No estaba segura de que significaban aquellas lagrimas. Aunque no tenia pensado quedarse embarazada, siempre habia deseado tener una familia. Lo mejor hubiera sido tener un marido a su lado, pero habia descubierto hacia poco que era una mujer fuerte, asi que a los dos les iria bien solos.

Las lagrimas cedieron. Al final, tendria que decirle a Stone la verdad. Se merecia saber de su hijo, aunque seguramente seria absurdo. No habia querido saber nada de ella, asi que lo mas probable era que tampoco le importase el nino. De todas formas, tenia que decirselo, pero no en aquel momento. Necesitaba unos cuantos dias para recuperar fuerzas.

Cuando despues de un buen rato se quedo sin excusas, se incorporo y se levanto. Estaba temblorosa y cansada, lo cual no era de extranar, teniendo en cuenta por lo que habia pasado aquel dia.

Saco una pequena maleta del armario y la lleno con lo que creyo que iba a necesitar hasta que tuviese el resto de sus cosas. No tardo mucho. Entonces, llego el momento de marcharse.

Camino hasta las escaleras, pero en vez de bajar, y a pesar de saber que era un error, paso de largo y se adentro en el pasillo que conducia hacia el despacho de Stone, en el que brillaba aun la luz.

No se habia ido a dormir. No era extrano. Apenas dormia. Sabia que no quedaba nada que decir, pero queria verlo por ultima vez, asi que inspiro profundamente y entro en su despacho.

Stone estaba sentado tras su mesa, con la mirada perdida. Tenia las arrugas de alrededor de los ojos y la boca mas marcadas, y sus cicatrices parecian especialmente pronunciadas.

Enfoco la mirada al verla entrar y reparo en su maleta.

– Te marchas.

– Si. Enviare a alguien por mis cosas.

La miro a la cara, y ella sintio su atencion como si fuese un roce, como si le hubiese tocado la mejilla.

– No te vayas -le rogo-. No me dejes. No tiene que ser asi, Cathy. Lo que tenemos es muy especial, y no quiero perderlo. Y creo que tu tampoco.

No se habia dado cuenta de que aun esperaba lo imposible hasta que sus esperanzas se estrellaron contra el suelo. Le habia pedido que se quedase porque compartian algo especial y no queria perderlo. Ya era algo, claro, pero no lo que ella queria. No era amor.

– No puedo -le contesto-. Quiero mas que eso. He aprendido que me merezco mas. Tengo que ser mas que tu proyecto de salvacion multiuso.

– Eso no es justo. Aunque tengo que admitir que las razones que me empujaron a ayudarte eran complejas, tu haces que parezca que tu persona no tenia importancia, y eso no es verdad. Yo siento algo por ti.

– Amistad.

– Si.

– Soy una amiga con la que acostarse.

– Somos amantes.

– Amantes sin amor.

Stone bajo la mirada. Aquello no tenia sentido, se recordo Cathy. No podia cambiar sus sentimientos.

– Te deseo lo mejor, Stone. Espero que puedas conseguirlo. Te quiero lo bastante para desear que seas feliz, pero eso no va a ocurrir hasta que te permitas querer a alguien, y para eso necesitas liberarte de tu pasado. Espero que consigas hacerlo, pero lo dudo. La compasion que sientes por ti mismo lleva acompanandote demasiado tiempo y creo que en el fondo tienes miedo de superarla. Vives esta vida a medias con la esperanza de compensar lo que le ocurrio a Evelyn. Pero la verdad es que el accidente no fue culpa tuya. Pero si admites eso, tendrias tambien que perdonarte a ti mismo y admitir que no haberla querido no fue algo abominable. Por alguna razon, has decidido que Evelyn era perfecta… y por lo tanto tienes que ser tu el culpable de todo -se encogio de hombros-. Pero, al fin y al cabo, ?que se yo? Buena suerte, Stone, y procura no recluirte en tu preciosa prision hasta el final de tus dias. Hay un mundo ahi fuera que todavia tiene mucho que ofrecerte.

– ?Volvere a verte?

Hubiera querido decir que no. Seria mucho mas facil para ella cerrarle definitivamente la puerta de su vida, pero era una decision que no solo le incumbia a ella. Dentro de unos dias, tendria que hablarle del bebe.

– Sospecho que si -dijo, y se marcho.

Stone la vio alejarse. Cuando la puerta se cerro, se dejo caer en su sillon intentando convencerse de que era lo mejor. Cathy se estaba acercando demasiado, y si permitia que aquella situacion continuase, solo conseguiria herirla mas. Mejor que siguiera adelante con su vida ahora que aun podia.

Y en cuanto a el… bueno, se sobrepondria si ignoraba la angustia que sentia por dentro, el agujero negro que ocupaba el lugar de su corazon.

Pero a medida que fue avanzando la noche y el silencio se hizo mas profundo, la sensacion de que la vida se le estaba escapando se hizo mas intensa. No queria volver al vacio en el que habia habitado antes de conocer a Cathy. No solo no iba a volver a verla, sino que ademas habia perdido el derecho a ser su amigo. Ella era su unico nexo de union con el mundo, y ahora no le quedaba nada.

– Cathy -dijo en voz alta, echandola ya de menos mas de lo que creia posible.

La habia deseado tanto que no se habia dado cuenta de que parte de ese deseo era no dejarla marchar de su lado.

?Y que queria decir eso? No podia ser que albergase un sentimiento profundo por ella. No podia ser… amor.

Amor. Pronuncio mentalmente aquella palabra una y otra vez. No sabia que significaba querer a una mujer. No lo habia experimentado nunca y, ademas, no le estaba permitido. Despues de lo que habia hecho, no.

Siempre volvia al pasado. A Evelyn. Al horror de aquella noche.

– Lo siento -le dijo a la oscuridad-. No deberia haberme casado contigo. Ahora me doy cuenta. Deberia haberte dicho la verdad, y no hacerte concebir esperanzas.

Cathy le habia dicho que no habia sido una crueldad no querer a Evelyn, y se pregunto si seria cierto. Aunque, que mas daba… al final, habia terminado por traicionarla.

Aquellos pensamientos le llenaban la cabeza. Reviso el pasado una y otra vez, intentando encontrar donde habia fallado, hasta que de pronto se dio cuenta de que la luz no provenia de la lampara de sobremesa, sino que se derramaba a traves del cristal de la ventana. El dia. Su primer dia sin ella.

Un rato despues, oyo pisadas por el pasillo. Ula entro en el despacho, se acerco a su mesa y lo miro fijamente.

– ?Se ha marchado?

Stone asintio.

– Ya.

Su ama de llaves siempre tan imperturbable, parecia estar teniendo dificultades para contener las lagrimas.

– Lo siento -dijo el-. Queria marcharse, y yo no he podido hacer que se quedara.

– Claro que habria podido -espeto Ula-. Siempre hay otra posibilidad. Lo que pasa es que asi era mas facil, ?verdad?

Stone tuvo la misma sensacion que si le hubiese dado una bofetada.

– Cathy se merece algo mejor que yo.

Ula elevo hacia el cielo la mirada.

– Eso lo sabemos todos, pero por alguna razon, es a ti a quien quiere. Te quiere a ti, Stone Ward. Es perfecta para ti, pero eres demasiado testarudo y estas demasiado atrapado en el pasado para verlo.

Stone se rozo la mejilla, reconociendo el patron familiar de sus cicatrices.

– No tengo nada que ofrecerle. No puede quererme asi.

– Entonces, cambia. Yo queria a la senorita Evelyn como si fuese mi hija. Se que tuvisteis problemas. Tu lo hiciste mal por un lado, pero ella por otro. Olvidalo. Superalo. Guarda los buenos recuerdos en tu corazon y deja ir al resto. Si sigues viviendo asi, hubiera sido mejor que murieras en el accidente.

Su ira y su frustracion eran tangibles. Temblaba delante de el.

– No te atrevas a abusar del regalo que te ha sido concedido -le ordeno-. Ya has malgastado bastante tiempo, y es un tiempo que no recuperaras. Puedes ser feliz durante los anos que te queden, o puedes ser un miserable. Por una vez en tu vida, no seas un idiota y haz lo que tienes que hacer.

Y tras dar media vuelta, salio.

Stone se levanto como para seguirla, pero volvio a sentarse en su sillon. ?Tendria razon Ula? ?Tendria razon

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