Stone cubrio su mano con la suya.
– Tenemos un programa de asistencia para los empleados de la compania -le dijo-, y en el se contempla el caso de los empleados que quieren ir a la universidad mientras trabajan. Cuando estes ya mas familiarizada con tu trabajo y tus responsabilidades, creo que deberias informarte. Tienes mucho que ofrecer, y seria una pena que lo malgastases.
Cathy lo miro a los ojos. No sabia lo que habia hecho para merecer su generosidad, pero se lo agradecio de todas formas.
– Gracias.
Y con eso basto, porque Stone apreto su mano y la solto, para proceder a ponerla al dia en lo ocurrido aquella manana en la bolsa. Cathy asintio y hasta fingio comprender de que demonios estaba hablando.
Cathy llamo a la puerta.
– Adelante -contesto Stone.
Entro en su despacho con un monton de expedientes. Stone miro el reloj y vio que eran las tres y diez de la tarde. Solian mantener sus reuniones alrededor de las tres o tres y media.
– Has estado muy ocupada -dijo mientras ella dejaba los expedientes en la esquina de su mesa.
– Lo se -contesto con una sonrisa-. Aqui tienes los detalles de la reunion -dijo, entregandole el primer expediente-. Max me los envio esta manana. Se lee bastante bien, aunque la maquina sigue haciendo un ruido rarisimo. He llamado a los de asistencia tecnica, y me han dicho que vendran hacia las cuatro. Por otro lado, hay dos problemas de personal, ambos con ejecutivos, asi que ahora son problema tuyo.
Dos expedientes mas pasaron de la pila de ella a la de el. Stone se recosto en su sillon y entrelazo las manos bajo la nuca.
– Sigue, sigue.
– Es lo que pienso hacer, descuida, porque todo esto es para ti -otro expediente-. Esta es la investigacion que he hecho via Internet sobre la compania que estas pensando adquirir. Su estructura es un poco fragil, pero no se si eso es importante. Y esto es el informe del analista sobre TPO.
El ultimo expediente paso de su monton al de el.
Stone se echo a reir.
– Confiesalo, Cathy: cuando empezaste hace un mes, no sabias diferenciar el TPO de un modelo de lavadora.
Cathy se sento en la silla que habia frente a su mesa y sonrio.
– Tienes razon. Todavia no me he olvidado de la comida que compartimos el primer dia. Tu no dejabas de hablar de la bolsa, y para mi era como si me hablases en arameo. Pero he estado leyendo todo lo que he podido. Un TPO es el primer ofrecimiento al publico de una emision de valores. Es cuando una empresa privada sale a bolsa por primera vez.
– Muy bien.
Pero su mejora en conocimientos no era el unico cambio. Llevaba un vestido color crema que apenas le llegaba a las rodillas y que dibujaba perfectamente sus curvas, cuya contemplacion solia dejarle a el en un estado bastante incomodo.
Empezaba a trabajar puntualmente a las ocho y media, pero se levantaba mucho antes. Solia verla salir de la casa hacia las seis y media para correr por los alrededores. Entre su nuevo corte de pelo, su renovada figura y la forma en que se maquillaba, habia cambiado muchisimo en tan solo tres meses. No quedaba ni rastro de la rolliza y triste joven que lo enganaba por telefono.
– Me estas mirando sin pestanear -le dijo ella-. ?Es que tengo algo entre los dientes.
– En absoluto. Solo admiraba los cambios. Corres todos los dias, ?no?
Ella asintio con un ligero rubor.
– Le prometi a Pepper que no dejaria de hacer ejercicio. He perdido casi quince kilos y ahora utilizo la talla con la que siempre sone -hizo una pausa y despues se inclino hacia delante, como confiando en el-. He estado pensando en ir a un gimnasio. Hay unos cuantos por aqui y quiero empezar a hacer pesas. Me gustaria tonificar los musculos un poco. Quizas trabajar la definicion de los brazos.
Habia ganado en clase y confianza, pero seguia siendo tan divertida como siempre. Le complacia haber tenido algo que ver en aquellos cambios. Su mundo se habia abierto, y eso era lo que el pretendia. Curarla.
– Puedes utilizar mi sala de aparatos si quieres -le dijo-. Las maquinas son muy sencillas, y si quieres puedo hacerte una demostracion para que veas como funcionan.
Una lucecilla se encendio en sus ojos. Stone no sabia bien que significaba, y no se atrevio a preguntar. ?Afecto, quizas? Le gustaria que sintiera afecto hacia el, porque el ya lo sentia por ella. Trabajaban juntos y eran amigos, Ula se habia equivocado. No habia evidencia alguna de que Cathy se hubiera enamorado de el. Es mas, Cathy lo veia como una combinacion de hermano mayor y benefactor.
Ojala sus propios deseos fuesen diferentes. Ojala el fuese diferente. Ojala la razon verdadera por la que no podia tener nada con Cathy fuese diferente.
– Gracias -dijo Cathy-. Me encantaria. Como esta muy cerca, no tendre excusa para no ir, porque en el fondo, sigo siendo una perezosa.
– Todos lo somos. ?Que te parece si vamos hoy antes de cenar? A las seis, digamos.
– Perfecto -Cathy se levanto y salio hacia su despacho-. Alli nos veremos.
– En ese momento, me parecio una buena idea -murmuro Cathy entre dientes mientras subia la escalera hacia el tercer piso. Era la parte este de la casa, sobre el garaje, la que albergaba el gimnasio. Habia tenido que preguntarle a Ula donde estaba, y el ama de llaves, como siempre, habia permanecido imperturbable mientras le daba las indicaciones.
Asi que alli estaba ella, subiendo el ultimo tramo de escaleras para hacer ejercicio con Stone. Las malas noticias eran que sabia perfectamente que el latido acelerado del corazon no tenia nada que ver con las escaleras. Hacia ultimamente tanto ejercicio que unos peldanos no le afectaban, lo cual era al mismo tiempo buena y mala noticia. Despues del tiempo que habia transcurrido, era una lata que Stone siguiese afectandola de aquel modo.
O quizas fuese logico. Pasaban parte del dia juntos, compartian comida y cena. Charlaban sobre el mundo de los negocios, leian los mismos libros y de vez en cuando veian alguna pelicula juntos.
– Es como estar casados, pero sin tanta parafernalia -se dijo alegremente. Pero tambien se perdian buena parte de lo bueno. Nada de amor, ni de sexo. Nada de compromiso.
Estaba segura de gustarle a Stone. Eran amigos. El la consideraba una chica inteligente y buena compania, pero ella queria mas. Queria que sintiera algo por ella, porque ella lo sentia por el. Llevaba mucho tiempo sintiendolo, y trabajar juntos habia hecho crecer ese sentimiento. Pero estaba decidida a que el no lo averiguara. Seria demasiado humillante. ?Y si sentia lastima por ella? La posibilidad le produjo un escalofrio. Mejor dejar las cosas como estaban.
Al llegar al descansillo del tercer piso, oyo musica de rock que provenia del final del pasillo. La siguio y termino entrando en una sala grande toda llena de espejos. Habia varios aparatos de musculacion sobre el suelo de madera. Habia una cinta para andar y, en un rincon, una maquina de esqui de fondo. No era de extranar que Stone estuviese en tan buena forma.
El ya estaba alli, agachado delante de un equipo de musica. Habia cambiado los pantalones largos y la camisa por otros cortos y una camiseta. Cathy tiro de la suya, que le llegaba casi al borde de los pantalones de ciclista. Los fines de semana solia ir a nadar, asi que tenia las piernas ligeramente bronceadas. Ahora utilizaba la talla que siempre habia deseado y gracias al ejercicio, estaba en buena forma. Pero aquel hombre era Stone, e independientemente de las circunstancias, o de como fuera vestida, tenia la capacidad de hacerla sentirse inadecuada.
El levanto la mirada y al ver su reflejo en el espejo, sonrio.
– Lo has conseguido.
Cathy se echo a reir.
– Esta sala esta tan lejos que casi es otro pais. He tenido que dejar migas de pan para encontrar el camino de vuelta.
– Yo te lo ensenare.