– Tengo que llevar a Cecil al concurso- explico Matt. Dura dos dias, asi que pasare solo una noche fuera. No sabia que pensabas venirte, Charlotte.

– He conseguido encontrar un hotel. El Royal es muy caro, pero tenian habitaciones libres- solto su risa habitual y Erin sintio un escalofrio. Pense…ahora que estamos prometidos, tenemos que hacerlo todo juntos.

Los ninos se encogieron y Erin hizo lo mismo.

Y parecio que a Matt la idea le resulto igual de desagradable que a ellos tres. Esbozo una sonrisa forzada y se levanto para llevar su plato al fregadero.

– Bueno, estupendo- se volvio hacia Erin. Como ha venido Charlotte, puedes marcharte. Vete al centro y comprate la tela.

– ?Para que quieres comprar tela?-quiso saber Charlotte. Te compre todo lo que pense que necesitarias.

– Y es muy bonito- contesto Erin.

Matt hizo un gesto negativo con la cabeza.

– Charlotte, so todo lo que tuvieras te hubiera despararecido en un incendio,?crees que se podria reemplazar en un solo dia de compras?. ?no te parece que Erin puede querer comprarse algo mas?

– Yo creo…

– Marchate, Erin-repitio Matt.

– Limpiare esto y los ninos vendran conmigo.

– No- la voz de Matt fue implacable. Se acerco a ella, le puso ambas manos en los hombros y la llevo hacia la puerta. Charlotte, los ninos y yo limpiaremos la casa y luego seguiremos con el ganado. Estaran tan ocupados, que no te van a echar de menos.

Asi que no quiero que vuelvas hasta que cierren las tiendas. Vete.

Erin miro preocupada a los gemelos, pero Matt se mostro inflexible.

– Si estan tan seguro…

– Estoy seguro. Y Charlotte tambien. ?No, carino?

– Por supuesto-contesto ella, sin salir de su perplejidad.

– Ve y haz tus compras, Erin. Yo me hare cargo de tu trabajo.

Erin fue todo el trayecto agarrada al volante, tratando de controlar su rabia. ?Que demonios habia visto Matt en aquella mujer?. ?No se daba cuenta de como era en realidad?. Era encantadora con el, pero horrible con los que consideraba poco importantes.

Claro, que eso no era asunto suyo, se dijo al entrar en Bay Beach. La vida amorosa de Matt solo era asunto de el.

En ese momento, vio a Shanni saliendo de una tienda y su cara se ilumino. Shanni era una buena amiga. Como Erin, procedia de una familia humilde y Charlotte la habia despreciado desde hacia mucho tiempo, igual que a Erin.

– ?Donde estan los ninos?

– Estan con mi madre. ?Nos tomamos un cafe y charlamos un poco?

– Claro. Pero te advierto que te voy a hablar de una bruja.

– ?De quien se trata?

En la granja el que empezaba a perder la paciencia era Matt. Habia llenado el remolque de heno y los gemelos lo habian ayudado alegremente, pero cuando se encaminaron hacia los pastos, Charlotte decidio acompanarlos.

Luego, cuando William levanto su primera palada de heno del remolque, y no era una hazana pequena para un nino, ella le dijo como hacerlo bien.

– El ganado lo pisoteara si lo pones en fardos grandes- le explico secamente a William. Espera a que Matt corte la cuerda que lo sujeta y levanta un cuarto cada vez.

William Entonces se puso serio. Luego se fue detras del remolque y Henry decidio hacer lo mismo. Se quedaron ya todo el tiempo sin saber que hacer y esperando volver a cas. Charlotte les regano y Matt trato de arreglar las cosas, pero los ninos no quisieron entrar en razon.

– Te alegraras de marcharte manana- le dijo Charlotte a Matt. Los ninos son muy gracioso durante un tiempo, pero luego cansan mucho.

– Estos ninos son muy buenos.

– Si fueran buenos, habrian sido adoptados ya hace mucho tiempo.

– ?Callate!- Matt miro al os ninos, tratando de averiguar si la habrian oido. Ten cuidado con lo que dices.

– Es solo la verdad- insistio Charlotte. ?Por el amor de Dios, si hasta han quemado una casa!. Deberian estarte agradecidos, en vez de comportarse como dos caprichosos.

Matt no dijo nada mas, pero penso que no estaban siendo unos caprichosos y trato de bromear con ellos para que se animaran. Cuando terminaron con el heno, Matt se acerco a ellos.

– Venida a ayudarme a cepillar a Cecil- le dijo. Ya estara seco y necesita que lo cepillen bien, si quiere ganar el concurso.

– Oh, Matt, como si supieran como cepillar a un toro…Yo os ayudare.

– Ninos…

– Quiero ir a ver la television-dijo entonces Henry.

William se mordio el labio inferior y no dijo nada.

– Me gustaria mucho que me ayudarais.

Nade dijo nada.

Erin volvio a la granja de mejor humor. No habia nada mejor que poder hablar con una amiga, penso al entrar en la finca. Eso, un par de metros de tela bonita, unos zapatos nuevos y un frasco de su perfume favorito, que le habia regalado Shanni, era suficiente como para enfrentarse de nuevo al mundo.

Y a Charlotte.

La pareja estaba en la cocina. Erin abrio la puerta y se dio cuenta de que estaban hablando de ella, pero que, nada mas verla, se callaron y Matt se mordio el labio.

Y, al parecer, no estaban diciendo nada bueno, penso Erin. Pero, ?cuando habia hablado Charlotte bien de ella? ?o de alguien que tuviera menos dinero que ella?

– Hola- saludo alegremente, decidida a mantener su estado de animo. Tuve que venirme porque no podia comprar nada mas.

– ?Compraste todo eso con el cheque?-pregunto Charlotte con cara de incredulidad y moviendo la nariz.

Ese es el perfume que lleva Sally. Es caro. ? Y te has comprado un vestido en Della?s?

– Bueno, no siempre me visto con la ropa que les sobra a los demas- contesto Erin con calma, dejando los paquetes en el suelo. Hasta he tenido dinero para comprarme ropa interior de encaje- anadio maliciosamente. Porque una mujer nunca sabe…Por cierto,?Donde estan los ninos?

– Viendo la television-contesto Charlotte, enfadada. Apenas han hecho nada en todo el dia.

– Me imagino que estarian cansados- respondio Matt, que estaba tratando de no imaginarse a Erin en ropa interior de encaje.

Pero Erin se habia ido ya, dejandoles a solas.

Si Matt era tan tonto como para creer que estaba enamorado de Charlotte, entonces se merecian el uno al otro.

Los gemelos no estaban viendo la television.

Erin fue a su dormitorio y luego los busco por toda la casa, pero no estaban en ninguna parte. Finalmente, volvio a la cocina.

– No estan en la casa.?Donde pueden haberse ido?-le pregunto a Matt

– Estaban viendo la television-contesto el, yendo apresuradamente hacia el salon.

La television estaba encendida, pero, efectivamente, los gemelos no estaban alli.

Se miraron el uno al otro sin decir nada y salieron corriendo.

Erin fue al rio.

Era su regla de oro; antes de nada, mirar en los sitios mas peligrosos. Es decir, el rio y el almacen. Asi que ella se fue al rio y Matt al almacen.

No estaban, pero Erin vio algo que la hizo quedarse inmovil.

?No!

Miro a la casa y sus temores se vieron confirmados. Vio a Matt saliendo del cobertizo donde tenian a Cecil con

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