan entero de Charlotte, pero se lo penso mejor y decidio no hacerlo. Las bodas tardaban mucho tiempo en prepararse.
De hecho, esperaba que tardaran al menos seis meses en casarse.
Erin seguia pensando en Charlotte, sin darse cuanta de que el matrimonio entre ellos seria una amenaza para los ninos.?Charlotte madre!.
– Pobre Charlotte- comento Erin. No me extrana que ayer tuviera tan mal aspecto. Matt, siento mucho que os fastidiaramos todo.
– Bueno, hoy me ha puesto langosta en vez de codornices- replico Matt para quitarle importancia.
– Y pensar que te has perdido la pizza por comer langosta.?Pobre!- solto una carcajada deliciosa. Te aseguro que hemos comido la mejor pizza de Bay Beach.
Matt sonrio. La risa de Erin era contagiosa.
– Si, es una pena.
– Mmm-fuera la respuesta de Erin, todavia sonriente.
Y de repente, Matt no supo que otra cosa decir. Lo unico que podia hacer era pensar en lo atractiva que era su sonrisa.
Era curioso que nunca se hubiera dado cuenta. Quiza era porque estaba prometido, se dijo. De manera que Erin era ya una fruta prohibida para el.
Asi que deberia irse en ese preciso momento. Deberia irse a la cama, en vez de estar alli, mirando como un estupido toda aquella ropa recien comprada.
– ?Seguro que Charlotte os ha comprado todo lo que necesitais?
– Si.
– Te deberia haber comprado algo bonito tambien-comento sin pensar. No puedes llevar solo vaqueros y sudaderas.
– No te preocupes, me gusta vestir asi.
– Pero supongo que saldras a divertirte alguna vez.
– Solo cuando tengo algun dia libre y no creo que vaya a tener ninguno en una buena temporada.
– Yo puedo quedarme algun dia con los gemelos- se ofrecio el, si quieres salir- tomo aire. Manana, por ejemplo. Ha sobrado algo de dinero del cheque del seguro para la ropa. Vete y comprate algo bonito.
– Manana no necesito nada bonito.
– Nunca se sabe.
Matt miro hacia los vaqueros con desagrado y luego fijo la vista en un pijama. Se fijo mejor y vio que en varios, pero todos iguales. Charlotte habia comprado tres pijamas rojos iguales. Dos pequenos y uno grande. Al darse cuanta, no pudo evitar una mueca de disgusto,.
– Y eso esta mal. No se como se le ha ocurrido a Charlotte comprar tres pijamas iguales. Vais a parecer presos o algo por el estilo.
– No digas eso. Estan nuevos y limpios y los ninos no se daran cuenta- respondio Erin, intentando defender a Charlotte.
– Pero yo si me dare cuenta- respondio el.
Erin volvio a reirse.
– Oh, no, no los veras. Los pijamas solo se llevan para dormir, senor McKay. Asi que no hace falta que los veas.
– No quiero verlos. Son horrorosos.
– Son practicos.
– Ademas, deben dar mucho calor y estamos casi en verano. Asi que no os los vais a poner.
– ?Como que no?. Me lo pondre esta misma noche- aseguro ella, con expresion desafiante. O me pongo el pijama o nada. Y…no voy a acostarme sin nada.
Matt se la imagino durmiendo desnuda e inmediatamente se pregunto por que pensaria ese tipo de cosas. Erin con el vestido transparente, Erin desnuda…
?Maldita fuera!. Tenia que salir cuanto antes de alli. Al fin y al cabo, era un hombre a punto de casarse.
– Ya hablaremos de ello manana- prometio, agarrando el paquete con los pijamas. Mientras tanto, ponte la camiseta de ayer o lo que quienas. Esto lo devolveremos manana mismo.
– Si, senos- dijo ella en un tono ligeramente burlon.
Matt hizo una mueca. ?Sabria Erin lo que habia estado pensando?. ?Sabria como se sentia el en ese momento?. De alguna manera, intuia que si.
– Bien, me alegra que me des la razon.
– Pero eso no quiere decir que no este agradecida a Charlotte por sus molestias.
En realidad, no lo estaba, pero no podia decirlo.
Erin se volvio para agarrar los montones de ropa y Matt se quedo mirandola unos segundos. Erin llevaba el vestido de la noche anterior, cuando el incendio. Era azul claro, con motitas amarillas y con dos machas negras que Erin no habia podido quitar. Con manchas o sin ellas, le daba un aspecto…que hacia que las sudaderas y los vaqueros que le habia comprado Charlotte parecieran totalmente inadecuados.
?Erin?
– ?Si?
– Tom me enseno el plano del hogar quemado y me dijo cual era tu habitacion. Asi que entre acompanado de algunos bomberos e hicimos una buena inspeccion. Pudimos salvar algo.
– ?No se quemo todo?
– No, porque el incendio no llego a la parte baja del dormitorio. Asi que encontramos esto.
Matt saco del bolsillo del pantalon un collar de perlas.
Erin se quedo mirandolo y dio un paso inseguro, como si no creyera lo que estaba viendo.
– El collar de mi madre- susurro.
– Es lo unico que vimos.?Tenias muchas mas joyas?
– no, era lo unico que tenia. ?Oh, Matt!-exclamo.
– Siento que no hayamos podido sacar nada mas.
Erin agarro el collar y levanto los ojos hacia Matt.
Este se dio cuenta de que los tenia llenos de lagrimas. Luego, antes de que Matt se diera cuenta, Erin lo rodeo con sus brazos, se puso de puntillas y lo beso en los labios.
Fue un beso de gratitud…nada mas. Entonces, ?por que Matt perdio toda sensacion de realidad y la agarro por la cintura para besara el tambien?. ?Por que sintio que sumando se estaba desestabilizando por completo y para siempre?
Matt no podia explicarlo.
Solo podia sentir el cuerpo de Erin entre sus manos. El modo en que la boca de ella se unio a la suya. El cabello de Erin enredandose con el de el. Sus senos contra su pecho…su olor…
Matt no entendia que le estaba sucediendo, pero cuando ella se aparto, el sintio que se moria de ganas por volver a abrazarla.
– Oh, Matt, gracias- susurro ella con lagrimas en los ojos.
Y esas lagrimas, lagrimas verdaderas, amenazaban con derramarse por sus mejillas. Se las limpio, casi con rabia y luego agarro la ropa, que apreto contra su pecho como para defenderse.
– Buenas noches, Matt
cuando Erin se fue, llevando la ropa y el collar, Matt se la quedo mirando, preguntandose pro que la habia besado.
El solo habia devuelto un collar a su dueno.