– Trabajaras aqui -le dijo.
Cathy miro a su alrededor, admirada. La verdad es que no se habia parado a pensar como seria trabajar para Stone, pero desde luego no se habia esperado tener todo un despacho para ella sola.
Era mas pequeno que el suyo, pero habia un enorme ventanal y la vista era preciosa. Una mesa en forma de ele dominaba la habitacion, y en el ala corta habia un ordenador con impresora. En la pared mas alejada habia varios armarios para archivo, una fotocopiadora y un fax. Frente a la puerta por la que habian entrado, habia otra puerta mas.
– Por ahi se accede a la sala de conferencias -dijo el-. En caso de que necesites convocar una reunion aqui, resulta muy util. Lo mejor seria que pudieras avisar a Ula con un dia de antelacion si necesitas que sirva una comida, pero aun asi siempre se las arregla a las mil maravillas si ha de preparar algo sin previo aviso.
Cathy estaba boquiabierta, y la cabeza le daba vueltas. ?Si ella queria convocar una reunion? Si, claro; era algo que hacia todos los dias. Montones de reuniones de ella y su ordenador portatil en el servicio de contestadores.
La duda la asalto. ?En que habia estado pensando? No sabia nada del mundo de las inversiones y de las finanzas. No podria salir de aquel callejon en el que se habia metido, y Stone estaba loco si pensaba que iba a pasar la prueba sin estropearlo todo. Tenia que ser sincera con el y decirle que habia cometido un error.
Pero no queria hacerlo. ?Y si de verdad fuese capaz de hacerlo? ?Y si resultaba ser mas lista de lo que pensaba, o el trabajo no era tan dificil? ?Y si aquello era exactamente lo que pensaba, es decir, la oportunidad de su vida? No podia dejarla pasar. Quizas no volviera a presentarse.
– Empezaremos poco a poco -dijo Stone, acercandose al ordenador y dando una palmada sobre el monitor-. He pensado que esta manana podrias contestar parte de mi correspondencia -sonrio-. Yo escribo mis propios memos y correspondencia electronica, pero las cartas oficiales prefiero que me las hagan. Te he dejado algunas notas y ejemplos para que puedas ver el formato.
Y busco entre los papeles que habia dejado para mostrarselas. Cathy lo observaba. La camisa de color claro que llevaba realzaba su atractivo. Llevaba ya tanto tiempo con el que apenas notaba las cicatrices. Como siempre, verlo la dejaba sin respiracion.
– No te lo he preguntado antes, pero ?estas familiarizada con los ordenadores?
Cathy dio las gracias al cielo por haberse permitido el capricho de un ordenador portatil un ano antes.
– Si. Tenia un portatil, pero se achicharro en el incendio. Eddie lo ha llevado a reparar.
Se acerco a la mesa, se sento y tras palpar el frontal de la maquina, encontro el interruptor y la puso en marcha.
– Bien -dijo Stone-. Cuando hayas terminado con las cartas, me gustaria que me organizases cierta informacion -senalo al monton de expedientes que habia apilado en el suelo e hizo una mueca-. Ya se que esta hecho un lio. Llevo dos meses queriendo organizarlo, pero no he encontrado el tiempo. Me gustaria que disenaras una hoja de calculo con un archivo por cliente. No tengo ni idea de cual puede ser la mejor forma de clasificar toda esa informacion, asi que lo dejo en tus manos -miro a su alrededor-. Creo que eso es todo. Ah, hay un pequeno aseo al otro lado del vestibulo. Ula se ocupa de que la nevera este siempre llena. Tambien hay cafe y tazas, y si quieres algo mas, no tienes mas que decirselo.
– Gracias, lo hare.
Stone volvio a sonreir.
– Entonces, te dejo manos a la obra.
Y se marcho.
Cathy se quedo mirando hasta que cerro la puerta entre los dos despachos y despues se recosto en su silla y se cubrio la cara con las manos. ?Y ahora que? No tenia ni idea de por donde empezar. Cuando se compro el portatil, la tienda en que lo compro le regalo un par de horas de formacion para saber manejar los programas. Pero ?una hoja de calculo? Recordaba las instrucciones del profesor, pero solo vagamente.
– Empieza con lo que sabes -se dijo-. Esto es un si o un no, pero no hay soluciones intermedias. Bueno -y se enderezo en la silla-. Hare todo lo que pueda. Nadie puede pedirme mas.
Tardo una hora en redactar las cartas e imprimirlas, quince minutos en buscar manuales de los programas y otro tanto en imprimir los sobres. Tras una rapida pausa para tomar cafe durante la cual descubrio que Ula le habia dejado fruta fresca y un yogur desnatado, volvio a su despacho y se ocupo del monton de expedientes que habia en el suelo.
La tarea resulto menos inaccesible de lo que se habia imaginado. Diseno una sencilla hoja de calculo en la que podia almacenar la informacion que requerian las notas de Stone. Estaba concentrada con los datos de la tercera cuenta de cliente cuando la puerta que unia sus despachos se abrio y Stone entro.
– Pareces muy ocupada -dijo.
– Lo intento -y senalo el monton de expedientes que habia colocado en un lado de la mesa-. No sabia si querias que te los llevase o debia esperar a que me los pidieras. No queria interrumpir.
– Buena idea -dijo mientras hojeaba las cartas-. Buen trabajo. Un estilo limpio.
Su elogio la subio por las nubes.
– ?Como has decidido hacer lo de estas cuentas? -pregunto, colocandose a su espalda para poder ver el monitor-. Mm…
Tomo el raton y exploro la hoja de calculo. Cathy espero con la garganta cerrada y el estomago dando saltos. No era solo por la proximidad de Stone, sino porque queria complacerlo con el trabajo.
– No se me habia ocurrido clasificarlas de este modo -dijo-, pero me gusta. Es sencillo y claro. Tendre todo lo que necesite sin necesidad de ir recorriendo paginas. Bien hecho.
Cathy no pudo evitar sonreir.
– Gracias -rozo con el dedo los expedientes que le quedaban-. Tendre todo terminado hoy.
El quito importancia con un gesto de la mano.
– Ya terminaras manana por la manana. En recursos humanos insisten en que cada empleado nuevo cumplimente un monton de cosas. Puede que incluso haya un video. La verdad es que no me acuerdo. Por otro lado esta todo el monton de papeles que hay que rellenar para el ministerio, ademas de elegir el paquete del seguro que mejor te parezca.
– Como si fuera un trabajo de verdad -bromeo.
– Exacto -se sento en la unica silla que habia frente a su mesa-. Hablando de trabajos reales, ?que tal se ha tomado Eddie tu marcha?
– No le ha hecho demasiada gracia, pero lo ha comprendido. Me dijo que si cambiaba de opinion, se lo dijera.
– Espero que no estes pensando en volver.
– Pues no, la verdad.
Ni en un millon de anos.
Ula llamo a la puerta.
– He traido la comida. ?Quieren pasar a la sala de conferencias?
Cathy miro su reloj. ?Pero si habria jurado que habia trabajado apenas dos horas! El tiempo habia volado.
– No te importa acompanarme, ?verdad? -pregunto Stone al invitarla a entrar a la sala de conferencias.
– En absoluto.
Estar con el era siempre un placer para ella. Apenas tuvo tiempo de fijarse en la maravillosa vista que ofrecia el ventanal y en el mobiliario de madera oscura antes de que Ula le sirviera una deliciosa ensalada.
Stone lleno las copas con el te frio que les habia traido en una jarra.
– Se que no es asunto mio, pero de todas formas, te voy a preguntar.
– ?El que?
– Es obvio que eres una mujer inteligente. ?Por que no fuiste a la universidad? ?Por tu madre?
Cathy asintio.
– Cuando acabe en el instituto, estaba muy enferma, y tenia que ocuparme de ella. Estuvo en cama casi dos anos, y cuando murio yo estaba agotada fisica y mentalmente, ademas de que tenia que pagar las facturas del medico, asi que me puse a trabajar y deje la universidad para los suenos -habia tenido una vida solitaria, una trampa de la que no habia conseguido escapar-. Poco a poco ese sueno fue haciendose mas lejano, hasta que un dia me rendi, supongo.