– Para que el senor y la senora Cole se fueran a vivir a otra parte y dejaran de molestarte.

?Era lo que le faltaba!. Estaba completamente agotada, tanto fisica, como psiquicamente, y en ese momento tambien tenia que contener las lagrimas.

Aquellos ninos eran terribles, pero siempre habia algun motivo para sus travesuras. Tenian un corazon pequeno, pero bueno.

Haciendo un esfuerzo se puso seria y los abrazo a ambos.

– Tuvimos mucha suerte de que el senor McKay nos salvara. ?Me prometeis que nunca mas vais a jugar con cerillas ni petardos?. ?Ni siquiera para asustar a Pansy?.

– Te lo prometemos- aseguro Henry.

Erin lo miro a los ojos y se dio cuenta de que lo decia sinceramente.

Ya no habria mas bombas. Otra cosa, seguro, pero no una bomba.

Los arropo, les dio otro abrazo y se pregunto donde estaria Tigger. Los ninos lo amaban y cuando se enteraran de que se habia quemado…Preferia no pensarlo.

En ese momento, oyo pasos detras de ella y alzo la vista. Matt estaba en la puerta. Estaba limpio y su impresionante cuerpo estaba muy bronceado. Se habia puesto unos pantalones limpios y una camisa.

Volvia a ser el vaquero que ella habia conocido.

Charlotte era una mujer con suerte, penso Erin de repente. Aunque fuera de una clase diferente a la suya, Matthew McKay era un buen candidato a esposo.

Y no solo era guapo, con sus rizos castanos con mechas rubias por el so, su piel acostumbrada al aire libre y su cuerpo fuerte. Sus ojos marrones tambien estaban llenos de amabilidad. Llevaba en la mano dos tazas, que dejo sobre las mesillas de noche para los chicos.

– Mi abuela siempre decia que la mejor medicina en los momentos dificiles era un buen vaso de leche caliente- les explico a los gemelos. Asi que os he traido uno y hay otro para Erin cuando se duche- entonces sonrio a la mujer. Fue una sonrisa que provoco en ella toda una serie de sensaciones. Ahora me voy. Nos encontraremos en la cocina cuando termines.

?Maldita sea!. Debia estar mas cansada de lo que pensaba, porque la amabilidad de el estaba a punto de hacerla echarse a llorar.

– Tambien os he traido mi cuento favorito cuando era pequeno- al decirlo, les mostro un libro que llevaba debajo del brazo. Es sobre inventos. Asi que propongo que te vayas a duchar mientras yo me quedo leyendoselo.

– Tu garganta…

– Me duele- termino Matt, como me imagino que te dolera a ti la tuya. Pero este libro tiene muchas ilustraciones y solo vamos a tener que mirarlas- los ninos lo observaban nerviosos desde la cama y el les sonrio carinosamente. ?Os parece bien?. Es un poco injusto que nosotros estemos ya duchados y Erin no.

Los ninos se lo pensaron en silencio y luego asintieron a la vez…

– Muy bien- la sonrisa de Matt se hizo mas amplia y se sento al lado de Erin.

– No se tu, pero yo estoy totalmente agotado y, cuanto antes los dejemos dormidos, antes podremos irnos a la cama nosotros tambien.

Era cierto.?Entonces pro que sus palabras la hicieron enrojecer?. Se levanto y fue al cuarto de bano. ?Por que seguiria teniendo ganas de llorar?.

Cuando termino de ducharse, los gemelos estaban profundamente dormidos. Envuelta en una de las enormes toallas de Louise, Erin los observo y penso que para despertarlos haria falta otra bomba. Ella tambien estaba cansada.

Matt le habia dicho que se encontrarian en la cocina, pero no podia ir solo con una toalla. Y tampoco podia ponerse su ropa, porque estaba muy sucia, asi que se puso una bata que encontro entre las bolsas que le habian dado y fue a reunirse con el.

La casa era enorme. Debia tener seis o siete habitaciones, penso mientras andaba descalza por el pasillo. Antes de llegar a la cocina, Matt salio de repente y ella dio un respingo.

– ?No soy un fantasma, tranquila!- le puso la mano en los hombros para tranquilizarla. Se te ve cansada.

– Tu tambien debes estarlo- Matt tenia los ojos rojos todavia y la herida de la frente se le habia hinchado. De hecho, tienes mucho peor aspecto que yo.

– Tengo que admitir que es cierto- sonrio y la miro de arriba abajo. ?Que haces con una bata que parece disenada para mi abuela?.

Erin solto una carcajada. La bata era enorme y por detras se le formaba una especie de cola.

– ?Claro, pero si has debido de perder toda la ropa!. Y asi habia sido. Erin no habia tenido tiempo de sacar nada y la mayoria de sus pertenencias se habian quedado en el edificio en ruinas. Sin embargo…

– Solo eran cosas y las cosas pueden sustituirse.

– Eres una mujer muy valiente.

– No, nunca he tenido tanto miedo en mi vida como esta noche. Pense que iba a perderlos.

– ?A los ninos?.

– Si.

Iban caminado hacia la cocina, y al llegar a ella se relajo. A diferencia del resto de la casa, esta si tenia un aspecto acogedor y hogareno. El suelo y el mobiliario eran de madera antigua e incluso habia un sofa mullido en el que daban ganas de hundirse. Tambien habia un perro, un collie, que la miro al entrar.

Movio su cola perezosamente y luego se tumbo en el suelo para seguir durmiendo.

Aquello era un hogar, penso Erin. Un verdadero hogar.

?Maldita fuera, otra vez le habian entrado ganas de llorar!. Y el miedo le habia quitado toas las fuerzas.

Necesitaba irse a la cama, pero…

– Te he preparado chocolate caliente y un conac- le dijo Matt. Ya se que les dije a los ninos que tomariamos leche caliente, pero necesitamos algo mas fuerte. Incluso me he tomado una tostada. ?Te apetece comer algo?. ?No?. Pues entonces tomate el chocolate y vete a dormir.

Matt se volvio para servir las tazas.

– Los quieres mucho, ?verdad?- le pregunto, de espaldas a ella.

– ?A quien?.

– A los gemelos.

Cuando Matt termino, se volvio y le hizo un gesto para que se sentara. Erin obedecio y agarro la taza entre las manos para que su calor le diera energia. Luego penso en los gemelos.

.-Me gustan mucho.

– Ya se que trabajas para el orfanato, pero supongo que no tienes por que encarinarte con los ninos a los que cuidas.

– ?Te refieres a que me de igual si salen ardiendo?.

– No quiero decir eso. Me refiero a que estos ninos, en concreto, son diferentes para ti. ?no?.

– Eso creo.

– ?Por que?.

Eso era algo dificil de contestar. Penso en ello y le dio una respuesta facil.

– Probablemente es porque han estado conmigo mas que el resto. En general, los ninos no suelen estar mucho tiempo en el orfanato. En cuanto encontramos a una pareja que quiera adoptarlos, se los llevan. Antes, en los orfanatos, habia muchos ninos. Ahora no.

Nos los traen solo para cortos periodos de tiempo, como Tess y Michael, o el bebe que Lori se ha llevado. Esa nina solo estara en el orfanato mientras su madre se decide si va a quedarsela o a darla en adopcion.

?y los gemelos?

– Ese es el problema. No encontramos a nadie que los quiera.

– ?Por que no?

– No lo se.

– Mentirosa.

Erin se encogio de hombros y esbozo una sonrisa triste.

– No, no soy una mentirosa y me parece dificil contesta. Son unos ninos adorables, solo que algo complicados de tratar. Cansan a la gente ?Entiendes?.

– No, no entiendo.

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