Meri miro la alfombra del juego Twister y protesto.
– No puedo doblarme de esa manera.
– Ese es el motivo por el que no puedo jugar a este juego.
– Eres malvada -murmuro Meri-. No se como no me he dado cuenta antes. Lo siento, Robert. Voy a tener que pasar por debajo de ti.
Robert arqueo la espalda como pudo.
– Buena suerte. Espero que te des cuenta de que estas a punto de dislocarte el hombro.
Colin miro hacia arriba desde su extrana postura.
– No se si se lo dislocaria. Tecnicamente hablando…
– ?Calla! -exclamo Meri-. No quiero saber nada tecnico ahora mismo. Seamos normales.
– ?Por que? -preguntaron Robert y Colin al unisono.
Meri empezo a reirse a carcajadas, lo que hizo que le resultara imposible estirarse. Pero aun asi lo intento, ya que el gran punto verde estaba…
Se tambaleo y se cayo, haciendo que cayeran a la vez todos los demas. Aterrizo sobre Robert y Colin acabo sobre ella.
– No se si esa era la postura -dijo Betina-. Colin, ?tienes algo que confesar acerca de la fidelidad?
– Lo cierto es que no -respondio apartandose de Meri.
– Me sorprende -dijo Robert desde el suelo-. Normalmente los hombres a los que les gusta que los dominen ocupan posiciones de control en sus trabajos. Es un intento de obtener equilibrio y dejar que otro lleve la responsabilidad.
Meri lo miro.
– ?Hay algo que no sepas?
– Como conseguir una chica, cualquier chica.
– Hablaremos mas tarde -dijo Meri animandolo a levantarse-. ?Estas interesado en alguien en particular?
Antes de que respondiera, Jack entro en la habitacion. Habia algo en su expresion que alerto a Meri de que algo no iba bien.
– ?Que ocurre? -pregunto-. ?Alguien se ha hecho dano?
– No, pero tenemos que hablar.
La tomo del brazo y la llevo a la cocina. Aquello no le gustaba.
– Hablemos -dijo ella cruzandose de brazos.
Su mirada era inexpresiva.
– Andrew no es quien piensas.
Habia pensado que su padre habia tenido un accidente o que le habia dado un ataque al corazon. Pero Andrew…
– ?No es quien pienso?
– En serio, Meri. Tengo informacion sobre el. No es el hombre que parece ser. Va tras el dinero.
Un millon de pensamientos diferentes cruzaron su cabeza. En otras circunstancias, se habria maravillado del poder de la mente humana, de como podia mantener tantas ideas contradictorias en un solo instante. Pero en aquel momento, lo unico que le preocupaba era mostrarse lo suficientemente fuerte despues del punetazo que Jack le habia dado en el estomago.
– ?Por que ibas a saber nada de Andrew? -pregunto con voz gelida.
– He hecho que lo investigaran.
– No tienes derecho a involucrarte en mi vida -replico enfadada-. ?Quien te crees que eres?
– Se que estas enfadada…
– ?Enfadada? No tienes ni idea. ?Maldita sea, Jack! -exclamo mirando hacia la puerta del salon-. Solo porque nos hayamos acostado no te da derecho a decirme lo que tengo que hacer. Perdiste ese derecho el dia que te fuiste despues de que Hunter muriera. Se suponia que tenias que estar ahi por mi, pero no fue asi. Asi que no me importa lo que pienses de nada.
Ella comenzo a irse, pero Jack la tomo del brazo y la hizo detenerse.
– Tienes que escucharme.
– No. Y aunque no importe ahora, yo tambien hice investigar a Andrew. Proviene de una familia acomodada. No tiene un fondo fideicomisario, pero no le falta el dinero. Es un buen hombre.
– Esta casado.
Todo su cuerpo se quedo helado. Sabia que su temperatura era la misma que cinco segundos antes, pero la sensacion de estar volviendose de hielo era increiblemente real.
– Estas equivocado. El detective que contrate…
– Hizo una sencilla investigacion. Normalmente eso es suficiente. Pero cuando me dijiste que pensabas casarte con este tipo, hice que mi gente indagara mas. Hace ocho anos su mujer y el estafaron a un viejo por dos millones. Hace tres, le sacaron a una heredera la misma cantidad. Imagino que tu eras su siguiente objetivo.
Meri no podia soportar las noticias sobre Andrew, asi que se giro a Jack.
– ?Has investigado su entorno? ?Que te da derecho a eso?
– Alguien tiene que cuidar de ti. Tu padre no cuenta. Sin Hunter, solo quedo yo -dijo mirandola a los ojos-. No pude hacer lo que Hunter me pidio, no pude quedarme cerca de ti. Estaba demasiado destrozado por lo que habia pasado. Aun asi, tenia la responsabilidad de cuidarte y eso hice, aunque fuera en la distancia.
– ?Me has espiado?
– Llamalo como quieras. He cuidado de que no te metieras en problemas.
?Pagaba por que la vigilaran?
– Bastardo -dijo Meri, y levanto la mano para abofetearlo.
El la tomo de la muneca.
– Era por tu propio bien.
– Eso no es cierto. Estabas intentando calmar tu culpabilidad. No te comportaste como un buen amigo con mi hermano y menos conmigo. No controlas mi vida, Jack. Me casare con Andrew si quiero y tu no vas a detenerme.
– La bigamia es ilegal en cincuenta estados.
?Andrew casado? No podia creerlo. Quiza no fuera el principe encantador que habia imaginado, pero ?casado?
– No esta jugando conmigo -insistio, aunque no acababa de creerselo.
– ?Como lo sabes? Al menos lee el informe antes de tomar una decision.
No habia nada que leer, penso soltandose de su mano. No habia nada que decidir. No estaba enamorada de Andrew. Habia estado luchando contra esa verdad desde que habia llegado a la casa. El tiempo que habian pasado alejados se lo habia aclarado: no lo habia echado de menos.
?Habia estado enamorada de el en algun momento? Si estaba casado y estaba jugando con ella, entonces no era mas que una comadreja.
– Los hombres apestais -murmuro.
– Estoy de acuerdo.
– Tu mas que nadie. Nunca te perdonare por espiarme, por ocultarte entre las sombras durante los ultimos once anos.
– Me importaba lo que te pasara.
– ?Es asi como lo llamas? Yo diria que no has sido mas que un cobarde tratando de calmar a un fantasma. Se que mi hermano esperaba mas de ti, Jack. Y yo tambien.
Capitulo Diez
Meri estaba tumbada en su cama boca abajo, tratando de contener las lagrimas. Betina estaba sentada a su lado, acariciandole la espalda.
– No puedo creerlo -dijo Meri-. No puedo creer que hiciera eso.
Betina le palmeo el hombro.