– Estoy de acuerdo en que eras una parte importante de mi vida; demasiado importante diria yo. Por eso me ha resultado tan facil caer aqui. Pero ahora necesito mas. Necesito encontrar mi propio camino, mi propio lugar.

– Tu lugar esta conmigo.

– ?Como que? ?Como empleada? ?Como la mujer que se ocupa de tus necesidades fisicas? No pienso ser tu puta.

Eso le obligo a levantarse de la silla.

– Nunca te he tratado mal. Has tenido mi confianza, mi respeto y mi afecto desde el dia que llegaste, y no fui yo quien empezo lo nuestro. Jamas lo habria hecho, porque no queria ponerte en una posicion dificil.

Cathy perdio la energia para la lucha, se apoyo en el marco de la puerta y cerro los ojos.

– Tienes razon. Lo se. Has sido decente conmigo, pero tambien es cierto que me has utilizado para sentirte mejor. He sido un proyecto a traves del cual desahogar tu culpa.

No deberia sorprenderle que hubiese sido capaz de casar las piezas, pero aun asi le resulto doloroso que se hubiera dado cuenta.

– Cathy, yo…

Pero no le dejo hablar con un movimiento imperioso de la cabeza.

– Querias arreglar mi vida y lo has hecho -dijo, mirandolo a los ojos-. Gracias por toda tu buena intencion. Quizas deberia haber bastado, pero no ha sido asi. Estas intentando arreglar el pasado, aunque ese no es el verdadero problema. Tu verdadero conflicto es que sientes terror por llegar a querer a alguien. Quisiste a Evelyn y crees que fue ese amor lo que la destruyo, y te prometiste a ti mismo que eso no volveria a ocurrir. La pena es que tener eso como meta en la vida es francamente triste.

Era como si hubiese podido leer la oscuridad de su alma.

– Tu no destruiste a Evelyn -siguio-. Ojala pudiera convencerte de eso, pero no puedo. Te equivocaste al casarte con ella sabiendo que no podias amarla del modo en que un hombre debe querer a su mujer, pero ella tambien se equivoco. Se equivoco por retenerte a su lado e intentar que la culpa te empujara a quererla. Y como tu ya sabes bien, uno no puede obligarse a querer a nadie.

Dio un paso hacia el, pero no se acerco.

– Y yo tambien lo se -dijo con suavidad-, porque llevo meses queriendote y esperando que tu llegases a quererme -se encogio de hombros-. Pero no ha sido asi, y no hay nada que pueda hacer al respecto. No es culpa tuya ni mia. Simplemente ha sido asi, y ahora la cuestion es que queriendote como te quiero, saber que tu nunca llegaras a quererme me hace imposible seguir aqui. Creci cuidando de mi madre, y perdi casi todos mis suenos por el camino. Gracias a ti, he conseguido recuperarlos, y no pienso volver a perderlos, asi que tengo que empenarme en hacerlos realidad. Creia que ibamos a poder hacerlo juntos, pero tendre que contentarme con seguir sola.

Con que facilidad hablaba… el apenas podia mantenerse en pie, y ella parecia estar perfectamente. Casi como si todo aquello no tuviese importancia.

Ella lo queria. Seguramente ya lo sabia, aunque no habia querido verlo. Habia entrado en su vida y ahora iba a marcharse. ?Como iba a sobrevivir sin ella?

– Cathy, no… no tiene que ser asi.

– Tiene que serlo. Tu quieres vivir con tu dolor y tus cicatrices. Estas muy comodo aqui, escondido como un animal herido. Ya sabia los riesgos que corria al enamorarme de ti. Sabia que era probable que nunca llegaras a sentir lo mismo por mi, pero de todas formas, permiti que ocurriera. Corri el riesgo. Ha debido ser el primer acto de valentia de mi vida, y me senti bien -se irguio para continuar-. Ahora duele. Me duele respirar, hablar, estar aqui delante de ti como si no me estuviera muriendo por dentro, pero lo estoy haciendo. Voy a sobrevivir; yo estoy dispuesta a correr el riesgo y tu no.

– Yo tambien he corrido riesgos -dijo, en un debil esfuerzo por defenderse, cuando en el fondo sabia que todo lo que le habia dicho era verdad… ella era valiente, y el un cobarde.

– No estoy hablando de negocios -replico-, sino de la vida personal. Tu te escondes para no enfrentarte a la responsabilidad de lo que sientes o de lo que haces con los demas. No es que no te permitas querer a nadie… es que ni siquiera te permites quererte a ti mismo.

Sus palabras le dieron de lleno.

– He aceptado la responsabilidad por lo que te he hecho a ti. Me equivoque y lo siento. No era mi intencion hacerte dano.

– Ya, pues lo has hecho -miro a su alrededor-. Echare de menos este lugar. Ha sido una fantasia preciosa - volvio su atencion sobre el-. Llamare a Ula por la manana y le pedire que me haga el equipaje, y vendre por el mas tarde, si te parece bien.

Stone dio un paso hacia ella. No podia marcharse. Asi, no. No sin darle otra oportunidad.

– No te vayas. Aun podemos conseguir que esto funcione.

– No, no podemos. Ademas, seria demasiado doloroso para mi estar contigo todos los dias y saber que no me has querido. Necesito empezar de nuevo.

– ?Y que vas a hacer? ?Adonde vas a ir?

– Eso no es asunto tuyo. Tu ya has hecho lo que querias hacer: arreglar mi vida. Enhorabuena.

– Cathy, no te vayas asi. Dejame por lo menos que te haga un cheque. Necesitaras dinero para empezar. Podrias montar un negocio o algo asi. Estaria encantado de poder financiarte.

Su mirada se volvio fria como el hielo, y en aquel momento vio en sus ojos algo que no habia visto nunca: en aquel momento, lo odiaba.

– Si piensas que todo esto tiene algo que ver con el dinero, es que no me conoces en absoluto.

Capitulo 16

Cathy se sento en la cama que habia ocupado durante los primeros meses de su estancia en casa de Stone. Se llevo las rodillas al pecho y apreto con fuerza, pero sabia que no iba a poder contener los sentimientos que iban a romperla en mil pedazos.

Todo su ser le dolia. Solo respirar le producia mas dolor del que habia sentido en toda su vida. No dejaba de repetirse que ella ya sabia que iba a ser asi, que ya sospechaba que no sentia nada por ella… al menos no del mismo modo que ella. Pero pensarlo y oirlo eran dos cosas muy distintas.

Ojala pudiera llorar. Quizas asi se sentiria mejor. Quizas asi podria empezar a sanar, pero por el momento las lagrimas no acudian a ella. Solo el dolor y la sensacion de que iba a necesitar mas de una vida para sobreponerse al dolor de querer a Stone.

Aunque intentaba no pensar en ello, sus palabras reverberaban en su cabeza. Habia llegado a ofrecerle dinero, como si fuese una mujer que hubiese comprado. Como si de verdad fuese una puta. Quizas eso era lo que mas le dolia. Podia comprender que una persona no se enamorase de otra, pero tener que soportar que la tratase asi… eso le quitaba su cualidad de persona ante sus ojos, y era mas de lo que podia soportar.

Se tumbo de lado en la cama y volvio a apretarse las rodillas. Un plan. Necesitaba un plan. «Piensa en lo que vas a hacer ahora», se dijo. Quizas consiguiera distraerse.

Primero tenia que salir de alli. En cuanto fuese capaz de respirar, tenia que marcharse. Era mas de las doce, asi que no se molestaria en llevarse muchas cosas. El bolso, quizas un par de prendas. Ya llamaria a Ula por la manana. Cathy espero sentirse humillada, pero no fue asi. No sabia que pensaria Ula sobre lo que habia ocurrido, pero en el fondo sabia que su corazon la comprenderia.

Despues tendria que ocuparse de que algun servicio de esos de mensajeria viniese a buscarlo.

Segundo: tenia que tomar unas cuantas decisiones sobre su futuro. Un trabajo y algunas clases en la universidad. Por lo menos el tiempo que habia pasado con Stone le habia ensenado que le gustaba el mundo de los negocios.

Tendria que empezar a ahorrar porque estaba embarazada de mes y medio y el nino iba a necesitar…

El inesperado sollozo le desgarro la garganta. Un hijo. Dios, iba a tener un hijo. Las lagrimas rodaron por su sien y le humedecieron el pelo. Se llevo una mano a la boca y la otra al vientre donde crecia una vida en ciernes.

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