– No puede culpar a los ninos por los pecados de su madre. Ademas, los abandono.
– Lo cual dice bastante de los chicos- contesto convencida la senora Gregory. Si esa mujer, una cualquiera, no pudo hacerse con ellos…
Matt se quedo pensativo.
– Senora Gregory, ?que le parecen unas vacaciones?. Como Erin esta aqui, supongo que entre los dos podremos encargarnos de la casa.
– Esa chica no hara nada. Ni siquiera se dara cuenta del desorden. Conozco bien a esa clase de chicas.
– No diga eso.
Era evidente que su madre, Charlotte y la senora Gregory Habian decidido catalogar a Erin para siempre a causa de su padre.
Finalmente, le pidio a la senora Gregory que hiciera las tortitas, un deber mas como cristiana, y llego a un acuerdo para que no volviera a la casa mientras no se lo pidiera el.
Asi que en ese momento, estaba llevando la bandeja al dormitorio con la satisfaccion del que ha conseguido un triunfo. Cuando vio la mirada de gratitud de Erin, su sensacion de bienestar aumento.
Pero seguia pasando algo. Algo grave. Los gemelos se mostraron educados, mas o menos, pero empezaron a comer con expresion afligida.
– ?Les has reganado por el fuego?- le pregunto Matt a Erin cuando esta fue hacia el balcon con su desayuno.
Lo habia hecho para poder hablar con Matt sin que los gemelos los oyeran. El se habia dado cuenta de su intencion y la siguio fuera. Ambos se pusieron de espaldas a los ninos, comio si estuvieran observando con gran interes al ganado.
– Por supuesto que no les he reganado- contesto ella finalmente. Ya estan demasiado asustados sin que les diga nada. ?Que clase de mujer piensas que soy?.
– Una muy buena.
Erin sonrio, pero fue una sonrisa breve y Matt adivino que seguia pensando en los gemelos.
– No es verdad. Algunas veces pienso que no soy lo suficiente buena. Ellos necesitan tanto…
– ?Por que estan tan tristes?.?Siguen asustados?.
– No. Es que tenian un tigre de trapo que adoraban y se han enterado de que seguramente se ha quemado,.
– Espera- dijo Matt, saliendo de la habitacion a toda velocidad.
Poco despues volvio, llevando algo en la mano con cuidado para no mancharse. Era un juguete parecido a… Tigger y estaba manchado de negro y empapado.
– ?Tigger!.
No habia terminado de decirlo Erin, cuando los ninos se levantaron corriendo y se acercaron a Matt. Agarraron lo que este les entregaba con una sonrisa de felicidad imposible de imaginar.
Erin miro a Matt como si hubiera hecho un milagro.
– ?Como demonios rescataste a Tigger?.
– No pensaba hacerlo. Ellos me lo dieron durante el incendio y me lo meti bajo la camisa, olvidandome de el.
Erin se sintio feliz mientras los gemelos inspeccionaban su sucia mascota con amor. Al parecer, les daba igual el lamentable aspecto que mostraba el jugote.
– ?Como es posible?.
Matt sonreia, tratando de ignorar el modo en que Erin lo miraba y lo que aquello provocaba en el.
– La doctora Emily tambien ha contribuido. Lo vio cuando me estaba examinado y me dijo que lo guardara. Luego se me olvido hasta que, al irme a duchar anoche, me abria la camisa y se cayo al suelo. Casi me da un infarto.-Ya me imagino- Erin sonrio. Tenemos suerte de que no lo hayas tirado.
– Podria haberlo hecho- miro a los gemelos, que se habian sentado de nuevo en la cama y habian puedo a Tigger sobre sus rodillas. Cada uno tenia un extremo del juguete sobre sus rodillas. Pero anoche, tanto la doctora Emily, como yo, teniamos la impresion que era importante conservarlo.
– No tienes ni idea de cuanto- admitio Erin, con los ojos brillantes.
Y aquel brillo estaba provocando en el algo verdaderamente espectacular. Pero no le dio tiempo a analizar lo que era exactamente porque la conversacion se vio interrumpida cuando alguien llamo a la puerta.
Erin penso que aquella manana estaba siendo accidentada. Pero tenian a Tigger y con Tigger podian enfrentarse a todo.
Cuando descubrio que era Charlotte, Erin se dijo que quiza podrian enfrentarse a todo, salvo a esa mujer. Al consultar su reloj, vio que eran las nueve de la manana. ??Y ni siquiera se habia vestido!.
– Hola, Charlotte- la saludo Matt.
La recien llegada le dirigio una de sus sonrisas mas compasivas. Parecia sentirse como la heroina que corria a salvar a su heroe e inmediatamente asumio un papel practico y eficaz.
– La senora Gregory me ha dicho que a los ninos les has traido su desayuno a la habitacion.?Por que diablos no han bajado a desayunar a la cocina?. Por lo menos alli se puede fregar el suelo.
Entonces la mujer miro a los ninos y vio a Tigger.
– Pero…pero, ?Que demonios es eso?.
– Es Tigger- contesto Erin con una sonrisa de felicidad que ni siquiera Charlotte podia haber borrado, que esta un poco manchado del incendio, como todos. Hola, Charlotte. ?no es una manana maravillosa?.
– Me imagino que si- contesto Charlotte, incomoda. Miro a Erin de arriba abajo. ?Y que es eso que llevas puesto?
– Creo que es un modelo del senor Harbiset- contesto Erin, que se negaba a sucumbir ante Charlotte. Me parece que es el unico aqui que usa esta talla y la senora Harbiset siempre nos da ropa para el orfanato- dio un giro de bailarina y la falda se elevo, revelando sus piernas desnudas. ?no es estupenda?. ?Crees que es un estilo que se pondra de moda?
Charlotte consiguio esbozar una sonrisa y luego se volvio hacia Matt, olvidandose de Erin y los gemelos.
– Matt, carino, he hablado con mis padres- el tono aseguraba que habia solucionado todos sus problemas.
Y han reaccionado estupendamente. Me han dicho que el orfanato puede usar sus establos hasta que el edificio sea reconstruido.
– ?Sus establos?- repitio Matt, arqueando las cejas educadamente.
– No me refiero propiamente a los establos, tonto- soltando una carcajada, pero mirando a los gemelos como si se estuviera preguntando si unos establos de verdad no serian el mejor sitio para ellos. No. Me refiero a la habitacion que hay justo encima de ellos. Antes, cuando teniamos caballos, dormian alli los trabajadores que se encargaban de ellos. Pero ahora no hay nadie alli.
– Es un buen detalle por parte de tu padre- contesto Matt. Pero esas habitaciones se construyeron para alojar a los mozos.?no?.
– Si.
– Entonces seran bastante…incomodas y frias.
– Si, pero estamos casi en verano- insistio Charlotte con una sonrisa luminosa. Tiene una pequena cocina y un dormitorio con bano. Todo lo que necesitan.
– ?Un dormitorio?.
– Si.
– ?Entonces Erin tendra que compartir el dormitorio con los ninos?
– Claro, cielo.
Charlotte dirigio a Erin la mejor de sus sonrisas.
Sonrisa que fue ampliandose pro momentos. Todos sus problemas se habian solucionado y ademas habia ayudado a Matt.
– A ella no le importara, carino. Cuidar de los ninos es su trabajo. ?no es asi Erin?.
– Es cierto, y te estoy muy agradecida. Pero me temo que no puedo aceptar ninguna oferta antes de que nuestro director decida que debemos hacer. Mientras tanto, si Matt nos sigue ofreciendo su casa…
– ?Cuando vendra el director?.
– Me imagino que hoy por la manana- contesto Erin, consultando el reloj.