senor Ward.
– Estoy intentando hacer lo correcto.
Ula lo miro con desaprobacion.
– Esta intentando enmendar el pasado y eso no esta bien, senor Ward. Cathy no es Evelyn, y por mucho que haga ahora no va a conseguir devolverle la vida a su esposa.
Ula siempre hablaba con franqueza y aquella ocasion no era una excepcion. Stone tuvo que tragar saliva para no mostrar sorpresa ni ponerse a la defensiva.
– Tan perceptiva como siempre, Ula -concedio-. Admito que hay ciertas similitudes entre la situacion de Cathy y la de Evelyn, pero se que son dos mujeres distintas. Nada podra devolverme a Evelyn -ni consolarle por lo que habia hecho-. Cathy solo necesita un pequeno empujon en su vida, y yo puedo darselo.
Ula se inclino hacia delante.
– Senor Ward, tiene que pensar bien lo que esta haciendo. Cathy es una joven encantadora, con todas las cualidades que ha descrito antes: brillante, trabajadora y alguien en quien se puede confiar. Es muy leal, pero tambien joven e inexperta. Para ella, usted es un hombre tragicamente romantico. Se enamorara de usted. Puede que ya lo este. Entonces empezara a sonar sin saber que usted es incapaz de quererla, y eso le rompera el corazon y la obligara a marcharse. Seria mejor que la dejase marchar ahora.
Las palabras de Ula lo sorprendieron profundamente. No queria pensar en que Cathy pudiera llegar a quererlo, porque el no queria amor. No queria sentir nada por nadie. Estar solo era mucho menos arriesgado.
– Estas exagerando. Somos amigos, nada mas.
El recuerdo de aquel beso se entrometio, pero Stone lo aparto con determinacion. Habia sido un incidente que no iba a volver a repetirse.
– Solo porque no quiera reconocer la verdad, no va a cambiar las cosas. No estoy diciendo que no deba quererla. Es usted un buen hombre en muchos aspectos, pero las cicatrices van mucho mas alla de la mejilla, y los dos lo sabemos. Nunca sera capaz de darle lo que ella se merece.
La verdad era tan fea como su cara. ?Cuanto tiempo llevaria Ula viendolo con aquella claridad?
– Cathy no es un juguete -continuo-. No puede jugar con ella hasta que se canse para despues, tirarla a la basura. No creo que sea capaz de hacer algo asi deliberadamente, pero es un problema potencial. Ha visto a Evelyn en ella, y quiere encontrar la forma de compensar lo que ocurrio antes.
– Estoy ofreciendole una oportunidad, y sin ella, volvera a ese trabajo del servicio de contestadores que no puede llevarla a ninguna parte. ?Es eso lo que quieres?
– ?Y que pasara cuando se enamore de usted?
– No lo hara.
No podia. El no era merecedor de ese amor, y no podia arriesgarse a sentir nada por ella. Habia querido a Evelyn y, al final, el habia sido la causa de su muerte.
Ula junto las manos.
– No puede protegerla como si fuese la princesa de un cuento. No esta bajo ningun hechizo y esto no es un castillo encantado. Necesita saber la verdad. Lo merece. Al menos deje que sea ella quien elija.
– Ya ha elegido, y quiere trabajar para mi.
Ula lo miro en silencio y Stone se obligo a permanecer sentado cuando lo que necesitaba era pasearse por la habitacion. Las palabras de su ama de llaves estaban dando en el blanco.
– ?Sabe la verdad sobre Evelyn?
– Sabe lo del accidente, si te refieres a eso.
– No. ?Sabe que se culpa por lo ocurrido?
– En cierto modo.
– Ya. ?Y sabe lo que sentia usted por su esposa?
– Sabe que estabamos muy unidos y que era mi mejor amiga.
Los ojos de Ula se oscurecieron demasiado y su expresion se endurecio.
– Asi que no va a decirselo.
– ?Decirle que? Estas haciendo una montana de un grano de arena.
– ?Ah, si? -Ula se levanto-. ?Y que hara cuando se enamore de usted? No creo que luego le de las gracias por haberle destrozado el corazon, porque eso es lo que va a ocurrir, y los dos lo sabemos. Aunque quisiera hacerlo, usted no es capaz de quererla.
Y dicho esto, salio de la habitacion.
Stone se quedo mirando la puerta y despues volvio su atencion al paisaje que tenia a la espalda. Por una vez, aquella extension de mar y el cielo no fue un consuelo para el. Ula se equivocaba en muchas cosas. Aquello no era un cuento de hadas. No habia castillo, aunque si una bestia. Cathy era libre de entrar y salir a su antojo, y habia decidido trabajar para el con los ojos bien abiertos. Le habia ofrecido la oportunidad de su vida.
Y en cuanto a lo de enamorarse de el… no era posible. El no era hombre capaz de inspirar esa clase de sentimiento. Era demasiado retraido, estaba demasiado marcado para resultar atractivo para nadie.
?Y el beso?, le pregunto una voz interior, pero el le resto importancia recordandose que habia sido una reaccion mezcla de gratitud y la union de dos adultos que se encontraban en un momento determinado. Nada mas.
Y eso tenia que ser cierto, porque Ula tenia razon en un punto importante: el no podria volver a correr el riesgo de amar.
Y volvio a su ordenador y empezo a trabajar, haciendo caso omiso de la quemazon que sentia en el estomago y que le dejaba en la boca un sabor sospechosamente parecido al de la culpa.
Capitulo 10
Cathy se detuvo junto a la puerta del despacho de Stone. A pesar de todo el tiempo que habian pasado juntos, estaba nerviosa. Seguramente porque aquel dia era distinto. Habia dejado de ser solo una amiga, o alguien a quien el estaba ayudando a recuperarse del accidente. Aquella manana era ya su empleada.
– Puedo hacerlo -susurro. Se habia repetido aquella frase unas doscientas veces durante los ultimos dos dias. Hasta aquel momento no habia logrado convencerse, pero terminaria por hacerlo. Alcanzaria el exito porque la alternativa era impensable. El proyecto era demasiado importante para fallar.
Se paso la mano por la parte delantera de sus pantalones. Se habia comprado dos pares, junto con dos sencillas blusas y unos zapatos planos. Aquella ropa era completamente distinta a los vaqueros sueltos y las camisetas que solia llevar, y la combinacion de alimentos bajos en calorias con el programa de ejercicios de Pepper hacian notar sus resultados. Entre eso y su nuevo corte de pelo, se sentia casi bonita, quizas por primera vez en su vida.
– Eso esta bien -se dijo-, porque hoy voy a necesitar toda la confianza que pueda conseguir.
Llamo con firmeza a la puerta del despacho de Stone y entro.
El ya estaba trabajando y al verla entrar, sonrio. Cathy sintio que el estomago se le contraia. Estupendo. Menudo comienzo. Cada vez que creia tener la situacion bajo control, ocurria algo que lo cambiaba. Como en aquella ocasion, que sus nervios eran una mezcla de tension del primer dia y de recuerdos del beso que habian compartido.
– Buenos dias -dijo el, y miro su reloj-. Apenas son las ocho, Cathy. No te esperaba tan pronto.
Ella se encogio de hombros.
– No estaba segura de a que hora querias que viniera, y sabia que tu vendrias pronto.
Segun Ula, apenas dormia. Y tampoco bebia ni comia mucho. El trabajo era toda su vida, y ella habia empezado a preguntarse si no se deberia a que el trabajo era lo unico en lo que podia confiar.
– ?Que te parece si establecieramos las ocho y media como la hora oficial de comenzar a trabajar? -sugirio, al tiempo que se ponia en pie-. Prefiero que te quedes hasta algo mas tarde a que empieces temprano. Tengo gente en la costa este que se ocupa de la apertura del mercado, pero no la suficiente para cubrir las incidencias internacionales en el lejano Oriente. Por aqui.
Stone abrio una puerta lateral de su despacho y Cathy lo siguio a otra habitacion.