Capitulo 15

Cathy no recordaba demasiado sobre el resto de la consulta. Cuando tuvo de nuevo consciencia de si misma, estaba ya sentada al volante de su coche con un punado de folletos sobre cuidados prenatales. Tambien habia concertado una cita para su revision. Tendria que ir con mayor regularidad al medico ahora que iba a tener un nino.

?Un nino! Dios del cielo, estaba embarazada.

Se llevo la mano a su vientre aun plano. Habia una vida creciendo en su interior y ni siquiera lo sabia.

Cathy dejo los folletos en el asiento de al lado y se abrocho el cinturon de seguridad. Lo que tenia que hacer era irse a casa y hablar de ello con Stone, pero la verdad es que todavia no estaba preparada. La cabeza le daba vueltas. Necesitaba tiempo para asimilar lo que estaba ocurriendo.

Salio del aparcamiento sin tener un destino particular en la cabeza. Diez minutos mas tarde, vio una libreria grande en la acera, cambio de carril, aparco y entro. Tras unos minutos de busqueda, encontro la seccion de cuidados durante el embarazo, escogio varios volumenes y se los llevo a una silla que habia en un rincon.

No sabia que debia buscar, asi que los hojeo todos. Varios de ellos tenian imagenes por ultrasonidos, dibujos hechos con lineas e imagenes por ordenador de los diferentes momentos del desarrollo. Los miro, pero no sintio ninguna conexion con ellos. Estar embarazada tenia tanto sentido para ella como haber sido abducida por alienigenas.

Eligio uno que le parecio contener informacion comprensible. Tanto si queria creerlo como si no, iba a ser responsable de otra persona, e iba a tener que aprender que hacer para cuidar de su salud y la de la nueva vida que crecia en su interior.

Pago el libro y volvio al coche. Tenia que ir a casa y hablar con Stone.

?Y que iba a decirle? ?Y que contestaria el? Un estremecimiento le confirmo que tenia miedo. Es mas, estaba aterrorizada.

Sabia que queria estar con ella. Sabia que habia pasion entre ellos, pero ?que mas?

?Habia algo mas? En el fondo de su corazon temia que si le pedia mas, simplemente se separaria de ella.

Se mordio un labio e intento controlar las lagrimas. Todo iba a desmoronarse. Lo presentia. Stone no habia querido a Evelyn, a pesar de que ella lo habia amado desesperadamente. Habian crecido juntos, y se conocian de anos. Si Evelyn no habia sido capaz de conseguir que se enamorase, ?que esperanza podia tener ella?

La historia se repetia, y el la dejaria marchar sin pensarselo dos veces.

Al llegar a casa y aparcar el coche, intento decirse que estaba lanzandose a conclusiones precipitadas. Al fin y al cabo, Stone podia sorprenderla.

– ?Ah, si? -Se dijo en voz alta-. ?Dandose cuenta de pronto de que no puede vivir sin mi?

Imposible. Sencillamente imposible.

Pero tenia que averiguar la verdad. Se lo debia a si misma y a el… bueno, a los tres.

Guardo los folletos en la bolsa junto con el libro y entro. Quizas si trabajaba un rato, conseguiria despejarse y aclarar los pensamientos, asi que se dirigio a su despacho y contemplo aquel mobiliario ya familiar.

Otra farsa. Se habia estado enganando a si misma. Ella no era una ejecutiva, sino la amante de un hombre rico que jugaba a tener un trabajo real para justificar su presencia en su vida. Ahora era una amante embarazada. No habia nada unico en aquella historia… incluyendo el hecho de que Stone iba a querer deshacerse de ella lo antes posible.

El dolor era tan intenso que le costaba respirar. Todo iba a terminar, y ella no podia hacer absolutamente nada para impedirlo.

Una voz en su interior le dijo que tambien podia ocultarle el embarazo, al menos durante un tiempo. Quizas…

No. No iba a jugar ese juego. Queria ser honesta por lo menos. Su relacion habia empezado con un monton de mentiras, pero terminaria con una verdad. Habia sobrevivido sin el la mayor parte de su vida, y podria volver a hacerlo. Y en cuanto al bebe, ella se ocuparia de cuidarlo. Ya no era la persona debil e insignificante que habia sido seis meses atras. Habia madurado y cambiado. Ahora era fuerte, y no podia olvidarlo.

Inspiro profundamente para hacer acopio de fuerzas, llamo a la puerta que separaba su despacho del de Stone y entro.

El estaba trabajando en el ordenador. Cuando la vio entrar, sonrio. El sol se reflejaba en su pelo oscuro y su mejilla inmaculada estaba de cara a ella; como siempre, su belleza masculina la impresiono.

– ?Que tal la cita con el ginecologo? Espero que no haya intentado propasarse.

Cathy se sento frente a el e intento sonreir.

– En absoluto. Para empezar, la mayoria de medicos son buenos profesionales, y para terminar, era ginecologa.

– Ah. Me alegro. En serio, supongo que eso te hara mas facil el reconocimiento. ?Todo ha ido bien, entonces?

– Estoy perfectamente bien.

Se miro las manos. Normalmente solia llevar vestidos, o falda y blusa para trabajar, pero aquella manana se habia puesto unos pantalones y una blusa. Con el generoso salario de Stone, se podia permitir ropa bonita. Habia pagado lo que le faltaba del credito de la casa, habia ahorrado algo de dinero y se habia comprado un coche nuevo, de modo que no iba a necesitar mucho. Menos mal, porque no iba a tenerlo.

– Cathy, ?que pasa?

Con que facilidad podia leerle el pensamiento. Seria una de las cosas que echase de menos. Eso y la risa, sus conversaciones sobre el negocio, la pasion, los abrazos, el hecho de que alguien supiera donde estaba todos los dias y pudiese echarla de menos si llegaba tarde.

– He estado pensando en nosotros -dijo-. En el futuro. ?Adonde crees que nos va a llevar esta relacion nuestra? Me refiero a la personal, no a la profesional.

Stone guardo el archivo en el que estaba trabajando y se volvio de frente a ella. Ojala ella tuviese la misma capacidad que el para leerle el pensamiento, porque su expresion era perfectamente indescifrable.

– Lo que quieres saber es si veo esto como algo que puede durar indefinidamente, ?no?

Su voz era baja y formal, casi como si se estuviera dirigiendo a un grupo o haciendo una presentacion.

Ella asintio.

– Si, eso es.

– Ya -entrelazo las manos y las apoyo sobre la mesa-. Tu me importas, Cathy. Creo que eso ya lo sabes. Somos buenos amigos, trabajamos bien juntos y estamos bien viviendo juntos. Creo que eso es importante.

Tenia la sensacion de estar siendo atravesada por cientos de flechas diminutas. En cierto modo, no habia forma de continuar aquella conversacion, pero habia una parte de si misma que necesitaba oirle decir las palabras.

– Tu no me quieres -dijo.

– No.

Algo dentro de ella murio y la invadio una terrible frialdad. La habitacion le dio una vuelta y despues se detuvo.

– No es culpa tuya -anadio-, y te ruego que no te lo tomes como algo personal. Es que yo no podria querer a nadie, pero si las cosas pudieran cambiar, estoy seguro de que seria contigo. Lo siento.

Si; ella tambien lo sentia.

– Pues a mi me parece algo muy personal -consiguio decir. Menos mal que la voz no le habia temblado.

– Cathy, no. No lo tomes asi. Yo… -la voz le fallo-. Es por Evelyn.

Aquello no tenia sentido.

– Tu nunca la quisiste, y se que no estas de luto por ella. Me lo dijiste tu mismo.

– Lo se, y es verdad, pero deberia haberla querido. Se lo debia -hizo una mueca-. Estaba celosa. Cuando deje de… -carraspeo-. La parte fisica de nuestro matrimonio se deterioro rapidamente y despues de un tiempo, ella se convencio de que habia alguien mas. No lo habia, pero no conseguia que me creyera.

Sus ojos oscuros contemplaron un pasado que ella no podia ver.

– Intente enamorarme de ella. Si lo conseguia, todo se arreglaria, pero aprendi que eso es algo que no se puede forzar. Respetaba a mi mujer, disfrutaba con su compania y la quise con tanta intensidad como jamas he

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